Secciones
Servicios
Destacamos
La muerte de un joven de 14 años debido a la ingesta de una bebida energética mezclada con 'tusi', el nombre con el que se conoce a la cocaína rosa, ha sacado del cajón, una vez más, el debate entorno al consumo de este tipo de productos.
Ansiedad, irritabilidad, alteración del sueño, cambios en el comportamiento, dependencia, taquicardia... Son algunos de los efectos que, según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutricional (AESAN), puede provocar el consumo excesivo de estas bebidas. Unas consecuencias que se vuelven aún más perjudiciales en el caso de los jóvenes. La preocupación sobre este asunto ha aumentado al tiempo que se multiplican los menores de edad que optan por comprar este tipo de productos.
Según señalan los expertos, la cantidad de cafeína recomendada al día estaría situada en 3 miligramos por cada kilogramo de peso. En el caso de los adolescentes, se aconseja que no sean más de 200 miligramos en total. El problema es que muchos de los alimentos que una persona consume en su día a día ya contienen, de forma natural, cafeína. Por lo que al tomar uno de estos brebajes- que tiene de media 50 gramos de cafeína-, la cantidad aumenta de manera considerable.
Noticia relacionada
A esto, hay que sumar otras sustancias que las componen como la taurina, la L-carnitina, o el azúcar. Y es que solo una lata de 500 mililitros ya contiene 60 gramos de este producto. La mezcla de todos estos componentes es el causante de los distintos problemas de salud que pueden sufrir aquellas personas que consumen este tipo de productos.
Los síntomas pueden ser muy variados, en función de la persona que la beba y si tiene o no patologías previas, aunque las más comunes, según la AESAN, son ansiedad, taquicardias, adicción, enfermedades psquiátricas, cardiológicas, arritmias, alteraciones del sueño y modificaciones en los lípidos e hidratos de carbono. Todas estas consecuencias se agravan a medida que el consumidor tiene menor edad.
Sin embargo, todos estos efectos adversos ya demostrados no parecen ser motivo suficiente para que la ingesta de bebidas energéticas disminuya. Todo lo contrario. Cada vez más personas optan por comprarlas, sobre todo en el caso de los jovenes.
Según la encuesta sobre uso de drogas en Enseñanzas Secundarias en España (Estudes) de 2023, llevada a cabo por el Ministerio de Sanidad, casi la mitad de los estudiantes de entre 14 y 18 años, un 47,7%, beben este tipo de productos. Esta cifra contrasta con la publicada hace cinco años, cuando el porcentaje se situaba en el 40%.
El informe elaborado por el Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones, dependiente del Ministerio de Sanidad, en relación al consumo de bebidas energéticas en la sociedad muestra que ha aumentado a nivel general. Frente al 11,6% que registraron hace cinco años, en 2023, el número de personas que ingirieron este tipo de productos se sitúa en un 25,8%. Aunque los hombres continúan siendo los que más las toman, el porcentaje de mujeres que las consume también ha aumentado, un 14,7% y 8,4% respectivamente.
Las estadísticas también muestran que son los jóvenes, de entre 15 y 24 años, son los que más beben estos cócteles energéticos, un 37,8% lo hace de manera habitual. Destaca el porcentaje relativo a los chicos de 18 años, ya que casi el 60% ingiere estos productos. A esta edad, también han registrado el mayor consumo en las mujeres, aunque menor al de los hombres (44%).
Otro de los fenómenos sobre el que los expertos y el Gobierno están preocupados es por el incremento del consumo de bebidas energéticas mezcladas con alcohol. Casi el 20% de los jóvenes suele ingerir este mix cuando sale de fiesta, a pesar de los peligros que conlleva. En el caso de los hombres el mayor porcentaje, un 27%, se sitúa en los de 17 años y en el de las mujeres, un 23,4%, en los 18 años.
La Estudes también refleja los estudiantes que suelen hacer uso de este tipo de bebidas son también los que «sacan peores notas de media, repiten más curso o hacen más pellas» en comparación con los jóvenes que no las toman. Apuntan también que estas diferencias se hacen «mayores» en relación a aquellos que las mezclan con alcohol.
La ESTUDES también muestra que los jóvenes que más bebidas energéticas toman de manera habitual se sitúan en la zona de levante y en el norte de España. Por el contrario, los que menos las toman viven en el centro de la Península, las islas Canarias, Ceuta y Melilla.
Ante esta situación, las comunidades autónomas y los ministerios de Sanidad y Consumo trabajan para redactar una ley que prohiba su venta a los menores de edad. «Consumo se muestra partidario de regular el consumo de bebidas energéticas en niños y adolescentes», explican fuentes del departamento que encabeza Pablo Bustinduy. Por este motivo, ya se ha puesto en marcha una mesa de trabajo que sirva para la elaboración de la normativa, sobre la que muchos gobiernos autonómicos ya se han mostrado a favor.
Es el caso de Galicia, que hace meses anunció que trabajan para que pueda entrar en vigor lo antes posible. Comunidad Valenciana y Castilla y León son otros territorios que también ven conveniente poner en marcha esta regulación. «El objetivo de Consumo es aprobar una norma de carácter estatal que genere un marco común que proteja a la infancia y la adolescencia», concluyen fuentes del Ministerio.
Publicidad
Javier Martínez y Leticia Aróstegui
Rocío Mendoza, Rocío Mendoza | Madrid y Álex Sánchez
Sara I. Belled y Clara Alba
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.