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Carlo Ancelotti. Javier Barbancho (Reuters)
Perfil

Ancelotti cierra el círculo

El italiano se convierte en el primer entrenador que atesora las cinco grandes ligas del continente

Óscar Bellot

Madrid

Sábado, 30 de abril 2022, 18:26

Cuando Carlo Ancelotti aceptó la oferta de Florentino Pérez para regresar al Real Madrid, asumió un desafío personal: convertirse en el primer entrenador capaz de ganar las cinco grandes ligas europeas. Campeón en 2004 de la Serie A con el Milan, de la Premier League ... en 2010 con el Chelsea, de la Ligue 1 en 2013 con el PSG y de la Bundesliga en 2017 con el Bayern de Múnich, al veterano preparador de Reggiolo le faltaba en su laureado currículo la Liga española. Con el título ya en el bolsillo, Carletto cierra el círculo.

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En su primera etapa en el banquillo del Real Madrid, Ancelotti amasó cuatro trofeos: una Copa del Rey, una Supercopa de Europa, un Mundial de Clubes y la joya de la corona, esa ansiada décima Champions por la que venía suspirando durante más de una década el club de Chamartín y que los blancos amarraron ante el Atlético en la inolvidable final de Lisboa. Se le escaparon la Supercopa de España, que perdió en 2014 frente al cuadro rojiblanco, y la Liga, conquistada también por la escuadra del Cholo Simeone en la primera temporada del transalpino en Chamartín y sellada por el Barça en su segunda campaña, cuando el equipo que había llegado a encadenar 22 victorias consecutivas entre todas las competiciones y liderado el campeonato entre la jornada 10 y la 25 se desplomó tras el Mundial de Clubes. Dos cuentas pendientes que el viejo zorro ha saldado de un plumazo.

La ausencia de rotaciones y una lesión de Modric en el tramo decisivo de aquel curso 2014-15 pasaron una factura tremenda a un conjunto que había volado entre los meses de septiembre y diciembre, pero que se vio descabalgado por la Juventus en semifinales de la Champions y fue incapaz de ganarle al Barça una enconada batalla por la Liga. La pérdida de los dos grandes objetivos de la temporada provocó el despido a finales de mayo de 2015 de un técnico venerado por el vestuario y muy querido por la afición, aunque bajo esas motivaciones públicas había otras soterradas de las que Ancelotti daría cuenta en el libro 'Liderazgo tranquilo: conquistar mentes, corazones y triunfos', que se publicó en 2016. Entre ellas, mandar al banquillo a Gareth Bale en la recta final de un partido ante el Valencia disputado en Mestalla. «Quitar a Bale es atacarme a mí», le espetó Florentino Pérez, según escribió el italiano.

Una máquina competitiva

Aquel desacuerdo no impidió que el presidente del Real Madrid volviese a llamar a Ancelotti una vez consumada la tumultuosa salida de Zinedine Zidane el pasado verano con el propósito de que calmase las aguas, reactivase al vestuario y devolviese al equipo a la senda del éxito. Ancelotti aceptó el reto sin pensar. «Siento este club como mi casa. Vamos a repetir algo bueno», proclamó en su presentación el 2 de junio. Entonces, como repetiría por activa y por pasiva en los meses sucesivos, no prometió títulos, pero sí que el Real Madrid competiría por todo. Ha cumplido al pie de la letra.

Con esa misma «mano blanda» que le ha permitido abrochar tres Champions y le mantiene vivo en la pelea por la cuarta, algo inédito, Ancelotti ha extendido la vida laboral de la vieja guardia, dado encaje a los dos fichajes del mercado veraniego, desactivado crisis a golpe de ceja y elevado el rendimiento de los jóvenes, con el crecimiento exponencial de Vinicius como máximo ejemplo. En la cuneta se han quedado un puñado de futbolistas como Hazard, Bale, Jovic, Mariano o Isco que, por motivos diversos, han ofrecido una aportación residual. Poco puede reprochársele en este sentido al técnico, que ha avanzado con un reducido fondo de armario sin que se cumpliesen las predicciones que auguraban un nuevo derrumbe por la explotación de sus pretorianos.

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Como sucediera con Zidane, a Ancelotti suele describírsele como un gran gestor de grupos. Es indudablemente cierto y un elemento esencial para gobernar un transatlántico como es el Real Madrid. Pero también es un sabio estratega que supo detectar rápidamente las debilidades de su equipo en la presión alta y corregirlas a tiempo para forjar un bloque letal a la contra aprovechando las virtudes de Vinicius y Benzema. A todo ello se suma su dilatada experiencia, que le ha permitido lidiar con esa letanía de 'peros' que han acompañado el paso firmísimo de los blancos en un curso que puede acabar siendo histórico.

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