Salamanca tendrá que poner más puntos de recarga para coches eléctricos antes de cerrar al tráfico

Es una más de las exigencias y medidas que cambiarán el tráfico a partir de 20243. El próximo día 1 de enero arranca el plazo para implantar las nuevas Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), las áreas de las ciudades en las que estará prohibido circular con los coches más contaminantes. La obligación afecta a Salamanca que ya tiene lista su ordenanza municipal y que estaba esperando a que la administración central publicara el real decreto correspondiente. Y eso ha ocurrido este 27 de diciembre.

El texto se ha hecho esperar, pero ha sido aprobado en el último consejo de ministros antes de la fecha prevista para empezar a aplicar lo que puede ser un gran cambio en la circulación de las ciudades. En el caso de Salamanca, el consistorio estaba esperando contar con el decreto para poder contrastar con la normativa estatal la validez de las medidas municipales. Sin embargo, el decreto aprobado no se aleja de los borradores previos: establece unas características básicas y se centra en la evaluación de la eficacia de la medida de cara al futuro.

La normativa básica es conocida. Hay que definir el área afectada y tiene que ser significativa; da prioridad a peatones, bicicletas o transporte colectivo sobre el vehículo particular; existe una señalización y una sanción por acceder sin permiso (200 euros) y la posibilidad de implantar peajes, algo que Salamanca ha descartado. Pero también tiene cosas nuevas, como las exigencias para aumentar la presencia de vehículos limpios.

Según la norma, hay que determinar con qué etiqueta de la DGT se puede acceder a cada ZBE y, en todo caso, se dará prioridad siempre a los vehículos con la calificación '0', que son los de más bajas emisiones. Para favorecer su implantación, el texto estatal recoge que «en las ZBE deberá existir una red mínima de recarga que, de manera acompasada al crecimiento del parque de vehículos eléctricos, permita operar a taxis y vehículos de transporte con conductor, así como vehículos de reparto con motorización eléctrica».

La exigencia no se queda solo en las infraestructuras viales. El decreto de las ZBE incluye que el sector inmobiliario también contribuya y, para eso, solicita que las nuevas construcciones en las ciudades estén preparadas para acoger o instalar puntos de recarga.

La medida va más allá de la instalación de puntos de recarga para eléctricos. Según el decreto estatal, los ayuntamientos tendrá que disponer de «instrumentos que faciliten la cesión de suelo público en zonas urbanas de especial interés, a fin de facilitar la instalación de puntos de recarga o suministro de combustibles limpios como el hidrógeno».

En el caso de Salamanca, la ciudad ya cuenta con bastantes puntos de recarga de vehículos eléctricos, pero no en el área afectada, toda la 'almendra central'. Estos son los identificados por el consistorio entre públicos y privados. La red pública desarrollada en los últimos años ha permitido incorporar los primeros enchufes gracias a un contrato municipal, pero siguen siendo pocos. En el caso del área que se cerrará al tráfico, no hay ni uno de estos puntos de recarga en vía pública. La alternativa son los de los aparcamientos subterráneos que sí cuentan con ellos tras las últimas reformas.

En el plan para desarrollar la ZBE están contemplados nuevas estaciones de recarga para vehículos eléctricos para cumplir con esta exigencia, pero ninguno para vehículos de hidrógeno. El decreto estatal añade una nueva tecnología para la que no hay infraestructura de recarga por la práctica inexistencia de vehículos propulsados por este combustible, todavía en desarrollo.

El consistorio ha ido desarrollando su propio plan de implantación de las ZBE que no se va a limitar a prohibir la circulación de determinados vehículos. Se va a adquirir un sistema inteligente de gestión de tráfico que va a costar 11 millones de euros. Su labor será poner en consonancia todas las medidas, que incluye restricciones al tráfico, control con cámaras y sensores en parking y de contaminación, pero también mejoras en el bus, una nueva app de la zona azul, más calles peatonales o pasos de peatones inteligentes.

Cuando empiece a funcionar, toda la red de paneles permitirá conocer ubicaciones y ocupación de los aparcamientos gratuitos en superficie disuasorios, ubicaciones de puntos de recarga eléctrica, las rutas del autobús urbano, la seguridad vial de los peatones y bases de bicicletas de alquiler. A ellos se sumarán las 34 cámaras previstas para el control de accesos a la ZBE y los sensores de calidad del aire que se van a instalar y permitirán tomar decisiones sobre el tráfico en caso de episodios de alta contaminación.