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Así funciona la metformina, el prometedor fármaco que frena el envejecimiento
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Así funciona la metformina, el prometedor fármaco que frena el envejecimiento

Los últimos estudios sobre este medicamento, usado hasta ahora para controlar el azúcar en sangre en pacientes diabéticos, también sugieren beneficios en tratamientos oncológicos

Sábado, 27 de abril 2024, 18:55

Primero fue el Ozempic, un medicamento para tratar la diabetes que saltó a la fama hace unos meses por sus propiedades adelgazantes. Y ahora le toca el turno a la metformina, otro fármaco usado también para rebajar los niveles de azúcar en sangre y que ... va camino de convertirse en uno de los medicamentos «más prometedores» no solo para retrasar el envejecimiento sino también para abordar con éxito el tratamiento de patologías asociadas al deterioro de nuestro organismo como algunos tipos de cáncer o las demencias.

«Los estudios realizados hasta ahora sugieren que esta molécula, obtenida originalmente de una planta (Galega officinalis), podría contribuir a alargar nuestra esperanza de vida al actuar directamente sobre la actividad de los procesos celulares que determinan la rapidez a la que uno envejece. Ahora bien, frenar el envejecimiento no se consigue únicamente con tomar una pastilla. Es una combinación de varios factores: genética, alimentación, estilo de vida...», aclara el profesor Antonio Ayala, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Sevilla y vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina Antienvejecimiento y Longevidad (SEMAL). El experto explica por qué este fármaco, comercializado en España bajo diferentes marcas, está en boca de todos los investigadores.

Antidiabético oral

La metformina se ha recetado tradicionalmente para rebajar los niveles de azúcar en sangre. De hecho, es el medicamento de primera elección en el tratamiento de la diabetes en nuestro país y su mecanismo de acción consiste básicamente en inhibir la producción de glucosa en el hígado. Sin embargo, varios estudios clínicos realizados en los últimos años desvelan otros potenciales y prometedores usos de la metformina, entre los que destaca su capacidad para frenar el envejecimiento del organismo.

La 'suerte' de la genética

«Para entender el efecto de la metformina como fármaco antiedad tenemos que tener en cuenta que la velocidad a la que una persona envejece se debe fundamentalmente a los genes y hábitos de vida de la persona. Siempre se ha dicho que la parte genética supone un 30% y nuestras rutinas diarias (alimentación, ejercicio, nivel de estrés...) un 70%, pero la realidad es muy distinta. Hay personas que tienen una genética tan robusta que les va a permitir vivir muchos años aunque fumen o sean sedentarios, mientras que otras que se cuidan muchísimo no tienen esa misma suerte. Y hablo de suerte porque cómo se reparte ese porcentaje es una lotería», aclara el profesor Ayala.

¿Por qué funciona?

Pues bien, la metformina incide en la parte genética, que es la que viene de 'serie' y no se puede modificar. «Digamos que en nuestro cuerpo todos tenemos dos tipos de genes: unos que nos van a permitir vivir mucho, los vamos a llamar verdes, y otros que van a acortar nuestra esperanza de vida –rojos–. Pues entre esos genes verdes, tenemos uno que se llama AMPK, que es el que controla la energía y el metabolismo celular. Y para vivir más, lo suyo sería tenerlo lo más activo posible», explica.

Lo que ocurre es que como no se puede actuar directamente sobre los genes, salvo que nos sometamos a una terapia génica, «lo que hacemos es intervenir sobre la proteína que producen y que tiene una función muy clara: estar pendiente de los niveles de energía de la célula. En el momento en el que los niveles bajan, esa enzima coge la batuta para frenar la pérdida de energía y evitar así que la célula muera. ¿Y cómo lo hace? Pues inhibe todos los procesos que gastan energía y estimula aquellos que la producen. Es decir, hace lo mismo que haría cualquiera cuando tiene problemas de dinero: recorta gastos y busca ingresos adicionales», explica gráficamente el vicepresidente de la SEMAL.

Y es aquí donde interviene la metformina. Esta molécula ayuda a la proteína a mantener esos niveles de energía de la célula. Por un lado, contribuye a inhibir las rutas que usan energía, por ejemplo la formación de glucosa, grasa... (recorta gastos) y, por otro, estimula su producción (ingresos adicionales) a través de un proceso que se llama autofagia, que consiste en reciclar todos los componentes celulares que ya han cumplido su función o que están un poco defectuosos. En otras palabras, limpia toda la basura que se acumula en las células para convertirla en energía, de manera que la célula se mantiene joven porque no acumula residuos tóxicos, que son los responsables de enfermedades como las demencias, el cáncer o la diabetes. El efecto de la metformina como fármaco antiedad consiste precisamente en estimular la autofagia: al generar menos basura celular, envejecemos más lentamente».

Pero este proceso no se activa únicamente con este fármaco. «Restringir la cantidad de kilocalorías que ingerimos al día y hacer ejercicio con regularidad tiene el mismo efecto sobre nuestro organismo que este medicamento», añade el profesor Ayala.

¿Quién la puede tomar?

Este medicamento, que solo se dispensa con receta médica, lo puede tomar todo el mundo a partir de una determinada edad (30, 40, 50 años en adelante), pero no todo el mundo lo necesita. «Una persona con una genética generosa y que se cuida no necesita recurrir a este tipo de fármacos. Le basta con controlar su alimentación y hacer ejercicio. Además, solo se puede recetar como tratamiento antienvejecimiento fuera de prospecto (off-label). Es decir, si un especialista lo prescribe como medicamento antiedad lo hace bajo su responsabilidad porque en España únicamente se comercializa como antidiabético oral. De hecho, mientras el envejecimiento no se considere una enfermedad no se pueden prescribir fármacos específicos para alargar la esperanza de vida».

La metformina se presenta en comprimidos. En el caso del tratamiento para controlar la diabetes, los pacientes suelen tomar dos pastillas al día de 800 mg. cada una, mientras que las dosis que se usan en antienvejecimiento son más bajas, entre 400 y 500 mg. En el caso del tratamiento antiedad, la mejor hora para tomarlas es por la noche porque el efecto sobre el organismo es mayor.

Efectos secundarios

El más común es la aparición de problemas gastrointestinales, pero no es el único. La metformina disminuye los niveles de la vitamina B12, por lo que también puede causar anemia. Los personas que toman este fármaco deben hacerse revisiones continuas y ejercicio de fuerza porque otro de sus efectos secundarios es que disminuye la masa muscular.

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