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Un doble hilo conductor de las reacciones de los representantes religiosos y políticos tras el fallecimiento de Joseph Ratzinger: el primero, el obvio, el lamento personal y las condolencias remitidas a la comunidad católica mundial; el segundo, el señalamiento del perfil de intelectual y de ... estudioso de la teología, además de contribuidor a esta ciencia, que tuvo Benedicto XVI y que quisieron realizar todos quienes, fundamentalmente a través de sus redes sociales, se expresaron sobre este acontecimiento luctuoso acaecido en este último día de 2022. El canciller alemán, Olaf Scholz, sí hizo referencia, además, a la «personalidad controvertida» del pontífice.
El cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española, fue el primero en transmitir sus condolencias por la muerte del Benedicto XVI. A través de un vídeo grabado, el jefe de la Iglesia española expresó su agradecimiento al pontífice emérito fallecido por «su profundo ministerio como Papa, sus escritos teológicos y su profundo amor a la Iglesia».
También hizo hincapié Omella en la relación de Joseph Ratzinger con el catolicismo español: «Quedará para siempre en nuestro corazón su cercanía con la Iglesia que peregrina en España». De esta manera, Omella hizo referencia a la canonización y beatificación de «hijos de la Iglesia» española que se produjo durante el pontificado de Benedicto XVI, así como a las tres visitas del Papa a España con motivos destacables: en 2005 viajó a Valencia para la celebración del Encuentro Mundial de las Familias; en 2010 visitó Santiago de Compostela como peregrino dentro del Año Santo, además de Barcelona para la consagración de la Sagrada Familia; y el año siguiente, continuó Omella, volvió de nuevo a España, a Madrid, para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud, que reunió, afirmó el presidente de la Conferencia Episcopal, a más de un millón de jóvenes de todo el mundo.
Las campanas de algunos templos de España tocaron a difunto a fin de mostrar que la Iglesia está en duelo. Varios obispos, además, recordaron la «profunda huella en el pensamiento cristiano» que deja el Papa emérito, como el de Bilbao, Joseba Segura; mientras que el secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal, César García Magán, situó al pontífice en la «senda de los grandes doctores de la Iglesia».
El Papa Francisco se refirió en la tarde del sábado a Benedicto XVI en el tradicional 'Te Deum' de final de año: «Sólo Dios conoce el valor y la fuerza de su intercesión, de sus sacrificios ofrecidos por el bien de la Iglesia», afirmó el pontífice. «Con emoción recordamos su persona tan noble, tan gentil. Y sentimos tanta gratitud en el corazón: gratitud a Dios por haberle dado a la Iglesia y al mundo; gratitud a él, por todo el bien que ha realizado, y especialmente por su testimonio de fe y de oración, sobre todo en estos últimos años de su vida retirada», relató Francisco.
Felipe VI trasladó su pésame mediante un telegrama al Papa Francisco en el que señaló que recibió con «gran tristeza» la noticia y destacó que Benedicto XVI lideró la Iglesia Católica con «extraordinaria vocación de servicio, humildad, entrega y amor». El Rey envió en su nombre, en el del Gobierno y en el del pueblo español el testimonio de su «más sentido pesar» y subrayó el «fecundo legado intelectual y espiritual» que deja Benedicto XVI, según informó Zarzuela.
Además, la Casa Real recordó al Papa emérito en un mensaje publicado en Twitter, en el que apuntó que guarda «con profundo sentimiento el recuerdo del cariño con que siempre distinguió a España». «Benedicto XVI lideró la Iglesia Católica con una extraordinaria vocación de servicio, humildad, entrega y amor. Guardamos, con profundo sentimiento, el recuerdo del cariño con que siempre distinguió a España con sus visitas a Valencia, Santiago de Compostela, Barcelona y Madrid», añadió Casa Real al mensaje adjuntando una foto de los Reyes junto al papa emérito.
Por su parte, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, trasladó a través de su perfil de Twitter sus «más sentidas condolencias a la Iglesia Católica» por el fallecimiento del Papa Benedicto XVI, y, como hiciera Omella, también incidió en su perfil intelectual, al calificarlo como «gran teólogo» que, además, añadió el jefe del Ejecutivo español, estuvo «entregado al servicio de los demás, la justicia y la paz».
Dentro del panorama político español, el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, fue una de las primeras personas en transmitir su pésame: «Mi sentido pesar por la muerte de S. S. el Papa emérito Benedicto XVI, a quien tuve el honor de recibir en Galicia en el Año Santo 2010. Siempre lo recordaremos como un peregrino más por su intelectualidad y cercanía», escribió el líder popular en su perfil de Twitter junto a una fotografía en compañía del fallecido.
El presidente de la Junta de Andalucía, el también 'popular' Juanma Moreno, comunicó su «respeto y profundo pesar» por el suceso, para poner de relieve acto seguido la obra del Pontífice emérito al frente de la Iglesia, que, valoró Moreno, «inspiró a católicos y devotos en todo el mundo».
Como «héroe intelectual» resaltó Isabel Díaz Ayuso a Benedicto XVI: «Luchó por la dignidad y la libertad de todos en su labor como Papa, escritor, político, pero sobre todo como gran pensador», añadió la presidenta de la Comunidad de Madrid. Y ello, agregó la política del PP, «tras el inmenso Juan Pablo II, a quien tuvo el valor de suceder».
El presidente de la Generalitat Valenciana, el socialista Ximo Puig, lanzó un mensaje de «máximo cariño» a los católicos y a «las personas de buena voluntad del mundo» que encontraron en el Papa emérito una «mirada de esperanza». También incidió en el perfil de Benedicto XVI como «intelectual de reconocido prestigio internacional» y en sus aportaciones al estudio de la religión.
Emiliano García Page, presidente de Castilla-La Mancha, defendió que perdurará la «huella» que deja Ratzinger, a quien considera que fue «sostén de la Iglesia» y «defensor de la verdad».
Por su parte, el presidente asturiano, el socialista Adrián Barbón, destacó su «decisión histórica» de dejar el pontificado, puesto que «marcará el futuro», al poder establecer un precedente: «renunciar al papado cuando fallan las fuerzas».
Fueron muchos otros presidentes autonómicos, alcaldes y dirigentes políticos quienes usaron las redes sociales para transmitir condolencias, pesares y reconocimientos al fallecido.
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De este modo, Carlos Iturgaiz, presidente del PP vasco, manifestó su «profunda tristeza» por la muerte del Papa, de quien destacó ser «un gran teólogo», además de un «verdadero Doctor de la Iglesia». El político vasco fue otro de los que también quiso poner de relieve la renuncia del Pontífice al cargo, con lo que mostró que «siempre pensó en lo mejor para la Iglesia Católica».
El exministro de Sanidad y primer secretario de los socialistas catalanes, Salvador Illa, transmitió su lamento por la muerte del Papa e incidió, como tantos otros, en el «importante legado teológico» que lega.
También se pronunció el líder de Vox, quien, también a través de Twitter, escribió: «Benedicto XVI nos invitó a ser minorías creativas que fermentan la sociedad con Bien, Verdad y Belleza. Nunca olvidaremos su amor a España y su constante llamada a nuestra unidad».
En el ámbito internacional, el canciller alemán, Olaf Scholz, también se refirió a través de Twitter a la muerte del Papa Benedicto XVI, nacido en la localidad germana de Marktl: «Para muchos, no sólo en este país, era un líder especial para la Iglesia». Scholz definió a Ratzinger como «teólogo inteligente», pero también le atribuyó una «personalidad controvertida». En el Parlamento de Alemania se ha ordenado que las banderas ondeen a media asta en homenaje al Papa fallecido este sábado a los 95 años.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, por su parte, hizo hincapié en la «fuerte señal» que lanzó el fallecido Papa con su renuncia al cargo: «Se vio a sí mismo primero como un servidor de Dios y de su Iglesia», expresó a través de Twitter.
El secretario general de la ONU, António Guterres, recordó la vertiente más social del pontífice emérito a través de sus «poderosos llamamientos» en favor de los «marginados», así como su petición de reducir la brecha entre ricos y pobres que, reinvindicó Guterres, ahora «son más relevantes que nunca».
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, definió al Papa como «gigante de la fe y de la razón» y como «un cristiano, un pastor, un teólogo: un gran hombre que la historia no olvidará». Meloni también transmitió que, a su juicio, Ratzinger fue «un hombre enamorado del Señor que puso su vida al servicio de la Iglesia Universal».
El mensaje del presidente francés, Emmanuel Macron, se dirigió a los creyentes: «Mi pensamiento está con los católicos de Francia y de todo el mundo, afligidos por la partida de Su Santidad Benedicto XVI, quien trabajó con toda su alma e inteligencia por un mundo más fraterno».
Por su parte, el primer ministro británico, Rishi Sunak, compartió su tristeza por el fallecimiento del Papa, de quien destacó, como muchos otros, su calidad como teólogo, además de la visita que realizó al Reino Unido en el año 2010, acontecimiento que definió como un «momento histórico» tanto para los católicos como para los no católicos del país. «Mis pensamientos están con los católicos del Reino Unido y de todo el mundo», concluyó Sunak.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, expresó sus «sinceras condolencias» al Papa Francisco, al conjunto de la jerarquía de la Iglesia así como a todos los fieles católicos. E insistió en que Ratzinger fue un «destacado teólogo, intelectual y promotor de valores universales».
De otro lado, el presidente ruso, Vladimir Putin, resaltó el impulso que atribuye a Benedicto XVI de haber impulsado las relaciones de la Iglesia Católica con Rusia y la Iglesia Ortodoxa. Además, a través de un telegrama remitido al Papa Francisco y difundido por el servicio de prensa del Kremlin, Putin dibujó al pontífice fallecido como un «firme defensor de los valores cristianos tradicionales».
Las condolencias también llegaron de América Latina. Por ejemplo, desde Brasil, donde se pronunciaron tanto el presidente electo, Lula, como el saliente, Jair Bolsonaro. Lula, a punto de tomar posesión de su cargo, recordó que el difunto Papa visitó Brasil en 2007, durante un anterior mandato al frente de su país, y que entonces tuvieron «la oportunidad de hablar sobre su compromiso con la fe y las enseñanzas cristianas».
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