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Julio Arrieta
Sábado, 2 de noviembre 2024, 00:18
Seres luminosos somos». Se lo dice el maestro Yoda a su aprendiz Luke Skywalker en una escena de 'El Imperio contraataca', segunda película en ser rodada de la saga 'Star Wars', esto es, 'La guerra de las galaxias' para la afición española que pudo verla en su estreno, en 1977. No es un secreto que la mitología fantástica creada por el cineasta estadounidense George Lucas tiene un fondo espiritual bastante potente. Pero lo que sí se conoce menos es que ese fondo se ha convertido en la base de una religión cuyos practicantes , que se cuentan por miles por todo el mundo, han tratado de ser reconocidos en varias países –sin demasiado éxito pero con mucho ruido– , fundan templos virtuales o físicos y hasta celebran bodas. Bienvenidos al mundo del jediismo o jedismo y que la Fuerza os acompañe.
No está de más aclarar que George Lucas, metodista por tradición familiar pero que profesa una vaga «espiritualidad a la carta», no ha querido saber nada de esta insospechada deriva de su creación. Estudiante de antropología como era, el cineasta incluyó en su historia elementos religiosos de origen diverso en su gran aventura intergaláctica, que describe básicamente el camino iniciático del heroe: el budismo, el taoísmo y el sufismo fueron algunas de sus fuentes, así como los escritos del mitólogo jungiano Joseph Campbell y los del escritor Carlos Castaneda.
Con todo ello, Lucas creó un fondo espiritual para sus caballeros Jedi, guardianes de la justicia durante la República galáctica, exterminados y perseguidos con la llegada del malvado Imperio, un fondo que podría ser descrito como un cierto estoicismo cósmico con aires budistas y panteístas.
El caso es que pronto aparecieron fans de 'Star Wars' que quisieron ir un poco más allá de disfrazarse como sus personajes favoritos cada 4 de mayo y que adoptaron los principios de los jedi, basados en creencias que existen –o existieron–, para convertirlos en el eje espiritual de sus vidas.
En 2001 más de 400.000 personas aseguraron profesar la religión jedi en un censo gubernamental realizado en Reino Unido. El resultado fue interpretado como una broma colectiva, una troleada, que diríamos ahora, pero otras encuestas revelaron que había mucha gente que se tomaba el asunto en serio. Hace una década, justo cuando se consideraba si este culto debería de ser reconocido o no en Inglaterra y Gales –que al final fue que no–, el jedismo contaba allí con 190.000 practicantes. Los había –y hay– también con iguales pretensiones de legitimidad en Nueva Zelanda, Australia, la República Checa o Turquía. Estados Unidos es el país que más templos jedistas acoge y en el que varios de ellos han logrado la exención de impuestos prevista para los grupos religiosos, lo más parecido a un reconocimiento que han alcanzado.
Como el Temple of the Jedi Order, en cuya página web se pueden leer «sermones» jedi. Como el último, publicado la semana pasada, sobre «la búsqueda de la integridad», «una de las siete virtudes cardinales» en «el bushido tradicional, la filosofía marcial de los caballeros samurái del Japón feudal». Que por lo demás, fueron otra de las fuentes de Lucas.
¿Pero en qué creen los jedis reales? Pues depende de a qué congregación se asome uno, porque en este movimiento no hay una estructura jerarquizada y cada grupo va por libre a partir de unos principios básicos basados en los del código de los jedi de la ficción, ideas como que «los jedi son conscientes de las emociones negativas que conducen al Lado Oscuro» o que «los jedi son guardianes de la paz y la justicia».
La Jedi Church de Nueva Zelanda explica que «no tiene doctrina oficial ni escrituras». Esta Iglesia Jedi «reconoce que todos los seres vivos comparten una fuerza vital y que todas las personas tienen un conocimiento innato de lo que está bien y lo que está mal». El principio básico es la creencia en La Fuerza, que cada quién es libre de identificar con una deidad o no. Es «un campo de energía creado por todos los seres vivos. Nos rodea, nos penetra y mantiene unida la galaxia». O sea, lo que decía Obi Wan Kenobi en la pantalla. «En lo que coinciden casi todas las religiones es en que existe una única fuerza unificadora», como insisten los jedis neozelandeses.
En el Temple of the Jedi Order concretan. «Nosotros creemos en la Fuerza, y en el valor inherente de toda vida en ella». También en «una sociedad gobernada por leyes basadas en la razón y la compasión, no en el miedo o los prejuicios». El jedismo se opone además a cualquier discriminación, cree «en la influencia positiva del crecimiento espiritual y la concienciación en la sociedad» y «en la libertad de conciencia».
¿Y cómo se practica la creencia en la Fuerza? Porque lo de levantar cazas estelares con la mente y levitar va a ser que no. «En lugar de ceremonias y rituales, los jedi simplemente comparten creencias e ideales comunes», dice un jedi texano. «Sin embargo, una práctica jedi importante es la meditación », concluye.
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