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L.L
Sábado, 29 de octubre 2022, 14:10
La madrugada del próximo 30 de octubre da comienzo el horario de invierno. Anochecerá más pronto y amanecerá también una hora antes, un cambio que como todos los años genera sus dudas a la población: ¿debemos atrasar o adelantar el reloj? A pesar de ... ser una práctica anual, aunque no sabemos por cuánto tiempo, este dilema se instala a menudo en nuestros hogares cuando llega el día del cambio.
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En esta ocasión, lo que debemos hacer es atrasar una hora el reloj: a las 03:00 horas pasarán a ser las 02:00 horas. Y sí, ese día dormiremos una hora más. Este cambio de hora se hace con la intención de reducir el consumo energético, más a la orden del día que nunca. Así, se intenta ajustar las horas de mayor exposición solar, -que a partir de estas fechas el día se hace más corto- con la jornada laboral. Este horario se mantiene hasta el próximo 25 de marzo, que se vuelve de nuevo al ansiado horario de verano.
Este cambio se lleva a cabo en todos los países miembros de la Unión Europea por media de una directiva que asegura este acuerdo entre los distintos estados. Estados Unidos, por el contrario, aprobó el pasado marzo una propuesta legislativa que haría permanente el horario de verano a partir de 2023, poniendo fin al doble cambio anual.
A pesar de que el objetivo del cambio de hora en octubre es el ahorro energético, no todos los expertos se ponen de acuerdo en su eficacia. En 2018, la Unión Europea realizó una consulta a los ciudadanos de los países miembros para conocer su opinión sobre esta práctica y el resultado no daba lugar a dudas: un 80% prefiere permanecer en el horario de verano. A raíz de esto, algunos estados plantearon esta cuestión para, definitivamente, tener una respuesta conjunta.
En concreto, la comisión de expertos creada por el Gobierno de España para resolver este asunto decidió mantener el cambio estacional hasta 2021. Por ello, al menos este año no nos libramos de actualizar los relojes. Sin embargo, no fue una respuesta unánime porque además de poner en duda el ahorro energético, también se planteó cómo afectaría a la salud esta monotonía horaria y el posible impacto en el turismo.
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