La movilización de los simpatizantes de Mélenchon será clave en la abstención

Los dos candidatos franceses han pugnado estos últimos días por captar apoyos en ese caladero. El porcentaje de papeletas en juego es capaz de inclinar la balanza entre los dos partidos y, sobre todo, de afianzar la victoria de uno de ellos. Cuando Marie Le Pen volvió a presentar su programa el pasado martes, a nadie se le escapó que incorporase algunas de las propuestas de La Francia Insumisa. Pero aún así, no está claro que la estrategia le haya funcionado. Según un sondeo reciente, el 42% de los votantes de Mélenchon votarán por Macron en la segunda vuelta, el 16% por la dirigente ultraderechista, y el 42% se abstendrá o votará en blanco.

Este último dato es importante en unos comicios donde la abstención se ha convertido en un tercer rival. Si los simpatizantes de Mélenchon se quedan en casa, la política francesa verá acentuada la caída de votantes en las elecciones presidenciales que, gota a gota, se ha ido convirtiendo en una señal de alerta durante las últimas tres décadas.

«Ni Macron ni Le Pen», proclamaban entre las dos vueltas muchos franceses, especialmente los votantes jóvenes, que no acudirán hoy a los colegios electorales porque no quieren tener que elegir «entre la peste y la cólera». «Ni marido ni patrón, ni Marine ni Macron», rezaba una de las pancartas que se podían ver el fin de semana pasado en la manifestación contra la extrema derecha en París.

La abstención podría situarse en la segunda vuelta en torno al 26%, según calculan los expertos. En 2017, la primera vez que Macron y Le Pen se enfrentaron en las urnas, el 25,44% de los franceses no fueron a votar.

El descreimiento ante los comicios se concentra en los jóvenes. Los sondeos posteriores a la primera vuelta, hace un par de semanas, arrojaba que el 46% de la abstención se dio entre los electores de 25 a 34 años, mientras la tasa en la franja inmediatamente anterior, de 18 a 24 años, ascendió al 42%. También entre la clase trabajadora hubo más personas que renunciaron a acercarse a los colegios electorales.

Los analistas consideran que es un fenómeno global compueto por diferentes factores. Entre ellos, los jóvenes abstencionistas no se ven representados por los candidatos, consideran que su opinión tampoco es tenida en cuenta u observan que sus inquietudes apenas tienen reflejo en los programas de los partidos, sobre todo en lo relativo a la ecología o las perspectivas de empleo joven. En suma: desencanto.

Otro elemento reside en que una parte importante de las nuevas generaciones no ven las urnas como un sistema eficaz de participación en la vida públicao con capacidad para orientar estrategias políticas. En el caso de este domingo, los expertos también tienen en cuenta la falta de novedad, ya que los comicios se dirimen entre los dos mismos candidatos que ya concurrieron en 2017, y la ausencia de una campaña electoral lo suficientemente motivadora..

Finalmente, igual que durante décadas la canción protesta ha sido influyente, existen sectores donde predomina el voto de protesta, de castigo o 'del 'no'. Es lo que sucede en los departamentos de Aisne, Pyrénées-Orientales, Moselle o Bouches-du-Rhône, . donde la abstención y el voto nulo superaron el 70% en la primera ronda por la pérdida de fe de sus ciudadanos en los partidos.