Secciones
Servicios
Destacamos
El famoso medicamento para tratar la adicción al tabaco volverá a dispensarse en las farmacias españolas a partir del próximo mes de abril con receta médica. Esta vez no lo hará bajo el nombre de 'Champix' (Pzifer) sino que se comercializará únicamente su genérico, la ... vareniclina, el principio activo del conocido fármaco, que tuvo que ser retirado del mercado hace tres años al detectarse la presencia una sustancia potencialmente cancerígena (nitrosamina) durante su proceso de fabricación.
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ya dio luz verde al uso de este genérico fabricado por Laboratorios Normon el pasado 16 de enero, aunque la vareniclina no estará disponible en las farmacias «hasta el próximo mes de abril, mayo como tarde», a la espera de que el comité asesor decida su precio y qué porcentaje del tratamiento será financiado por el Estado. «Es previsible que sea más barato que el Champix (360 euros) por tratarse de un medicamento sin marca, pero de momento son todo especulaciones», admite Carlos Fernández Moriano, responsable del Área de Divulgación Científica del Consejo General de Farmacéuticos. Estas son algunas de las claves que explican el éxito de este famoso tratamiento, al que podrán acceder bajo prescripción médica los adultos fumadores que quieran abandonar este hábito.
La vareniclina es un medicamento administrado por vía oral en forma de comprimidos y pensado para aliviar los síntomas que causa la abstinencia del tabaco y multiplicar así las posibilidades de que el paciente deje de fumar. El tratamiento, que actúa sobre los sistemas de recompensa que activa el organismo en respuesta a la adicción a la nicotina, tiene una duración de doce semanas, «prorrogable otros tres meses si el médico lo considera necesario para afianzar el éxito de la terapia», puntualiza Fernández Moriano.
Los comprimidos se comercializan en dos formatos –pastilla blanca (0,5 miligramos) y azul (1 miligramo)– y las dosis son progresivas. «Imaginemos que el paciente empieza el tratamiento a principios de semana. Pues bien, el lunes, martes y miércoles tomará un comprimido blanco al día. El jueves, viernes, sábado y domingo, tomará la misma pastilla, pero dos veces al día. Y a partir de ese momento y hasta el final del tratamiento se pasará al comprimido azul mañana y noche», especifica el directivo del Consejo General de Farmacéuticos de España. Por norma general, la medicación se empieza a tomar una semana antes de que el paciente deje de fumar.
«El envase recetado por el médico cubre un mes completo de tratamiento, que se renueva en función de su éxito. Por ejemplo, si el paciente recae en esas primeras cuatro semanas o siente que no le está ayudando a dejar de fumar se eliminará la vareniclina de su receta electrónica. Por el contrario, si el fármaco le funciona se renovará cada mes hasta completar el tratamiento», especifica Fernández Moriano.
Noticias relacionadas
Según recoge la ficha técnica del medicamento genérico, las probabilidades de dejar de fumar a las cuatro semanas de empezar a tomar el fármaco se duplican, a los dos meses esta cifra se multiplica por cinco, mientras que si el fumador completa los tres meses multiplica por once las posibilidades de abandonar este hábito de manera exitosa. «No obstante, las tasas de abandono son bastante altas y solo dos de cada diez personas no vuelven a fumar ni un solo cigarrillo a los nueve meses de finalizar el tratamiento», destacan los expertos sanitarios en deshabituación tabáquica.
La vareniclina comercializada por Normon se dispensará bajo prescripción médica a cualquier adulto fumador que quiera dejarlo. Ahora bien, lo que todavía se desconoce es cómo va a funcionar la financiación de este fármaco, que mantiene en el pacientes unos niveles de dopamina suficientes como para evitar los síntomas de abstinencia. «Teniendo como referencia lo que se hacía con el 'Champix', es probable que se subvencione una parte del tratamiento, pero solo si se cumplen una serie de requisitos como, por ejemplo, que el paciente forme parte de alguno de los programas de deshabituación tabáquica o que tenga un alto grado de dependencia de la nicotina, es decir, que fumen diez o más cigarrillos al día», precisa Fernández Moriano.
La vareniclina no es el único medicamento al que pueden recurrir las personas que quieren dejar de fumar. La lista de tratamientos antitabáquicos financiados por la Sanidad pública también incluye el 'Recigarum' y el 'Todacitan', dos fármacos cuyo principal principio activo es la citisina.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La proteína clave para la pérdida de grasa
El Comercio
La CHD inicia las obras para poder vaciar el embalse de El Tejo
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.