La Audiencia de Salamanca ha condenado al pistolero de Garrido a un total de 36 años de cárcel por el asesinato de un hombre al que tiroteó por la espalda en una calle del barrio salmantino, en una acción en la que dejó grave a una mujer ... que estuvo 40 días ingresada en el Hospital a causa de las heridas. El suceso de Garrido tuvo lugar a las 2.25 horas de la madrugada del 29 de agosto de 2021 en la calle Isaac Peral cuando el presunto autor abordó a dos personas con las supuestamente que había tenido una discusión en un bar.
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La sentencia confirma la petición de pena de la Fiscalía en el juicio con jurado popular que se celebró del 15 al 18 del pasado mes de noviembre y que decretó «sin lugar a dudas» la culpabilidad del acusado, E. D. Y.
La vista oral sirvió para escuchar los testimonios del condenado, así como de la superviviente, testigos y forenses hasta que el jurado popular emitió su veredicto. La acusación particular elevaba su petición por encima de los 41 años de cárcel.
En la sentencia, que consta de 88 páginas, el juez le considera culpable de un delito consumado de asesinato con alevosía y le condena la pena de 22 años de prisión, con accesoria de inhabilitación absoluta por el tiempo de la condena; libertad vigilada por tiempo de 7 años cuando salga de prisión; así como a la prohibición de aproximarse a menos de 500 metros de los padres y las hijas del fallecido, y a igual distancia a su domicilio y lugar de trabajo y prohibición de comunicar con los mismos por cualquier medio, todo ello por tiempo superior de 10 años al de duración de la pena de prisión impuesta en sentencia. Además, tendrá prohibido entrar y permanecer en la provincia de Salamanca por tiempo superior de 10 años al de duración de la pena de prisión impuesta en sentencia; dichos alejamientos a computar desde la fecha del primer permiso penitenciario.
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Asimismo, por el delito en grado de tentativa de asesinato, la Audiencia le condena a la pena de prisión de 12 años, y los mismos años de inhabilitación, distancia y tiempo de alejamiento de los familiares de la mujer herida, y de acceso a la provincia, que en el caso anterior
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Finalmente, también se considera culpable de un delito de tenencia ilícita de arma de fuego corta, y se le aplica un pena de prisión de 2 años, con accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo por el tiempo de la condena.
Asimismo, tendrá que afrontar una indemnización de unos 193.000 euros, más de un 30 por ciento más por delito doloso, para los familiares de la víctima mortal, y otros 267.000 euros para la mujer a la que hirió de gravedad, que permaneció tiempo en la UCI, que afrontó varias operaciones y que tiene secuelas permanentes, con alto grado de discapacidad, que le impiden el desarrollo de su trabajo y el cuidado de su hijo con discapacidad.
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E.D.Y. mató a un varón de 51 años e hirió a una mujer de 53, tras abrir fuego contra ellos la madrugada del 28 de agosto de 2021 en la calle Isaac Peral de la capital del Tormes, mientras caminaban juntos. El asesino es un vigilante de seguridad con afición por las armas de fuego y disparó a sus víctimas tras mantener con ellos una discusión banal en la terraza de un local de hostelería cercano.
Durante el juicio pidió perdón a las víctimas y puso a su disposición todo el patrimonio de su propiedad con intención de resarcir su culpa. «Alguien en su sano juicio no haría eso a unas personas que no conocía y que no le habían hecho nada«, declaró en su turno de última palabra. La estrategia de la defensa se basó en la supuesta alteración de su estado mental cuando cometió los hechos.
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La madrugada del 28 de agosto, José María y Belén, las víctimas, en compañía de otra mujer, se encontraban tomando algo en la terraza de un establecimiento de hostelería en el salmantino barrio de Garrido. Un individuo se acercó al grupo de tres tratando de entablar una conversación con ellos, especialmente con los dos mujeres y, sobre todo, con Belén, la mujer que acabó gravemente herida y que arrastra secuelas irreversibles.
Según consideró probado el jurado, la reacción del grupo fue rechazar ese encuentro verbal, aunque, a pesar de mostrar su postura, el individuo hizo caso omiso y se atrevió a invitarlas a una copa que acercó hasta la mesa. Ante la insistencia del sujeto, se produjo una disputa verbal sin ningún tipo de violencia. A continuación, se levantaron y se fueron en dirección a la casa de la segunda mujer, a quien acompañaron hasta dejarla en su domicilio y, ya estando solos, José María continúo con Belén para dejarla en su casa en segundo lugar.
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Mientras el grupo se levantó, el sujeto con el que habían tenido el roce se quedó sentado en la terraza, pero al poco tiempo se levantó y empezó a caminar en la dirección por la que se habían marchado los tres. Les siguió a cierta distancia y asistió de lejos al momento en el que dejaban a la tercera persona. Una vez se hubieron quedado solas las dos víctimas y se estaban acercando a la casa de Belén, el asesino sacó una pistola y disparó por la espalda, primero a él y después a ella. Cuando ya estaban en el suelo, volvió a accionar el arma de fuego con intención de rematarlos. Luego, se retiró tranquilamente del lugar.
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