Una plaza de toros, un depósito, un rascacielos, un mural para los olímpicos… La otra mirada número diecisiete sirve para descubrir los numerosos y variados rincones de la zona de Salesas y Labradores, dos barrios que se levantan a ambos lados de la avenida de ... Portugal.
Publicidad
En un banco situado al sol de un recién renovado parque, un grupo de personas mayores echan la mañana mientras un perro les observa. También son mayores el nutrido grupo que cruza desde y hacia La Glorieta, lugar del toreo salmantino y de sus figuras, que observan, como testigos de piedra, el ir y venir de la gente.
Noticias Relacionadas
Álex López
Álex López
En la parte alta del barrio, el depósito de la Chinchibarra, a cuyos pies se ha establecido y elegido un lugar ideal para pasear a los perros. Vamos bajando hacia las calles compuestas de altos edificios comunitarios. En los bajos se van alternando comercios y asociaciones, unos con las puertas abiertas, otros con las trapas bajadas. Es complicado encontrarse una calle sin nadie paseando, ya sean viandantes descansando en una esquina u operarios yendo a trabajar.
En la plaza de la Concordia, supuesto punto central del barrio de Salesas, varias personas comparten espacio, pero no vida, aprovechando el sol de los primaverales días de invierno que suele traer febrero. De las pocas épocas en las que se agradece la ausencia de sombra y cobijo en esa meseta entre el CMI Julián Sánchez «El Charro» y El Corte Inglés.
Atravesamos la zona de Van Dyck, donde el ir y venir de la gente se acentúa, y llegamos hasta la avenida de Portugal. Allí la vista se empina para poder admirar el edificio popularmente conocido como «El Rascacielos de Salamanca». Esta enorme estructura preside el barrio de Labradores, siendo una de tantas joyas urbanísticas y arquitectónicas del mismo. La más histórica de ellas, el Mercado de San Juan, en cuyos característicos arcos se producen tertulias improvisadas y encuentros fortuitos entre quien va a buscar los «mandaos». Y es que, en estos barrios, todo gira en torno a estos rincones conocidos, que en su día fueron la semilla de lo que es ahora toda la zona. Salesas y Labradores son el ejemplo de la importancia de cuidar lo histórico y lo tradicional para evolucionar, sin quedarse anclado en el pasado.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
La bodega del siglo XIV que elabora vino de 20 años y el primer vermut de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.