El acusado, durante la vista. J. M. GARCÍA

La defensa define el crimen de Garrido como «aberrante» y reconoce que «es estúpido negarlo»

La línea del abogado defensor continúa basada en el estado mental del acusado y el consumo de drogas

Laura Linacero

SALAMANCA

Viernes, 18 de noviembre 2022, 11:42

En el turno de la defensa, la línea estratégica ha tomado otro matiz y se centra ahora no solo en el estado mental del acusado y su estado toxicológico sino esta vez también hace hincapié en el mal estado del arma. «Era una barbaridad ... como estaba el arma para ser de una persona que tiene hasta un kit de limpieza», apunta desviando la posibilidad de si realmente era de la propiedad del acusado.

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Por otro lado, se mantiene en que el estado psiquiátrico de su defendido hizo que el acusado actuará así. «Recordemos que son médicos forenses, no especialistas de psiquiatría y que apenas estuvieron diez minutos con él», apunta. Aunque los peritos apuntan que el breve tiempo se debió a la negativa del acusado a participar, la defensa asegura que «no hubo colaboración porque no quería que su madre lo supiera». Y añade que hay informes psiquiátricos y psicológicos que ya determinan el trastorno mixto de personalidad que padece.

En cuanto a su estado de embriaguez y como afecto el consumo de los tóxicos a su capacidad de raciocinio, recupera el testimonio de uno de los testigos que comentó que «este no iba a saber ni llegar a casa» o qué le vieron «eufórico y alterado» como síntomas propios de la cocaína. No obstante, lamenta que no se pueda saber de manera objetiva qué tasa de alcohol y drogas consumió ese día por «la negligencia de la letrada por no hacer la valoración objetiva del consumo». Añade además que «no se puede saber cuánta cantidad tres días después, aunque hay evidencias de que mezclo cocaína, alcohol y medicación».

Intenta por tanto que estos matices sirvan de atenuante y para rebajar las penas, aunque reconoce que los hechos son incontestables, «es aberrante, con las pruebas que hay es estúpido negarlo». Ante la imposibilidad de luchar por su inocencia, busca esa disminución de los años de condena con la demostración de su estado mental y de embriaguez para reducir de 22 años a 8 años por asesinato y 12 años a 4 años por tentativa, y reducir a un año en vez de dos años la pena por el delito de tenencia de armas al encontrarse borrado el número de serie.

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