Crimen de Garrido, 36 años al 'pistolero' que convirtió una discusión de bar en tragedia

El acusado se enfrenta a una petición de penas de 36 años por los delitos de asesinato (22 años), tentativa (12) y tenencia de armas (2). El juicio arranca este martes a las 9.30 con su llegada a la Audiencia Provincial procedente de la prisión de Topas y la formación del jurado, para el que se selecciona a nueve personas y dos suplentes. Una vez cumplido este último trámite, está prevista la intervención de las partes (acusación, defensa y fiscalía) y el interrogatorio del acusado.

El juicio tiene jornadas previstas hasta el viernes. El miércoles, segundo día, declarará la superviviente y once testigos más. El día 17 de noviembre, jueves, se reserva a las declaraciones de todos los peritos y periciales de criminalística, balística, forenses... Y el viernes, 18 de noviembre, conclusiones y posible entrega del objeto del veredicto sobre el que tendrá que pronunciarse el jurado.

El suceso de Garrido tuvo lugar a las 2.25 horas de la madrugada del 29 de agosto de 2021 en la calle Isaac Peral cuando el presunto autor abordó a dos personas con las que había tenido una discusión en un bar. Tras perseguirles, sacó una pistola y acabó con la vida del varón, un técnico de rayos del Hospital de Ávila. La mujer que le acompañaba, de 53 años, resultó herida de gravedad.

Una vez se produjo el tiroteo, agentes de la Policía Nacional acudieron al lugar para efectuar las primeras pesquisas y recoger las evidencias físicas que quedaron sobre el terreno. Tras entrevistarse con testigos, se tuvo conocimiento de una discusión banal en un establecimiento hostelero entre los dos tiroteados y el autor tras la que los amigos se marcharon del lugar y los testigos señalan que el hombre se fue unos segundos después en la misma dirección.

Las cámaras de seguridad de los establecimientos de la zona fueron claves para dar con su paradero. En las grabaciones efectuadas con esos dispositivos se puede reconstruir el seguimiento del sujeto a las víctimas desde que se marchan de la terraza del bar hasta que se producen los disparos. «Vimos que este individuo les seguía a 50 o 60 metros, luego acorta la distancia y en un momento dado saca de debajo de la camiseta un objeto que podría ser un arma de fuego», explicó en su día el jefe de la Comisaría Provincial de Policía Nacional, el comisario Luis Jesús Esteban.

Sobre las 20.30 horas del domingo siguiente, miembros del Grupo Especial de Operaciones de la Policía Nacional irrumpieron en la vivienda y detuvieron al sospechoso, que carecía de antecedentes. La actuación de los GEO fue «rápida y sorpresiva» por lo que al detenido no tuvo lugar a ofrecer resistencia.

En la casa encontraron cinco cartuchos cuya marca y modelo se corresponden con los casquillos hallados en el lugar del tiroteo. En este sentido, los investigadores cuentan con que se trata de una munición 9mm Luger RP, que es «muy poco convencional en España».

Más tarde, los policías supieron que un testigo situaba al ahora enjuiciado deshaciéndose de algunos efectos en un contenedor cercano. Así que identificaron al camión que había operado dicho recipiente y localizaron el lugar del Centro de Tratamiento de Residuos de Gomecello donde había realizado su vertido más tarde. Después de «horas y horas» de trabajo buscando entre la basura hallaron no solo un arma igual a la que buscaban, sino también la camiseta con la que presuntamente cometió el crimen.