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Más de 700.000 'veteranos' estadounidenses no pueden estar equivocados. No son excombatientes de la guerra de Vietnam o de Irak, sino el nombre con que los anglosajones se refieren a las personas de mayor edad. En concreto, a las que han participado en un ... macroestudio amparado por la Sociedad Estadounidense de Nutrición, que ha permitido obtener, llamémosle así, el secreto de la longevidad. La adopción de ocho hábitos saludables permite prolongar la vida no sólo unos años más, sino décadas. La diferencia entre morir joven o llegar al límite esperanzable de la existencia humana no siempre está marcada por los genes y la herencia.
«Pequeños cambios en el estilo de vida contribuyen de manera decisiva tanto en nuestro bienestar personal, como en nuestra esperanza de vida», remarca la investigadora Xuan-Mai T. Nguyen, especialista en envejecimiento. «Incluso un pequeño cambio, no importa cuando se comience, a los 40, los 50 o a los 60, sigue siendo beneficioso», anima la especialista. Los científicos utilizaron para el estudio datos recopilados entre 2011 y 2019 en concreto de 719.147 personas, con edades comprendidas entre los 40 y 99 años. Durante ese tiempo, fallecieron 33.375 de ellas.
La investigación no ha desvelado la piedra de Rosetta de la vida. Lo verdaderamente interesante de este trabajo es saber que, unos con otros, todos estos hábitos permiten ganar muchísimos años de calidad existencial. Las principales amenazas para la salud humana son la baja actividad física, el consumo de opioides y el tabaco. El riesgo de muerte crece entre un 30% y un 45% entre quienes hacen poco o ningún ejercicio y consumen uno o más tóxicos.
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Julia Fernández
Óscar Beltrán de Otálora
El estrés, el consumo excesivo de alcohol, la mala alimentación y la falta de sueño también figuran entre los principales segadores de vida. Las posibilidades de morir antes de tiempo crecen en todos estos casos en torno a un 20%. El octavo jinete del apocalipsis humano es la falta de relaciones sociales positivas. Un 5% de los años perdidos se caen por el camino de la soledad y el olvido. Corregir cada una de estas rutas permite ganar unos años de vida de calidad; y si se suman unas con otras hasta décadas. La ciencia asegura que así superaría usted los 90 y bien, no de mala manera.
– Actividad física. Existen infinidad de estudios sobre su impacto en la esperanza y calidad de vida. Ya se sabe que no basta con andar 8.000 o 10.000 pasos diarios, sino que también es preciso hacer ejercicio de fuerza de manera regular. Los gimnasios pueden acabar por aburrir. Pero uno ha de concienciarse de que el entrenamiento es rutina... que se rompe con la mejora en resultados y bienestar. La actividad física, moderada o vigorosa, proporciona de 6 a 8 años extra de vida.
– Tabaco. El enemigo número uno de la existencia humana, junto a la falta de ejercicio es el tabaco. No hace falta recordar la cantidad de enfermedades ligadas al hábito de fumar. El mayor veneno que consume el ser humano arranca una media de 10 años de vida. Dejar de fumar antes de los 40 reduce en un 90% el riesgo de morir por una enfermedad ligada al tabaquismo.
– Opioides. El más conocido en el mercado negro era la heroína, pero la actual epidemia –salvaje en Estados Unidos y Canadá, pero al alza en España– está relacionada con el consumo de fármacos contra el dolor. En la diana está el fentanilo, pero hay más, como el tramadol. En Estados Unidos, la esperanza de vida ha caído 2,4 años (a 76,4), debido según su Gobierno a dos causas: los opioides y la pandemia.
– Estrés. Vivir con niveles muy altos de estrés –la epidemia que ha seguido a la de covid, aunque venía de antes– rebaja la esperanza de vida en 2,8 años. Ansiedad y depresión matan porque favorecen enfermedades mortales, como el infarto. «Para vivir mejor hay que aprender a parar», dice el catedrático de Psiquiatría Javier García Campayo, del hospital Miguel Servet, de Zaragoza.
– Alcohol. Otro tóxico tan aceptado socialmente como el tabaco, y que resulta innecesario justificar por qué se trata de una mala compañía. Un estudio publicado en 'Lancet' en 2018 cifró en 4 ó 5 años los que se pierden con el consumo de 18 cervezas o copas de vino a la semana.
– Mala dieta. No existen alimentos prohibidos, ni superalimentos. Solo sentido común. Una dieta equilibrada debe incluir sobre todo frutas, verduras, legumbres, cereales, pescado y carne blanca. La mediterránea es la única que ha demostrado su eficacia como fórmula saludable. Una dieta así concede 10,7 años a las mujeres y 13 a los hombres.
– Falta de sueño. Dormir mal está relacionado con algunas de las enfermedades que más matan, fundamentalmente infartos y cáncer. El insomnio y sus amigos resta entre un 13% y un 20% de esperanza de vida. Aquí tien e hasta 16 años más, si se cuida.
– Relaciones humanas. La soledad obligada, el mal de nuestra sociedad, mata. Uno de los últimos estudios cifra en 15 los años perdidos por el aislamiento social. Hay penas que duelen mucho, demasiado.
¿Ha echado cuentas? No lo haga, simplemente viva.
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