Qué es Warhammer y por qué Henry Cavill va a hacer una serie sobre eso

Cavill es, probablemente, el jugador de Warhammer 40K más famoso del mundo. Se trata de un juego de miniaturas protagonizado por distintos ejércitos de fantasía futurista y es ahí, presumiblemente, donde Cavill quiere ambientar su serie. Adentrémonos en el oscuro futuro, donde sólo hay guerra.

Warhammer 40.000 se ambienta en una galaxia compuesta por millones de planetas, donde la Humanidad, asediada, se enfrenta diariamente a las amenazas de ejércitos extraterrestres, herejes o demonios del Caos, una fuerza que busca destruirlo todo. Hace miles de años, un superhombre, conocido como el Emperador (Cavill termina su publicación en Instagram donde anuncia la serie con un elocuente «¡Por el Emperador!», grito de guerra de los seres humanos en el universo), unificó a toda la Humanidad bajo su yugo y en torno a él se creó una religión que lo tiene como único dios. Además, creó a su imagen y semejanza otros veinte superhombres, que llamó Primarcas, pero que fueron 'abducidos' por las fuerzas del Caos.

De cada uno de estos Primarcas, héroes con historias desarrolladas que cuentan con millones de seguidores en todo el mundo (ya en el mundo real, se entiende) nace una legión de soldados con capacidades sobrehumanas, llamados Marines Espaciales, que se articulan en capítulos. Son la primera defensa de la Humanidad. Pero el mundo creado por Games Workshop es tan rico que incluye planetas regidos por monjas guerras (las Adepta Sororitas), otros donde los seres humanos han conformado un ejército regular, la Guardia Imperial; u otros, como Terra, donde los Marines Espaciales más poderosos, los Ultramarines y los Custodes, protegen al Emperador, convertido en un dios que necesita estar unido a un Trono Dorado que le mantiene en estasis y, por tanto, vivo.

El Caos acecha en cada rincón: cultos herejes que crecen en las profundidades de los inmensos planetas, legiones de Primarcas traidores que hace 10.000 años se rebelaron contra el emperador en lo que se conoce como la Herejía de Horus y, por supuesto, criaturas demoníacas creadas por la Disformidad y que se manifiestan en la galaxia para acabar con todo. Todos ellos adoran a cuatro dioses, Tzeentch, Slaanesh, Nurgle y Khorne, cada uno con sus seguidores y sus particularidades. Además de esta pelea constante contra las fuerzas del Caos, las legiones caídas cuentan con poderosos guerreros que masacran a millones de personas sin inmutarse. Porque, insistamos, esto no es El Señor de los Anillos: aquí la gente muere a millones y a nadie parece importarle demasiado.

De todo. La gracia de Warhammer 40.000 es que es un universo donde se puede encontrar literalmente de todo, y eso es muy atractivo desde un punto de vista visual. Además de al Caos, los humanos se enfrentan a los orkos, una raza verde y destructiva basada en los famosos orcos de la fantasía épica que creen que si una pistola es roja matará más; a los eldars, misteriosos y quirúrgicos, basados en los famosos elfos, que viven ocultos en la Telaraña, una red de planetas de la que salen para defenderse o atacar a planetas indefensos; a los tiránidos, criaturas sin un cerebro individual que viven regidos por una mente colmena y se desplazan por la galaxia consumiendo planetas para convertirlos en biomasa; a los Tau, una raza de extraterrestres que se mueve por el Bien Mayor y a la que no le importa arrasar a millones de seres para conseguirlo; o a los Necrones, una especie de robots que han despertado de sus mundos sarcófago y buscan recuperar la gloria perdida a golpe de rifle gauss.

Literalmente, claro, lo que quiera. Los fans especulan con que pueda ser el Emperador, claro, pero dado que el personaje está prácticamente muerto en Warhammer 40.000, lo normal es pensar que representará a un capitán de los Marines Espaciales, también conocido como Adeptus Astartes; o a un oficial de la Guardia Imperial. Los seguidores sueñan con una serie ambientada en la Herejía de Horus.

Es un periodo histórico en el que Horus, el Primarca de una de las legiones, se rebeló contra el Emperador. Del lado del dios, 'su' padre, se pusieron los Primarcas leales. Nombres como Leman Russ, Ferrus Manus, Vulkan, Lion El'Johnson o Roboute Guilliman representan a poderosos héroes, con sus particularidades, que se enfrentaron a sus 'hermanos' traidores en una saga de proporciones épicas que cuenta con decenas de libros, todos comercializados, también, por Games Workshop.