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Comprobado: los inviernos son ahora más cortos y cálidos
Cambio climático

Comprobado: los inviernos son ahora más cortos y cálidos

Un análisis realizado sobre la última década demuestra que España ha perdido ocho días con temperaturas mínimas bajo cero

Martes, 17 de diciembre 2024, 01:10

¿Tiene la impresión de que ahora los inviernos son algo más cortos y algo menos fríos? La sospecha es cierta. Más aún, es un hecho contrastado. El Climate Central ha sido el encargado de poner datos a esta nueva normalidad que atribuyen al cambio climático en curso. Los investigadores de esta organización han analizado las temperaturas registradas en 123 países y 901 ciudades de distintas partes del mundo, durante los tres meses de invierno a lo largo de la última década. Y la conclusión es clara: ahora tenemos entre siete y catorce «días de invierno perdidos», que es como denominan técnicamente a las jornadas con temperaturas mínimas por encima de los cero grados.

El Climate Central es una organización de investigadores dedicados a divulgar los efectos del cambio climático que, sobre todo, utilizan los datos públicos disponibles para cruzarlos, proyectarlos y sacar conclusiones relevantes. Por ejemplo, sus mapas sobre las previsiones de aumento del nivel del mar fueron utilizados en la Cumbre del Clima de Naciones Unidas del año 2021 celebrada en Glasgow, Escocia.

Ahora han aplicado tecnologías de análisis de grandes bases de datos para poner el foco sobre el incremento de temperaturas, pero no en términos globales, sino centradas en el invierno. Normalmente, la atención de los expertos está dirigida a las intensas olas de calor que azotan el mundo de este a oeste en los últimos años.

Sin duda esta es una de las emergencias climáticas más acuciantes y que más adaptación requerirá por parte de los países en un futuro no muy lejano. Pero en esta ocasión, el foco ha sido puesto sobre los inviernos más cálidos y sus consecuencias.

El trabajo demuestra que la zona más afectada del planeta por este fenómeno es el hemisferio norte, incluida España. Según el citado estándar tomado como referencia, en nuestro país son ocho los días de invierno perdidos de media en la última década, esto es, entre los años 2014 y 2023.

Alrededor del 62% de las provincias españolas, 32 de 52, tuvieron al menos una semana adicional de días invernales por encima del punto de congelación, es decir los cero grados, en comparación con un mundo sin cambio climático.

El trabajo afina hasta el punto de poner en evidencia cuáles son las provincias españolas donde más se nota que los inviernos ya no son lo que eran. Así, se puede ver que León es la más afectada en estos últimos diez años. Le siguen Palencia, Soria y La Rioja. Llama la atención que de las cuatro provincias destacadas por el informe tres pertenezcan a la comunidad autónoma de Castilla y León.

Los territorios afectados son más diversos cuando, en vez de tomar toda la provincia como referencia, se estudia solo el perímetro de una ciudad. Con respecto a lo que afecta a España, son 12 las que se fueron incluidas entre las 900 analizadas a lo largo de todo el mundo por el trabajo del Climate Central. Fueron: Madrid, Barcelona, Bilbao, Zaragoza, Valencia, Pamplona, Sevilla, Granada, Málaga, Almería, Huelva y Cádiz.

Las ciudades que registraron peores resultados, es decir un mayor número de días con mínimas más cálidas en invierno, fueron Granada (14), Pamplona (13), Madrid (9 días), Zaragoza (7) y Bilbao (3).

El invierno en el mundo

La semblanza que arroja España no es de las peores si se tienen en cuenta los datos globales. Los países con una situación más crítica han perdido al menos tres semanas adicionales de días de invierno, el triple que en nuestro país. Dinamarca, Estonia, Letonia y Lituania son los que encabezan la lista.

Todo ellos están situados en Europa, que vuelve a erigirse como una de las zonas del mundo más afectadas por el cambio climático, un hecho del que han advertido los expertos de Naciones Unidas reunidos en el panel del IPCC en numerosas ocasiones. También en esta región del mundo se encuentra la mayoría de los 19 países cuya pérdida de días gélidos es superior a las dos semanas. Polonia y Alemania, entre otros.

En el nivel de España se encuentran otros 25 países repartidos entre Europa y Asia, donde se experimentaron entre una semana y dos más con días que no bajaron de los cero grados. Estos países fueron Italia, Francia, Austria y Noruega en Europa y Afganistán, Irán y Japón en Asia.

Como el trabajo incluye el análisis de ciudades concretas, llama la atención que Fuji, en Japón, sea una de las ciudades con mayores aumentos de días de invierno perdidos. El pasado 6 de noviembre los japoneses celebraban que por fin caían los primeros copos de nieve sobre el icónico monte Fuji, la fecha más tardía de los últimos 130 años desde que existen registros. La nieve cubre la sagrada cumbre cada año a partir del 2 de octubre. Pero 2024 acabará como el año más cálido jamás registrado.

Junto a Fuji, Turín y Verona (Italia), la noruega Bergen o Riga (Letonia) destacaron como las que tuvieron nada menos que un mes más de días de invierno perdidos (es decir, con mínimas por encima de los 0º) en la última década.

Esta cifra es extraordinaria. en realidad, la media está en siete días invernales perdidos. Esta cifra es la referencia que se da para señalar los países con una incidencia realmente significativa en sus inviernos. 44 de todos los analizados son los que se encuentran en esta tesitura.

«Los inviernos más cálidos están amenazando los ecosistemas, las economías y las tradiciones culturales en los países más afectados»

Kristina Dahl

Vicepresidenta Climate Central

Estos cambios en la normalidad de los inviernos tienen implicaciones graves, tanto para las economías como para la salud, humana y ambiental, de las zonas afectadas. «La nieve, el hielo y las temperaturas frías que solían ser características de la temporada de invierno están desapareciendo rápidamente en muchos lugares, amenazando los ecosistemas, las economías y las tradiciones culturales. Para evitarlo, es fundamental eliminar de manera urgente los combustibles fósiles, cuya quema provoca las principales emisiones impulsoras del aumento de las temperaturas globales», valoró sobre el trabajo la vicepresidenta del Climate Central, Kristina Dahl.

Alergias e insectos eternos

Sobre las economías, los inviernos gélidos son cruciales para mantener los deportes invernales, claves para la prosperidad de numerosas poblaciones, especialmente en Centroeuropa, donde las estaciones de esquí mueven buena parte de la economía. Las estaciones españolas no son ajenas a este problema: la península ha perdido un 15% de su volumen de nieve en los últimos años.

En cuanto a los recursos naturales, la reposición de la capa de nieve en las cumbres de los países es básica para el posterior abastecimiento de las fuentes de agua dulce durante el deshielo y, con ello, contrarrestar la amenaza de sequías que también se prevén intensas en un futuro próximo debido al cambio climático.

901 Ciudades

Han sido las analizadas en el trabajo sobre temperaturas invernales más cálidas del Climate Central.

Hasta los ciclos de vida de las plantas se ven alterados a causa de los inviernos más cálidos. Por un lado, como apunta Emma Gaitán, doctora en Medio Ambiente y responsable del área de Meteorología y Climatología en la Fundación para la Investigación del Clima, las cosechas pueden florecer antes de lo previsto. «Si se produce una helada a destiempo, como en primavera, cuando fruto ya ha salido, puede acabar matándolo, o congelándolo por dentro, con el consiguiente perjuicio para el sector agrícola y la seguridad alimentaria», explica.

También se adelantan las alergias a los meses de otoño. El hecho de arrinconar el invierno tiene como consecuencia una superposición de estaciones que provocan, tal y como apunta Daniela Silva, especialista en Medicina Interna y E-Health Medical Manager de Cigna Healthcare España, una «mayor exposición a alérgenos», que sumada a las altas temperaturas generan «una mayor intensidad y duración de los síntomas alérgicos». Y suma la experta: «Los cambios en el clima pueden favorecer la proliferación de plantas productoras de polen y otros alérgenos, así como aumentar la concentración de polen en el aire».

Por último, la agricultura, con el sector del vino como máximo exponente entre los afectados, y los ciclos de vidas de los insectos son otros de los aspectos más alterados por los inviernos cálidos. Sin ir más lejos, a estos fueron atribuidas las plagas de moscas, garrapatas y polillas que se han instalado en distintos puntos de España a lo largo del cálido 2024. Fue el caso de estas últimas, cuyas larvas no murieron de forma natural durante el invierno debido a que no hizo suficiente frío, tal y como valoró entonces José Luis Viejo Montesinos, experto de la Sociedad Española de Entomología, lo que conllevó una abundancia inusual de ejemplares adultos durante la primavera para sorpresa de muchos.

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