La Policía desvela que el móvil del acusado estaba sin señal mientras ocurrían los hechos

Esa llamada a los Servicios de Emergencia es realizada por la única testigo presencial que observó los hechos desde el balcón de su casa en la calle Isaac Peral. Un retrato que resultó esencial para seguir los pasos del principal sospechoso. El recorrido que el sospechoso llevó a cabo en la madrugada del 28 de agosto 2021 fue imitado por los agentes de la Policía Nacional al día siguiente con la ayuda de las cámaras facilitadas por los establecimientos a su paso, con lo que pudieron hacer una recreación similar a la de los hechos ocurridos.

El testimonio del dueño del bar donde se produce la discusión entre el fallecido, su acompañante -herida de gravedad tras los impactos de bala- y una tercera amiga, desvela que el acusado salió pocos segundos después del bar que los tres amigos. Asimismo, el propietario recuerda que el sospechoso acudía al local meses atrás acompañado de una mujer. La localización de la chica fue determinante para que los agentes hallarán el número de teléfono, la identidad completa y la dirección del que se convertía, según las declaraciones de los agentes, «en el claro sospechoso». Además, el testimonio de una testigo vecina del acusado afirma que vio al 'pistolero' tirar ciertas pertenencias a un contenedor, -la pistola y la camiseta que llevaba y que posteriormente fueron halladas en el centro de tratamiento de residuos-.

Con las pruebas recabadas, se llevó a cabo la detención y registro del domicilio donde se hallaron dos cajas de transporte de armas, una pistola de aire comprimido, kit de limpieza de armas, funda para pistola, munición de balas de 9 mm. Tal y como se constata con los datos facilitados por la Guardia Civil, el acusado del crimen de Garrido no tiene ningún tipo de permiso aunque tiempo atrás sí ha tenido licencia y armas a su nombre. Por esa razón, además de los delitos por asesinato y tentativa, también se le acusa por tenencia ilícita de armas para lo que la defensa ha pedido reducir de dos años a uno porque «la policía científica no ha conseguido recuperar el número de serie ni comprobar que fuera el acusado quien lo borrara».