Los pueblos a gran altura de Salamanca que tienen vecinos más allá de los 1.000 metros

Cada invierno, la carretera que llega hasta La Hoya y comunica esta zona entre Salamanca y Ávila con la cercana estación de La Covatilla se convierte en una de las más problemáticas para circular. Las cadenas son un accesorio imprescindible y los 4x4, coche más que necesario, pero para los pocos vecinos que viven de forma permanente en La Hoya ya no es noticia.

Aunque España es conocida por sus 8.000 kilómetros de costa, más de la mitad del territorio nacional son montañas. La provincia de Salamanca, en plena meseta, no es una provincia con grandes relieves, pero en su zona sur se alzan algunas cumbres de las sierras de Gata, Francia y Gredos. Son parte del Sistema Central, uno de los nueve sistemas orográficos de importancia peninsular. Y en esas tres sierras se localizan los puntos más altos de la provincia.

La Hoya es el techo de la geografía salmantina, al menos, en cuanto a término municipal se refiere. Es la cumbre de un ramillete de núcleos de población por encima de los mil metros en una provincia de meseta sin grandes cimas. En España, 1.017 municipios (12.54%) tienen más de 1.000 metros de altitud media, y en Salamanca sólo una decena cumplen, con letra pequeña. En ellos viven más de 2.600 personas según el censo actual.

La provincia de Salamanca carece, por contra, de núcleos habitados por encima de los 1.500 metros, en los que en España viven 5.014 habitantes, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Tan solo el 2,2% de la población mundial vive a gran altura, esos 1.500 sobre el nivel del mar.

Sin embargo, los municipios más altos de la provincia si tienen puntos por encima de esa altura, generalmente, casas aisladas o lugares muy específicos. Es el caso de los dos lugares con presencia humana habitual, que no permanente, a mayor altura de Salamanca: la estación de esquí de La Covatilla y el santuario de la Peña de Francia.

Pradollano (Granada) ostenta el título del pueblo más alto de España, a 2.078 metros sobre el nivel del mar. Esta pequeña localidad, perteneciente al municipio de Monachil, se encuentra enclavada en el corazón de Sierra Nevada. Su principal atractivo es la estación de esquí de Sierra Nevada, que atrae a miles de visitantes cada temporada invernal.

En el caso de Salamanca, el punto más alto es el municipio de La Hoya, a 1.241 metros de altura. Esta medida es la oficial y se suele tomar en el centro del municipio, generalmente, la plaza principal. Se encuentra entre los 200 núcleos urbanos más altos de España.

Sin embargo, el municipio con la media de mayor altura en su término municipal es otro. Se trata del turístico pueblo de Candelario, 1.136 metros de altura en su centro, pero que alberga en su territorio el pico más alto de la provincia, que eleva su media hasta los 1.639 metros de altura por los poco más de 1.500 de la muy accidentada geografía de La Hoya.

En cuanto a puntos más altos, la cumbre provincial es el Canchal de la Ceja, a 2.427 metros de altura, por encima de los 2.364 metros del pico Canchal, ya en Navacarros, otro de los colosos municipales de la altura (1.400 metros de altura media en su término) y que alberga uno de los lugares más altos donde se aventura el ser humano en la provincia: la estación de esquí de La Covatilla, a 2.000 metros.

Aunque muy de capa caída por la falta de nieve, la estación bejarana mantiene todavía cierta afluencia, pero su futuro es una incógnita. En 2021, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico alertaba que a mediados de este siglo las estaciones españolas por debajo de los 2.000 metros podrían desaparecer o reconvertirse hacia otras modalidades turísticas por falta o escasez de nieve.

En situación similar está el 'faro' de Salamanca, el santuario de la Peña de Francia. A más de 1.700 metros de altura, es un promontorio único por las vistas que se alcanzan desde su cima. Sede de una comunidad religiosa, el pasado invierno fue noticia porque estuvo aislado por una fuerte nevada caída sobre el sur de la provincia.

Allí es habitual la visita de turistas y salmantinos que ascienden por su carretera para tomar algo o disfrutar de las vistas, pero sólo hay religiosos allí hospedados de forma ocasional, no permanente.

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