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R. C.
Madrid
Domingo, 9 de abril 2023, 19:11
La guerra de Ucrania volvió a acaparar este Domingo de Resurrección, la preocupación del papa Francisco, quien en su bendición 'Urbi et Orbi' pidió ayuda para el pueblo ucraniano» y «luz» sobre el población rusa, al tiempo que expresó su preocupación por la espiral de ... la violencia entre Israel y Palestina. «Expreso mi profunda preocupación por los ataques de estos últimos días, que amenazan el deseado clima de confianza y respeto recíproco, necesario para retomar el diálogo entre israelíes y palestinos, de modo que la paz reine en la Ciudad Santa y en toda la región», proclamó.
El Papa también reclamó paz para Ucrania, invadida por Rusia hace poco más de un año. «Ayuda al amado pueblo ucraniano en el camino hacia la paz e infunde la luz pascual sobre el pueblo ruso», dijo Francisco. «Conforta a los heridos y a cuantos han perdido a sus seres queridos a causa de la guerra, y haz que los prisioneros puedan volver sanos y salvos con sus familias. Abre los corazones de toda la comunidad internacional para que se esfuerce por poner fin a esta guerra», remachó.
Ante unos 100.000 fieles congregados alrededor de la plaza San Pedro, Jorge Mario Bergoglio expresó su convicción de que se está librando una Tercera Guerra Mundial. Exhortó a los líderes del mundo a que solucionen «todos los conflictos que ensangrientan al mundo, comenzando por Siria, que aún espera la paz». El obispo de Roma oró por los damnificados del violento terremoto que asoló en febrero Turquía y Siria y causó cerca de 60.000 muertos y más de tres millones de desplazados: «Recemos por cuantos han perdido familiares y amigos, y se quedaron sin casa; que puedan recibir consuelo de Dios y ayuda de la familia de naciones».
También se acordó del Líbano que, aún está en «busca de estabilidad y unidad, para que supere las divisiones y todos los ciudadanos trabajen juntos por el bien común del país».
El Papa se refirió asimismo a Haití, «que está sufriendo desde hace varios años una grave crisis sociopolítica y humanitaria, y sostiene el esfuerzo de los actores políticos y de la comunidad internacional en la búsqueda de una solución definitiva a los problemas que afligen a esa población tan atribulada». El mensaje del Pontífice reivindicó a las comunidades cristianas que afrontan situaciones difíciles y recordó a quienes se les impide profesar «libre y públicamente su fe», como en Nicaragua.
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