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Selina Meyer, protagonista de Veep. RC
Selina Meyer: todo por el Despacho Oval

Selina Meyer: todo por el Despacho Oval

'Veep' se regodea de mostrar a su protagonista inepta, egoísta, dominante, maquiavélica y narcisista

Sábado, 28 de octubre 2023, 11:30

Insultar bien es un arte. Para alcanzar esta categoría no solo hay que ofender y humillar al contario de forma despiadada, sino también inteligente, vitriólica y creativa. Y Selina Mayer es la que mejor insulta del mundo. Mejor, incluso, que un hincha argentino cabreado con ... el árbitro.

Al nivel de Meyer solo está Malcolm Tucker, el asesor del primer ministro en 'The Thick of It'. No es casualidad: 'Veep', versión femenina y americana de la serie británica, también es una creación de Armando Iannucci. Y si el cerebro de Wilder estaba lleno de hojas de afeitar, el de Iannucci está lleno de cuchillos cebolleros: brutal, descarnada y tremendamente divertida, 'Veep' es la mejor sátira política que se haya visto en televisión, es el reverso tenebroso e hilarante de 'El Ala Oeste de la Casa Blanca'.

En el caso de 'Veep', además, contamos con el protagonismo de la ambiciosa Selina Meyer: al igual que el visir Iznogud quería ser califa en lugar del califa, la vicepresidenta Meyer quiere ser presidenta en lugar del presidente, y no cejará en el empeño hasta conseguirlo. Y ese es uno de los grandes hallazgos de Iannucci: que sea una mujer quien protagonice la serie. Así, y en lugar de centrarse en contar las dificultades que ha tenido en su camino alguien que llega a ser la primera vicepresidenta de los EE.UU. (también será la primera presidenta), la serie se regodea en mostrarla tan inepta, egoísta, dominante, maquiavélica y narcisista como el resto de los hombres que antes ocuparon su puesto. Ni siquiera el hecho de ser mujer hace que Meyer empatice con su género, ya que, para hacer carrera, ha tenido que ser aprobada y aceptada por los hombres, asumir sus reglas y reírse con sus bromas sexistas.

Curiosamente, la deslenguada Meyer no deja de tener encanto: dotada de un atractivo que potencia a través de tacones de aguja y vestidos ajustados y coloridos que se alejan de los aburridísimos trajes de chaqueta que pululan por Washington, también tiene carisma. Es como una niña rica, mona y caprichosa que, cada vez que comete una trastada, hace un puchero para que le perdonen. Y lo consigue, a pesar de que su carácter volcánico recaiga sobre cualquiera que esté a su lado: excepto su secretaria Sue, la única competente en medio de un microcosmos de inútiles, el resto del equipo que la rodea es tan ineficaz como ella. Por eso repiten sus patrones: no solo toman decisiones tan absurdas como la propia Meyer, sino que si esta descarga su ira sobre uno de sus colaboradores más estrechos, este, a su vez, descarga la suya sobre su inmediato inferior, estableciéndose así una escala de mando de vejaciones, situaciones disparatadas, diálogos endiablados e insultos fabulosos que satirizan un sistema político detrás del cual está la nada más absoluta, solo una carrera de popularidad.

Siete temporadas gloriosas de 'Veep'

'Veep' nos dio siete temporadas gloriosas con un formidable elenco de actores que interpretaron una galería de personajes soberbios, empezando por Julia Louis-Dreyfus, que ganó seis Emmy consecutivos por su papel de Selina Meyer, y siguiendo con Gary Walsh (Tony Hale), su sumiso hasta la degradación asistente personal, el portavoz de prensa desesperado y perdido Mike McClintock (Matt Walsh), el trepa larguirucho y baboso Jonah Ryan (Timothy Simons), o la asesora Amy Brookheimer, interpretada por Anna Chlumsky, la recordada y aquí recuperada niña de 'My girl'. Además, para seguir animando la función, aparecen viejos conocidos del calibre de Hugh Laurie, John Slattery o Peter MacNicol. Todos ellos pusieron en pie la escritura de Iannucci, hasta que llegó un momento en el que la realidad comenzó a superar la ficción, y situaciones que en 'Veep' nos hacían reír por lo absurdo y lo inverosímil se volvieron dolorosamente reales. «Cuando empezamos creíamos que era una sátira, y ahora resulta que estamos haciendo un documental», llegó a decir Julia Louis-Dreyfus en la presentación de la quinta temporada.

'Veep' acabó sin que Meyer consiguiera ganar el Nobel de la Paz por liberar el Tibet. Sin embargo, podría haber ganado el Nobel de Literatura: «¿Lafontaine ha ganado? ¿A cuántos abortos tiene que forzar un pro vida a su amante para que la gente le dé la espalda?». Pura poesía.

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