Los entresijos del montaje de los pasos más grandes de la Semana Santa de Salamanca

Álex López

Salamanca

Martes, 15 de abril 2025, 11:01 | Actualizado 11:21h.

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Diferentes maneras de trabajar o de nombrar ciertas cosas, pero una cosa en común, el que sus imágenes luzcan de la forma más digna posible por las calles de Salamanca. La Purísima y San Julián se convierten en un monumental taller de montaje de emociones y devociones. La Hermandad de Nuestro Padre Jesús Despojado y María Santísima de la Caridad y el Consuelo y la Congregación de Jesús Nazareno y Santo Entierro tienen el honor, y la responsabilidad, de contar con los dos pasos más grandes, tanto en tamaño como en imágenes que los integran, de la Pasión salmantina.

Iglesia de la Purísima. Tarde de miércoles. El paso de misterio de Jesús Despojado de su Vestiduras está casi al completo, situado junto al paso de palio de Caridad y Consuelo, a la que faltan por retocar algunos detalles de la vestimenta y la minuciosa colocación de la candelería con la cera líquida, uno de los procesos más delicados, hecho al milímetro, para mantener la rectitud y simetría de lo que será la iluminación del paso.

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En el misterio falta el protagonista principal, Jesús Despojado, que aguarda la llegada del vestidor para que le ponga sus mejores galas para lucir la tarde del Domingo de Ramos. Este año, la hermandad ha tenido que organizar el trabajo de otra manera al ser su titular la imagen protagonista del pregón de Semana Santa en el teatro Liceo el día anterior. El trabajo de priostes, camareras, vestidor y floristas se va mezclando como un buen engranaje. Mañana, tarde y noche en una iglesia en la que se prefiere trabajar a puerta cerrada, pero que compagina muy bien con los horarios de apertura, dejando las tareas más sensibles y «ruidosas» para cuando no haya actividad en el templo. Antes de las misas, tras limpiar y recoger, se abandona, momentáneamente, el lugar para no interferir ni molestar.

Al caer, la noche, ya cerca de la última hora del día, llega el momento más íntimo e importante. El vestidor da el aviso para preparar elevador y escaleras. Jesús Despojado ya está listo, vestido de blanco (algo esperado por muchos, ya que la última vez con este color fue en 2016). La altura del paso lo hace todo más complejo, pero el mimo y el conocimiento lo ponen todo más fácil. Así, se completa el paso de misterio, a la espera de que el tiempo respete la tarde del Domingo de Ramos.

Iglesia de San Julián. Tarde de sábado. La Ilustre y Venerable Congregación de Nuestro Padre Jesús Nazareno y el Santo Entierro vive su «primer día grande de hermandad». El día del montaje de pasos es un día muy esperado en la congregación. Un montaje abierto al público, pero llevado a cabo por un grupo específico de hermanos que conocen las tareas. Se decide hacer así para que la gente pueda verlo y se contagie de ese espíritu de hermandad.

Con el Santo Entierro ya sobre su nueva carroza, los hermanos cargan las pesadas andas del grupo escultórico de Jesús en la calle de la Amargura, el grupo escultórico que preside y protagoniza Jesús Nazareno. Una a una, varios hombres suben a pulso los entre 70 y 80 kilos que pesa cada imagen. Dos las colocan sobre sus marcas y debajo las atornillan. Un trabajo en equipo que se repite con cada talla hasta llegar a Jesús Nazareno. «Quien quiera besar a Jesús, que lo haga», se oye en la iglesia. Un ritual de despedida hasta que acabe la Semana Santa. Besos y miradas a un Nazareno al alcance de la mano antes de subirse a su paso, sobre el que mirará a Salamanca el próximo Viernes Santo.