Resucitar un sueño devorado por las llamas: el aula de Bioconstrucción Gomecello necesita 200.000 euros

«Ahora mismo es un proyecto insostenible pero vamos a intentar sacarlo adelante» así respondía Jesús Garrote, director de la Casa Escuela Santiago Uno sobre la necesidad de hacer viable la situación de la infraestructura eléctrica que supone unos 100.000 euros al tener que cambiar las baterías de litio de las placas solares que sostienen la ordenañora y las cámaras del queso. «Ahora mismo, estamos funcionando con un generador de gasolina que supone un gasto de 7.000€ y es imposible pagarlo con los recursos económicos con lo que producimos».

Diferentes asociaciones privadas se han puesto en contacto con Jesús para ver en que se puede ayudar, también diferentes personas de vida pública aunque no hay ninguna respuesta directa de las administraciones. La organización sin ánimo de lucro 'Energias Sin Fronteras' ha colaborado con la colocación de las primeras placas y se han puesto en contacto otra vez para ayudar en el cambio de las baterias.

«En cuanto a la bioconstrucción, sinceramente, de la administración pública no espero nada» así se refería el director de la Casa Escuela al hablar de la imposibilidad de acceder a ayudas que pueden llegar de diferentes instituciones públicas debido a la situación legal en la que están las personas que trabajan o se forman en el centro. No obstante, puntualizaba que él no se puede quejar en cuanto a ayudas que ha recibido destinadas a la formación profesional, pero entiende que hay muchas trabas para recibir diferentes ayudas económicas a las que intentan acceder.

«Nuestra idea es poder comenzar con un crowdfunding a partir del 1 de» comentaba Garrote, ya que mucha gente le ha transmitido su apoyo y tiene ganas de colaborar cuanto antes. Las necesidades económicas son importantes y reconocía que ahora mismo no hay una solución, ya que «el mantenimiento total significa conseguir 200.000 euros, sin contar la mano de obra que es voluntaria y teniendo en cuenta el precio de las baterias de las placas».

«El trabajo en la quesería así como el pastoreo no se ha detenido» al recordar Jesús que los daños han sido materiales y no han afectado a los animales, más alla del shock evidente del incendio que ha provocado vómitos al border collie, perro guía de las seiscientas ovejas que apenas dan leche en estos primeros días después de lo ocurrido. Por lo tanto, todas las personas que están contratadas siguen trabajando mientras los recursos de Santiago Uno lo permitan.

Entre las personas que se encuentran trabajando está Edu, guineano y presidente de la cooperativa; Thais, una chica de Puente Ladrillo; Dani, un chico tutelado de protección a la infancia; Olivier, el maestro quesero guineano; Nabil, un chico marroquí que vino en una embarcación precaria hasta España y Antonio, el maestro de pastores. Además del equipo habitual, hay veinte inmigrantes sin papeles de la casa de acogida de Chamberi que se están formando en el oficio de pastores y colaborando en la huerta ecológica y la quesería.

Jesús Garrote es una persona agradecida pero sobretodo es una persona comprometida. A partir del 16 de septiembre viajará a Marruecos en un programa de ayuda, en colaboración conEnergías Sin Fronteras, para la reconstrucción de escuelas, la construcción de casas y también pozos en zonas con problemas graves de sequía. Por esa razón, la elaboración de un crowfunding para reconstruir el aula a principios de septiembre.