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El Ayuntamiento de Ledesma ya tiene listo el plan de actuación para la reconstrucción de dos tramos de la muralla que se derrumbaron el pasado año en menos de cinco meses y que se unen a los que ya sufrió otro tramo cercano de ese mismo lienzo en el año 2016. La muralla está declarada Bien de Interés Cultural en 1949.
La Fortaleza de Ledesma, junto con las murallas, está protegida por Decreto de 22 de abril de 1949 sobre Protección de Castillos Especiales, además de las protecciones establecidas en el Plan Especial del Conjunto Histórico. El plan se ejecutará mediante la aportación de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte de Castilla y León, la Diputación Provincial de Salamanca y el ayuntamiento ledesmino.
La muralla y el castillo de Ledesma se encuentran incluidos en el Plan Especial del Conjunto Histórico de Ledesma. Sus muros de granito fueron levantados en el siglo XII y contaba con ocho puertas, de las que se conserva sólo la Puerta de San Nicolás, flanqueada por dos cubos cilíndricos de sillería.
El objetivo ahora es recuperar, reconstruir y consolidar, los dos tramos de recinto amurallado derruidos de Ledesma, con el fin de potenciar los recursos históricos y monumentales de la villa, protegiendo y dando a conocer su patrimonio cultural municipal.
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Las actuaciones, se centrarán en el lienzo Este de la muralla, frente al río Tormes, en concreto, al tramo de muralla que discurre frente al nº 2 de la calle Trasera del Cuartel, y el tramo que discurre frente a la plaza del Hospital, en el paseo Andrea Alonso. Se trata de una de las vías públicas de mayor importancia turística y cultural dentro del recinto amurallado de Ledesma.
El tramo que discurre en la Trasera del Cuartel, derruido con fecha de 14 de febrero de 2024 y el del paso Alonso Andrea se cayó el 29 de junio de 2024. «La cercanía temporal entre los dos acontecimientos hace considerar de una manera bastante sólida, la inestabilidad de la muralla, en especial, la relativa al tramo Este del recinto», se explica en el proyecto de reconstrucción de la muralla realizado por el arquitecto José Antonio López Puig.
El pasado 30 de julio, el consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Gonzalo Santonja, y el alcalde de Ledesma (Salamanca), Exuperancio Benito, mantuvieron una reunión en la sede del consistorio de la localidad con el fin de concretar la continuación de la colaboración para reparar los daños producidos en la muralla.
Dentro de la memoria explicativa del Proyecto de inversión, se apunta a que se acometerán obras de reconstrucción y consolidación del tramo de muralla del paseo Andrea Alonso, en cuyo caso con fecha de 29 de junio de 2024, un tramo de muralla de aproximadamente 6-7 m. de longitud y 8 metros de altura, que discurre en dicho paseo a la altura de la plaza del Hospital, sufrió el desplome deslizándose hacia la base de la muralla, formando un cono de rotura en el trasdós del mismo, generando una cuña que abarca una profundidad de 1 m. aproximadamente, desde la cara exterior de la muralla. Como actuación complementaria, atendiendo a la evolución de la muralla de Ledesma, y en concreto del lienzo Este de la misma, con dos derrumbes en el mismo tramo con menos de 5 meses, se valora en el presente proyecto intervenciones de carácter puntual como refuerzos estructurales y drenajes que permitan el alivio de la presión del agua en el trasdós del muro.
El arquitecto redactor del proyecto considera que los dos últimos derrumbamientos «se considera muy probable la causa del agua, ya sea por fuertes precipitaciones que penetran en el terreno, o acumulación de aguas que discurren por el subsuelo, las que generan la presión en el trasdós ejerce sobre la muralla, provocando el empuje y deslizamiento de la muralla en su punto más débil. Esto, unido a la saturación de las fábricas y sus juntas, presencia de elementos vegetales, etc., dificultan el drenaje natural de la muralla, provocando grandes tensiones que, en algunos casos llegan a provocar el colapso del elemento».
Además de las visitas realizadas tras los derrumbamientos en las zonas dañadas «no solo preocupa el paño derruido y que se acumula sobre la ladera existente en la base de la muralla, sino que preocupa de manera considerable el hinchamiento y pérdida de verticalidad de la parte central de los paños de la muralla continuo a la zona afectada en cada uno de los tramos derruidos, con un desplome respecto la verticalidad que podría estimarse en 40-50 cm en el caso de la calle Trasera del Cuartel».
El arquitecto, no obstante, apunta en su informe a una intervención más ambiciosa para el futuro porque «para salvaguardar, conservar y proteger la muralla de Ledesma, se deberán acometer algunas obras urgentes de consolidación, tras los estudios geotécnicos y arqueológicos pertinentes. Parece a priori interesante que las labores que se realicen sobre estos lienzos tengan como finalidad la recuperación formal de los mismos, devolviendo los paramentos originales y texturas al conjunto, con soluciones constructivas compatibles con las originales. No obstante, y debido al elevado presupuesto que requeriría una intervención tan ambiciosa, se centrará el presente proyecto únicamente en la reconstrucción de los paños derruidos, desmontado y reconstrucción de los paños anexos inmediatos afectados por el desgarro del colapso del paño al derrumbarse y a la consolidación puntual y drenaje del trasdós en los paños del lienzo este que peor condiciones de estabilidad presenten, aspirando a que de una manera progresiva sea posible llevar a cabo las actuaciones que la muralla requiere».
El presupuesto es de 608.634,26 € + 127.813,19 € (21% IVA), por lo que alcanza los 736.447,46 €. Las empresas interesadas en realizar la obra tienen de plazo hasta el 24 de febrero de 2025 para presentar sus propuestas, unas obras que tienen un plazo máximo de ejecución de 6 meses.
Como se apunta en el proyecto, los trabajos que se realizarán en estos dos tramos de la muralla de Ledesma son los siguientes. El trabajo fundamental a realizar sobre los tramos de muralla derruidos en este proyecto, es la reconstrucción y consolidación de los mismos, así como de los paños anexos.
• En los paños anexos a cada lado de los paños derruidos, se dejarán en su estado actual realizando una labor de limpieza somera y tratando con un herbicida que evite el crecimiento de hierbajos, pero no afecte a los líquenes. Si se precisa, se realizará puntualmente un rejuntado con mortero de cal o se reconstruirá con objeto de conseguir un perfil sensiblemente regular que identifique mejor la traza del muro.
• En las zonas existentes en las cercanías a los tramos objeto de proyecto, que presenten un mayor grado de inestabilidad, pérdida de verticalidad, presencia de filtración de aguas a través del trasdós, etc., se intervendrá de manera puntual mediante drenes californianos perforados y cosido estático.
• Los muros anexos de sillares almohadillados a una cara que presenten piezas de la fábrica que se han desplazado parcialmente por el efecto del derrumbe del paño derruido y se encuentren muy expuestos, llenos de hierbajos y materia orgánica, deberán limpiarse, sanearse y recolocando las piezas en su posición original.
• Se procederá al saneado del talud desplazado en cada uno de los tramos afectados
• Se reconstruirá los paños derruidos, así como los paños anexos que hayan sido desmontados de manera manual, siguiendo las hiladas de los paños contiguos, buscando una integración exacta del paño recuperado en la muralla existente.
• Los paños reconstruidos se levantarán con las filas de sillares, alcanzando un ancho total de 1,2 m., al menos de 5,5 m. la hoja interior, aprovechando íntegramente los sillares recuperados del derrumbe para la hoja exterior, y aportando sillares nuevos para la hoja interior no visible.
• Aliviar la posible presión hidrostática que ejerza la presencia de agua en el trasdós de la muralla, permitiendo un drenaje natural de la misma.
• Se levantará el pavimento existente de hormigón en toda la calle, mediante colocación de adoquín y losa de granito similar a la existente
• En las zonas cercanas a los tramos objeto de proyecto en la que se aprecie un mayor grado de inestabilidad, se acometerán intervenciones puntuales mediante dren californiano perforado y cosido estático con el objeto de garantizar, en la medida de lo posible, al menos, una mejora en las condiciones de seguridad, estabilidad y drenaje del paño de muralla sobre el que se actúe.
• La seguridad debe primar en las soluciones que se den a los taludes, sin embargo, es posible armonizar estabilidad estructural y aspecto estético integrado en el ambiente preexistente. Para ello se han de utilizar anclajes y bulones que, cumpliendo su función, permanezcan ocultos, para ello se dispondrán sobre la superficie de gunitado, quedando oculto con el posterior rellenado del trasdós. Lo mismo hay que decir de los drenajes que se practiquen para facilitar la salida de agua del terreno.
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