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Directo Trump ya es presidente: «Voy a declarar la emergencia nacional en la frontera sur del país»
Lula da Silva comparece ante sus seguidores tras conocer su victoria. Reuters

Lula vuelve a la presidencia de Brasil con el reto de unir a un país fracturado

El candidato del Partido de los Trabajadores se impone a Bolsonaro por un estrecho margen de apenas el 1,8% de los votos

dagoberto escorcia

Lunes, 31 de octubre 2022, 00:32

Brasil vuelve a sonreír, pero no a carcajadas. La victoria del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva fue por un escaso porcentaje de votos: 50,89% por 49,11% de Jair Bolsonaro, con el 99,7% de voto escrutado. Pero eso no quita que más ... de 59,6 millones de ciudadanos de este país, de los 156 millones que podían ejercer su voto, descubrieran el domingo que la felicidad llega un día. Las calles de las principales ciudades del país adelantaron el carnaval para celebrar la vuelta a la presidencia de Lula 12 años después de haber salido del Palacio de Planalto. «No es una victoria mía o del PT (Partido de los Trabajadores). Es una victoria de todas las mujeres y los hombres que aman la democracia, que quieren libertad, que quieren cultura, educación, fraternidad e igualdad», declaró Lula, quien subrayó: «Brasil ha derrotado al fascismo y al autoritarismo».

Lula recordó que permaneció en un calabozo de 15 metros cuadrados durante más de ocho meses condenado por un presunto delito de corrupción y un juico irregular que luego sería anulado. «Me intentaron enterrar vivo y no lo consiguieron», dijo en su primer discurso. Sergio moro, el juez que encarcelo a Lula y luego se incorporó al gobierno de Bolsonaro, anuncio que reconocería el resultado.

A sus 77 años, Lula dirigirá el país por tercera vez después de los mandatos ejercidos entre 2003 y 2010. Los brasileños votaron por la nostalgia de un pasado en el que vivieron mejor y el país fue considerado una potencia económica mundial. O también puede que prefirieran votar en contra del populismo de Bolsonaro, del hombre que ha mantenido la nación en estrés y la democracia en jaque, como se pudo leer ayer en el editorial del periódico 'Folha de Sao Paulo'.

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Fue una victoria a los puntos. No por nocaut técnico, lo cual hará que muchos brasileños recuperen los temores de que el líder ultraderechista, ahora ya expresidente, no reconozca los resultados e impugne las elecciones. Después de emitir su voto, repitió que serían unas elecciones limpias. Entonces se sentía victorioso porque, según dijo, en los últimos días había tenido sensaciones muy buenas. Y también porque confiaba en que Dios ayudaría a que él continuara dirigiendo el país.

Pese a lo reñida que resultó la votación, en la que Lula solo apareció en cabeza cuando se llevaba escrutado ya el 67% de los votos, la Avenida Paulista, repleta de sus seguidores, recuperó la camiseta de la selección brasileña y la bandera del país, de la que el bolsonarismo había hecho su símbolo en oposición al Partido de los Trabajadores (PT), que lidera el nuevo presidente.

RESULTADO AJUSTADO al 99,97%

  • 50,90% de los votos válidos obtuvo Lula da Silva. 60.330.970 millones de personas eligieron al nuevo presidente.

  • 49,10% fue el resultado logrado por Bolsonaro, que tuvo 58.198.254 millones de apoyos. Los votos nulos fueron el 3,16%, 3.930.085 millones.

La campaña electoral se hizo interminable y agotó a muchos ciudadanos. Se temía que la abstención superara la de la primera vuelta (20,8%) y se esperaba que el voto de los indecisos finalmente inclinara la balanza. Fueron días intensos, en los que los dos candidatos salían a todas horas en las noticias. Días no exentos de violencia, política y social. Días de acusaciones personales, de insultos entre los principales aspirantes a gobernar el país durante los próximos cuatro años.

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El propio Lula reconoció que la carrera electoral ha sido «muy difícil» porque, dijo, enfrentó a «la democracia contra la barbarie». Y ya casi sin voz, insistió en que quienes le apoyaron le «ayudaron a derrotar a la fábrica de mentiras» de Bolsonaro, que fue acusado decenas de veces de divulgar falsa información. Desde que se confirmara su victoria, Bolsonaro ha guardado silencio. «Todavía no sabemos si el actual presidente va a facilitar la transición», declaró Lula. Ha reconocido su derrota ni ha realizado declaración alguna.

Escenas de júbilo en Brasil tras conocerse el triunfo del líder del Partido de los Trabajadores. AFP y Reuters
Imagen secundaria 1 - Escenas de júbilo en Brasil tras conocerse el triunfo del líder del Partido de los Trabajadores.
Imagen secundaria 2 - Escenas de júbilo en Brasil tras conocerse el triunfo del líder del Partido de los Trabajadores.

Semanas que demostraron la profunda división de un país que debía decidir entre dos modelos totalmente diferentes, en los que abrazaban el amor y el odio, opuestos en todos los sentidos y en casi todos los aspectos de la vida. Tan inmensa es la división y la polarización existente, como demostró el ajustado resultado electoral, que no hay punto en común entre los dos candidatos. No hay porque uno (Bolsonaro) representa el populismo de la ultraderecha que si pudiera se eternizaría en el poder, y el otro (Lula) destaca por su pasado sindicalista, progresista y una notable gestión cuando dirigió el país entre 2003 y 2010 que mereció el 87% de aprobación.

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«Situación muy difícil»

El domingo ambos fueron tan madrugadores como el pasado 2 de octubre cuando se celebró la primera vuelta de las elecciones. Lula formalizó su voto en el colegio electoral de la Escuela Firmino Correia de Araújo, en Sao Bernardo do Campo, en Sao Paulo. Bolsonaro cumplió con los comicios en un colegio de Río de Janeiro. Después se dirigió al aeropuerto para recibir al Flamengo, el equipo con más seguidores de Brasil, que el sábado conquistó la Copa Libertadores (equivalente a la Champions en Europa). Quizás no pensó que esa iba a ser la única celebración que iba a tener.

El nuevo mandatario se impuso con claridad en Portugal

Lula venció en los tres colegios electorales de Portugal, donde residen 205.000 brasileños censados, aunque se estima que la cifra real asciende a más de 400.000. De ese total, algo más de 80.000 podían votar en suelo luso, más de la mitad de ellos en su capital, Lisboa. Precisamente en Lisboa, el mayor colegio electoral fuera de Brasil, Lula obtuvo el 64,5% de los votos, frente al 34,5% obtenido por Bolsonaro.

El candidato del progresista Partido de los Trabajadores recibió el 64,8 % de los sufragios en el colegio electoral de Oporto, al norte del país vecino, donde Bolsonaro fue votado por el 35,2 % de los electores. Asimismo, Lula también se impuso en Faro, en la zona sur, si bien su ventaja fue sensiblemente menor al obtener el 52% de los votos, frente al 48% del líder de la ultraderecha brasileña.

Lula, tras conocer su victoria, se comprometió ante sus seguidores a «restablecer la paz» en un Brasil dividido. «Estoy aquí para gobernar este país en una situación muy difícil, pero con la ayuda del pueblo vamos a encontrar una salida para que el país vuelva a vivir democráticamente», proclamó desde un hotel de Sao Paulo.

«Casi fui enterrado vivo en este país» y por eso ahora «considero este momento casi como una resurrección», apostilló Lula, quien este domingo se convirtió en el primer brasileño elegido tres veces por la vía democrática.

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