La carrera por la alcaldía de Salamanca: quién es quién en la contienda electoral

La carrera electoral está más nutrida que nunca, pero se concentra en Salamanca en un pequeño ramillete de formaciones con opciones reales de influir en la decisión de la alcaldía. PP y PSOE aportan los dos candidatos entre los que, de forma plausible, se decidirá el nombre del próximo alcalde: la decisión está entre Carlos García Carbayo o José Luis Mateos. Y la pregunta es, ¿en solitario o con apoyo de otro partido? Con las mayorías cada vez más complicadas, al menos tres formaciones van a tener un papel clave para determinar el nuevo equilibrio de fuerzas que se puede ver trastocado por el resultado electoral de Cs, Podemos-IU-Los Verdes y Vox.

La mayoría absoluta es una opción, pero hace ocho años que la capital no ve una. Durante los ocho últimos años, el PP ha gobernado sumando con Cs. Mañueco lo hizo entre 2015 y 2019 en el estreno de los 'naranjas' en el Ayuntamiento, donde entraron con un pacto de legislatura que incluía medidas en los presupuestos y que se tradujo en un apoyo constante, pero no indiscutible.

En 2019, García Carbayo también necesitó a Cs para completar la mayoría, pero esta vez el acuerdo fue un paso más allá y entraron en gobierno: la unidad de acción no ha tenido fisuras a pesar de todas las circunstancias adversas. Ahora, la situación tiene todos los visos de cambiar en un juego de las sillas en el que el tope son 27 concejales.

Cs atraviesa por un momento muy difícil. El partido que fundó Albert Rivera y que llegó a Salamanca a través de un partido localista se está jugando su desaparición de las instituciones. Ya perdió su posición en el Congreso y en la Junta y ahora se juega su poder local, donde Salamanca ha sido uno de sus ayuntamientos más reseñables. Con la demoscopia en la mano, tienen difícil incluso continuar con el mínimo de concejales.

La demoscopia también dice que Vox entrará en el consistorio. El partido de ultraderecha lo ha intentado sin éxito en las dos últimas ocasiones y regresa subido a la ola de su pujanza electoral, la misma que aupó a los d Abascal al gobierno de la Junta de Castilla y León. Pone a prueba su potencia electoral para repetir como determinante en la formación de una nueva mayoría local.

En la matemática de pactos, una mayoría absoluta evitaría al PP tener que pacta con Vox; repetir con Cs sólo es posible si Ana Suárez hace sus 'deberes' y evita un descalabro total: a García Carbayo no le desagradaría sumar con sus actuales socios si es imprescindible.

En la otra trinchera, el PSOE también busca su suma. Mateos afronta sus segundas elecciones como candidato a la alcaldía tras una legislatura en la que la mayoría sólida de PP+Cs se lo ha puesto imposible. En mayo de 2019 se quedó muy cera, sólo 1.800 votos, pero para el núcleo local de Cs nunca fue una opción un pacto de gobierno.

El reto de Mateos es aguantar su resultado, conservar el máximo de los votos conseguidos hace cuatro años (que le dieron diez concejales) y esperar una suma con Podemos-IU, que vuelven a ir juntos e incorporan a Los Verdes. La última vez no alcanzó (imposible la opción con Cs), pero en 2015-2019 propició una situación de minoría que convirtió aquella legislatura en una de las más fructíferas gracias a la presencia de Ganemos y de un grupo municipal socialista compacto, con una de las mejores colecciones de concejales que ha tenido.

Y, ¿el resto? En estas elecciones han aflorado más 'outsiders' que nunca gracias a la irrupción de las marcas localistas. Con la ley electoral en la mano, son pocas las opciones que tienen de conseguir algún concejal, pero sí pueden influir restando aquí y allá a los dos bloques principales unos pocos centenares de votos que, como ocurrió hace unos años con Vecinos de Salamanca, puedan restar el concejal decisivo.