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M.J. Carmona
Jueves, 1 de agosto 2024, 14:01
La proliferación de clínicas lowcost, tanto de depilación láser y tratamientos estéticos como dentales, ha ido creciendo en los últimos años, pero casi al mismo tiempo, han ido cerrando sin ningún tipo de aviso previo a su clientela. Casos como los de Dentix o Ideal han llegado a los oídos de todos, debido a la cantidad de afectados que hubo por todo el país, y Salamanca no ha sido una excepción. El centro de depilación láser y tratamientos estéticos Único fueron los últimos en bajar sus persianas hace poco menos de un mes en el Centro Comercial El Tormes, dejando en completa incertidumbre a los usuarios que tenían sus tratamientos a medias y ya pagados.
Las personas afectadas se preguntan cómo actuar, si volverá a ocurrir lo mismo, se las derivará a otro centros para completar sus tratamientos o realmente perderán el dinero. Todo dependerá del resultado del concurso de acreedores al que la empresa se ha presentado. Muchos de los afectados, que tan solo tienen pendientes una o dos sesiones del tratamiento, dudan de si saldría a cuenta reclamar y afrontar los gastos de un abogado, pero no en todas las ocasiones es necesario para poder reclamar frente a los Servicios de Consumo.
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Otras afectadas por estos cierres repentinos son las trabajadoras de los centros, la mayoría exponen que el último mes de trabajo no ha recibido su nómina y, al igual que los clientes, ellas tampoco reciben respuesta alguna por parte de la empresa.
El cierre de este tipo de clínicas, que ofrecen grandes descuentos al contratar los tratamientos y exigen el pago por adelanto, ha dejado miles de afectados entre Vivanta, Ideal, Hedonai, Dentix, Dr. Smile... Tal es la repercusión, que a través de los comentarios en videos de las redes sociales se están poniendo en contacto entre los perjudicados para entrar en grupos de whatsapp y organizarse para presentar una demanda colectiva.
Hemos recopilado todos los consejos que dan desde las distintas organizaciones dirigidas al consumidor -qué tener en cuenta antes y después de hacer una reclamación-.
Antes de empezar, y si el centro donde contrataste las sesiones permanece abierto, asegúrate si pertenece a la corporación o es una franquicia. Hasta el momento se sabe que todos los Centros Único han cerrado, pero las franquicias son independientes a la matriz de la empresa y podría seguir ofreciendo sus servicios con normalidad. Esto puedes comprobarlo revisando la denominación social de la empresa, una información que aparece en el contrato que en su día firmase a la hora de contratar un servicio. Según FACUA, si la razón social que aparece en el documento es La Gavia Asesores SLU, La Gavia Asesores Médico SLU y La Gavia Tenerife SLU, su establecimiento es propiedad de alguna de estas mercantiles y, por lo tanto, se vería afectado por este concurso de acreedores.
Pasos a seguir:
1
Guarda cualquier papel o correo que tengas sobre tu trato con la clínica: anuncios, contratos, facturas, presupuestos, etc. Todo esto te ayudará a demostrar que tenías un acuerdo con ellos. Recuerda que si pagaste con una tarjeta o transferencia bancaria podrás solicitar esos justificantes de pago a tu entidad bancaria.
2
Escribe una carta o envía un correo electrónico a la clínica diciendo que no cumplieron con el contrato y pidiendo que terminen tu tratamiento, con la consecuente devolución del importe que corresponda. También solicita una copia de tu historial médico y cualquier otro documento importante. Esto será imprescindible a la hora de guardar información para, si fuera necesario, presentar las reclamaciones pertinentes a posterior.
3
Contacta con los Servicios de Consumo para informarles de los problemas que te causó el cierre de la clínica, como tratamientos sin terminar o dinero perdido. Ellos te pueden ayudar a buscar una solución. A nivel estatal sería el Ministerio de Consumo, o a través de la OCU y FACUA, a nivel de la comunidad deberás hacerlo en Consumo Castilla y León, incluso en la Oficina Municipal de Información al Consumidor de Salamanca (OMIC), donde puedes solicitar información y resolver posibles dudas.
4
Si crees que la clínica te trató mal o de manera incorrecta, presenta una queja a las autoridades sanitarias de tu comunidad autónoma. Se trataría de una negligencia médica y el cliente, aparte de recuperar el dinero de su tratamiento incompleto, deberá ser indemnizado por negligencia.
5
Si pediste un préstamo para pagar el tratamiento, estás de suerte, ya que resulta determinante para la reclamación y puedes alegar que no se está cumpliendo el contrato. Es importante que no dejes de pagar sin más, sino que te dirijas por escrito a la entidad financiera donde tengas el crédito y solicitar la anulación porque al no cumplir lo pactado, el crédito deja de ser exigible. Si no responden positivamente en dos meses, puedes reclamar al Banco de España.
Por último, desde FACUA recomiendan a todos los afectados realizar un seguimiento en la evolución del concurso de acreedores para que, en el caso de que el juzgado designe un administrador concursal, puedan comunicar a este su crédito dentro de los plazos que legalmente se establezcan. Además, si algún perjudicado considera que pudiese haber sido víctima de estafa por parte de la empresa con la que ha contratado, desde FACUA recuerdan que puede presentar una denuncia ante las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Uno de los problemas que supone enfrentarte ante las corporaciones es que no hay una regulación específica de las clínicas sanitarias privadas que protejan de un modo más amplio a los usuarios. Desde FACUA, se ha instado a los distintos gobiernos desde 2018 a que regulen la situación para asegurar la protección de los derechos de los consumidores en este sector y, sobre todo, al estar vinculado a contratos de financiación. Consideran que lo más urgente es exigir un contrato de responsabilidad civil para autorizar la apertura, para que así quede cubierto el riesgo de cierre o quiebra de la compañía.
Mientras tanto, solo queda esperar a que aparezca un acreedor responsable a quien solicitar que el tratamiento se complete o la devolución del dinero. En el caso de que no se resuelva, la entidad se disolvería. De este modo, la empresa vendería todos sus activos, pero lamentablemente, los trabajadores y los clientes serían los últimos de la lista en recibir su dinero.
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