El Vaticano asegura que Benedicto XVI se mantiene «estable» dentro de la «gravedad»

El empeoramiento de la salud de Benedicto XVI habría comenzado en los días previos a la Navidad y se aceleró en las últimas horas, hasta el punto de que los problemas respiratorios que sufre, según adelantó la agencia italiana Ansa, sorprendieron tanto su entorno como en la Curia romana. Cuando Jorge Mario Bergoglio se refirió al agravamiento de las condiciones sanitarias de su antecesor ante los fieles, diversos altos cargos de la Santa Sede estaban fuera de Roma, por lo que han tenido que regresar a toda prisa ante el posible fallecimiento.

También se había tomado unos días de descanso en Alemania el arzobispo Georg Ganswein, histórico secretario personal del Papa emérito, como adelantó la revista religiosa 'Vida Nueva' y pudo confirmar este diario. Ganswein ya ha vuelto al lado de Ratzinger y le acompaña en el monasterio Mater Ecclesiae donde ambos viven, situado dentro de los Muros Vaticanos y adaptado para que el anterior Pontífice reciba una atención médica permanente.

Al informar este jueves de la evolución de las condiciones del Papa emérito, Matteo Bruni, portavoz vaticano, renovó el llamamiento lanzado el día anterior por Bergoglio a los fieles para que «recen» por Ratzinger y le «acompañen» en estas «horas difíciles». Respondiendo a esta llamada, el cardenal Angelo De Donatis, vicario del Papa para la diócesis de Roma, informó de que en la tarde de este viernes se celebrará una misa en la basílica de San Juan de Letrán, la catedral de la capital italiana, para pedir a Dios que «consuele y apoye en este momento de sufrimiento» a Benedicto XVI. De Donatis pidió a todos los fieles de Roma a que se unan a estas oraciones por la salud del Papa emérito, algo que también han hecho los obispos de multitud de diócesis en diversos lugares del mundo.