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De norte a sur, de este a oeste, los dos cuartos premios de la lotería de Navidad, dotados con 200.000 euros a la serie, recorrieron este domingo de manera incansable el mapa de España. El 77768 y el 48020 se diseminaron por todo el país. Pueblos afectados por las inundaciones como Aldaia, Paiporta, Sedaví y Riba-roja, todos ellos en Valencia, quedaron resarcidos por la suerte de los bombos. A Letur (Albacete), otra de las poblaciones afectadas por el temporal, llegaron dos décimos del 77768.
El primero de los cuartos premios, el 77768 fue consignado en Madrid, Guía de Isora (Tenerife), Málaga, Barcelona, Manises (Valencia) y un sinfín de lugares.
Es largo enumerar dónde cayó el segundo cuarto premio, el 48020, si bien la parte del león se la llevó Madrid, pero de carambola se desplazó a Ayllón, en el nordeste segoviano. Así las cosas, algunas migajas se asentaron en Elda (Alicante) y Sant Boi de Llobregat (Barcelona).
Daniel Roldán
Fernando Morales
Fue un número muy viajero, aunque en realidad se vendió casi íntegramente en la administración La Bruja de Madrid, situada en la calle Colombia, donde se repartieron 30 millones de euros en premios, de los que 21 se marcharon a la comarca castellanoleonesa. «Ha sido un número talismán. Desde aquí lo hemos distribuido a Segovia y a un colegio de Madrid. Se lo ha llevado también una clínica dental», dijo Raquel Nieto, natural de Ayllón, quien se guardó un décimo y agració de paso a su pueblo. La hermana de esta lotera gestiona otro establecimiento en el barrio madrileño de Hortaleza, El Madroño, y también vendió dos series de este cuarto premio. Las dos quedaron sendos décimos del 48020.
Ciento cuatro series se vendieron desde la parroquia de Santa María la Mayor por dos vecinas, Rocío y Gloria, que, espoleadas por el mal estado del templo, se les ocurrió allegar fondos a través de la venta de lotería, reservando un pequeño recargo como donativo.
El 77768 se vendió también en diversos municipios de la Comunidad Valenciana, entre ellos Paiporta, Sedaví y Riba-roja, el epicentro de la riada del 29 de octubre, lo que hace buena la superstición de que lugares tocados por la desgracia son afortunados por el sorteo. También una de las series del 48020 viajó al centro comercial de Bonaire, en Aldaia, que sufrió la destrucción de la dana.
La administración El Elefante de la calle Arenal, en Madrid, a pocos metros del Teatro Real, donde se ofició la liturgia del sorteo, fue la que más fortuna repartió, pues tenía consignadas 41 series, lo que supone todo un dineral: 8,2 millones de euros. A ellos hay que sumar más de un millón debido a los números que se vendieron a través de la web.
Magalí Desborde, encargada del despacho, es especialista en repartir recompensas: «El año pasado dimos dos quintos y el gordo. Y en 2022 también el primer premio». El establecimiento, aparte de distribuir el primero de los cuartos premios, vendió asimismo una serie del tercero. Al poco de saberse la noticia se descorchó el champán y el espumoso regó las gargantas, al tiempo que pasaban de mano en mano los bombones y los socorridos churros.
Manuel Blanco, que regenta la administración Don Manolito de Santiago de Compostela, en el centro comercial As Cancelas, se enteró de la buena nueva mientras estaba en la cama. El establecimiento hizo que el 77.768 viajara por 24 municipios de las cuatro provincias gallegas. Cuando sonó el timbre del móvil para avisarle, dio un respingo de alegría: «El año pasado vendimos un décimo del gordo y ahora diez de un cuarto premio... ¡Y no hay dos sin tres!»
En seis años Manuel ha dado casi un millón de euros de una bonoloto y otros premios, pero este ‘pellizquiño’ le sabe a gloria. Don Manolito, un guiño a la madrileña Doña Manolita, nació tras intensas deliberaciones entre los hermanos Blanco. «Era el típico diminutivo que te ponen en casa porque somos cuatro hermanos y dijimos: ‘venga, don Manolito’»
El 77768 dejó un regalo de 5,7 millones de euros en Canarias por obra y gracia de 285 décimos, vendidos la mayor parte de ellos en el municipio de Guía de Isora (Tenerife), donde recayeron tres millones. Niños con necesidades especiales del instituto de enseñanza secundaria Martín González vendieron diez series de este premio para recaudar dinero a fin de hacer un viaje de fin de curso a El Hierro.
Un modesto supermercado de Letur, municipio de amargas resonancias por las inundaciones, despachó dos décimos del 77.768, una pizca de suerte, pero que al menos alivia algo. «No es un botín pero estamos necesitados de buenas noticias», apuntó el responsable del supermercado ‘Mae Mía’, Susana Segarra. La lotera, de cuyas manos salieron dos décimos que por azar de los bombos se han materializado en 40.000 euros, confió en que los boletos hayan ido a parar a algún vecino, voluntario o miembro del personal de emergencias que han socorrido al pueblo.
Exultantes, los vecinos de Vigo y Grove brindaron cuando se extrajo el 48020. O Grove (Pontevedra) fue tocada por un buen pellizco. Allí se vendió una serie entera, es decir, 200.000 euros de bolsa.
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