El sospechoso intentó entrar en el Ejército y la Guardia Civil, pero no pasó las pruebas psicológicas

El debate se va a centrar en el estado mental del acusado, ya que el relato de los hechos ha sido reconocido por todas las partes. Su abogado ha desvelado que el acusado está desde los 13 años en tratamiento piscológico, que estuvo internado a los 25 y que no logró ingresar en Ejército, Guardia Civil y Policía a pesar de candidatarse porque no pasó las pruebas psicológicas.

La defensa ha reconocido los hechos, considera que las pruebas son indiscutibles, y ha depositado su estrategia en el estado de embriaguez del acusado. Asegura que bebió y tomó drogas antes de salir de casa, admite que estuvo en el bar donde coincidió con sus víctimas y que llevaba un arma. Pero que la portaba para practicarse autolisis, suicidarse, y no sabe qué le pasó por la cabeza. Por eso ha pedido rebaja de penas y su ingreso en un psiquiátrico. Ha ofrecido todos sus bienes para resarcir daños.

El ministerio fiscal, por su parte, considera que el acusado estaba en plenas facultades y pone el acento en mantener la calificación de los delitos como asesinatos, con penas mayores. Ha destacado que les disparó a metro y medio y sin posibilidad de defensa. El abogado de la acusación particular, que ejerce la familia del asesinado, ha insistido en que los hechos están contrastados y considera que el acusado estaba en plenas facultades. «Emilio sabía lo que hacía y no le importó lo más mínimo», asegura el letrado.

La defensa se ha mantenido firme y asegura que hay pruebas sobre el deficiente estado mental del acusado, «cuál sería su estado para hacer hasta 11 disparos en plena noche en agosto, que despertarían a medio Garrido», que estuvo en la planta séptima del antiguo Clínico (la de psiquiatría) y pruebas de que bebía y consumía cocaína. Su abogado ha insistido en el estado mental del único acusado y en que debería estar al cargo de psiquiatras: además de la rebaja de penas ha pedido que sea internado en una institución.

Su abogado ha desvelado que el acusado está desde los 13 años en tratamiento piscológico, que estuvo internado a los 25 y que no logró ingresar en Ejército, Guardia Civil y Policía a pesar de candidatarse porque no pasó las pruebas psicológicas.