El 'pistolero' de Garrido asume los disparos como «actos de alguien que está loco»

Este es el primer juicio con jurado que se celebra este año en Salamanca, una modalidad que ha servido para sentenciar importantes casos. En la sesión del martes se ha puesto de manifiesto que nadie discute el relato de los hechos presentado, ni siquiera el propio acusado y su defensa. El 28 de agosto de 2021, E. D. Y. discutió en la terraza de un bar de Garrido con un grupo de tres personas que celebraba el cumpleaños de una de ellas, Belén; estaba acompañada de José María y Natalia, dos amigos, sin relación de pareja o parentesco entre ninguno de ellos.

Pasadas las dos de la madrugada, se marchan, una de ellas (Natalia) se va por otro lado y Belén y José María llegan hasta la calle Isaac Peral. Allí, E. D. Y. disparó una pistola hasta en once ocasiones, acertando en cuatro lugares a José María y tres a Belén; el primero falleció al instante por las heridas y la segunda resultó herida muy grave.

Los hechos, presentados en las conclusiones, no admiten prácticamente duda ni siquiera entre la defensa, que los ha calificado de «incontestables», y el acusado los ha asumido. En su lugar, han centrado sus esfuerzos en determinar en qué condiciones se encontraba el presunto autor de los disparos en el momento del crimen.

El objetivo, probar que no tenía control de sus facultades, que carga un largo historial psiquiátrico y que el día de autos se encontraba en estado de embriaguez y drogado, con el objetivo de conseguir una eximente que reduzca la pena final de cárcel a la que pueda ser condenado: de 22 y 12 años por asesinato y tentativa a 8 y 4, respectivamente. Además, ha pedido que se le interne para recibir tratamiento psiquiátrico.

Así, su abogado ha desvelado que el acusado está desde los 13 años en tratamiento piscológico, que estuvo internado a los 25 y que no logró ingresar en Ejército, Guardia Civil y Policía a pesar de candidatarse porque no pasó las pruebas psicológicas. Tanto el abogado defensor como el acusado han relatado pensamientos y tentativas de suicio en el pasado. El ministerio fiscal y la defensa han contrapuesto la falta de informes, tratamiento facultativo y seguimiento médico; «Emilio sabía lo que hacía y no le importó lo más mínimo», asegura el fiscal.

También han incidido el acusado y su defensa en la ingesta de alcohol y drogas y el presunto autor de los disparos ha asegurado en varias ocasiones no recordar nada de lo ocurrido aquel día, salvo «luces y flashes». Nunca ha negado el relato de los hechos, indiscutible a la vista de las fotos y vídeos, de la vestimenta y de restos en el arma, y se ha reconocido en las grabaciones que se le han mostrado. No ha rechazado la autoría, pero sí que supiera lo que había hecho.

En esta tesitura será clave la aportación de los peritos que han realizado el informe psicológico del encausado. Desde la defensa consideran que no valen entrevistas de unos pocos minutos y requieren un examen mucho más exhaustivo. Del resultado de los informes al respecto que forman parte de las pruebas que se van a presentar al jurado dependerá en buena medida el resultado final.