Diez años del doctor Honoris Causa de Vargas Llosa por la Universidad de Salamanca

Laura Linacero

Salamanca

Lunes, 14 de abril 2025, 11:07

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Este lunes el mundo amanecía con una triste noticia: el penúltimo clásico de las letras hispanas, Vargas Llosa, fallecía de madrugada a los 89 años. El escritor más relevante en español del último medio siglo se va dejando un centenar de obras, inumerables artículos y una huella imborrable en la literatura -y también en la historia de Salamanca-. Justo se cumplen diez años de la investudura del Nobel de Literatura por la Universidad de Salamanca. En 2015, el escritor obtuvo este reconocimiento por «esfuerzo desarrollado en el ámbito de las letras y con la lengua española».

La ceremonia fue presidida por el entonces rector de la USAL, Daniel Hernández Ruipéres. Además, asistieron otras personalidades como el entonces vicedirector de la Real Academia Española, José Antonio Pascual; el director del Instituto Cervantes y director honorario de la RAE, Víctor García de la Concha; el exembajador de la República del Perú -ya fallecido- Rafael Roncagliolo; el que fuera consejero de Educación de la Junta de Castilla y León, Fernando Rey, y el exalcalde de Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco.

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El escritor entró a formar parte del claustro de doctores de la Universidad de Salamanca con la defensa de la catedrátrica Carmen Ruiz Barrionuevo quien ensalzó la figura del intelectual. «Vargas Llosa no es nunca un simple testigo, sino un apasionado polemista y un persistente delator de los males de su época [...]. Es, además, un intelectual que no rehúye la reflexión acerca de los valores y carencias del mundo contemporáneo, estableciendo pautas de opinión en los medios internacionales».

Por su parte, el escritor agradecía con orgullo su nombramiento. «Es una enorme responsabilidad intelectual formar parte de esta universidad, en cuyas aulas han impartido o recibido clases personajes de mi más honda admiración, como Góngora, Azorín o Unamuno». En ese discurso también confesó como escribía las novelas -«los temas me eligen a mí, me son impuestos por una realidad»-, y para qué servía la literatura - «nos hace más infelices, pero también nos hace muchísimo más libres». La libertad y la realidad de Vargas Llosa han hecho, sin duda, historia.