Otra mirada a Salamanca. Puente Ladrillo

Entramos a Puente Ladrillopor el puente de ladrillo que le da nombre. Esta pequeña construcción que permite cruzar por encima de la vía del tren es el punto de acceso directo a la zona antigua y vieja, el vagón de cola del barrio. Nada más entrar encontramos uno de esos solares/vertederos que ya hemos visto en barrios de las mismas características, al lado de un parque al que tampoco se le ve muy limpio ni cuidado. Se nos acerca un galgo como si viniera a darnos la bienvenida a ese Puente Ladrillo que sobrevive, pero no crece, en torno a la parroquia en la que el paso del tiempo ha hecho toda la mella posible.

Noticias Relacionadas

Otra mirada a Salamanca. Garrido

Álex López

Otra mirada a Salamanca: Salesas - Labradores

Álex López

Cambiamos de vagón y ya estamos en ese otro Puente Ladrillo de anchas avenidas, flamantes pistas deportivas, amplios parques y edificios que se quedaron con los andamios puestos junto a otros completamente modernos, como la nueva residencia de mayores. No es oro todo lo que reluce, ya que en esta zona podemos encontrar conos y vallas hundiéndose en el asfalto, solares abandonados y un campo de fútbol que fue sede de conciertos en las Fiestas del COVID, y que mantiene los carteles de «Salida» en puertas con el candado echado.

Y así es Puente Ladrillo, la locomotora del tiempo tirando de dos vagones, queriendo integrar el uno al otro para acompasar sus velocidades y no acabar descarrilando o abandonado en el andén.