Los embalses de la cuenca gestionados por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) inician el año 2023 rozando el 54% de su capacidad (53,9 por ciento), con un volumen total de agua almacenada de 1.548,6 hectómetros cúbicos. Un valor que «recorta distancias ... y se acerca a la media de los últimos diez años (54,5%)». Una semana más, los que más llenos están son los de los sistemas de la provincia de Salamanca, con picos del 80% de capacidad en Santa Teresa o superando los mil hectómetros cúbicos en el caso de Almendra; en ambos casos, han alcanzado niveles óptimos.
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Los embaleses del Tormes y el Águeda se encuentran entre el 75 y el 79% y son los que atraviesan mejor situación de toda la cuenca después de recibir importantes lluvias durante el mes de diciembre. En algunos casos, incluso tuvieron que abrir compuertas y las de producción eléctrica empezaron a turbinar.
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Los sistemas Águeda y Tormes iniciaron su recuperación en la segunda quincena de octubre, llegando a alcanzar los preceptivos niveles de resguardo en sus embalses en el mes de diciembre, situándose por encima de los valores medios y habiendo laminado avenidas de importancia en los ríos Tormes y Águeda, evitando posibles inundaciones. La apertura de compuertas en Santa Teresa sí elevó el caudal del Tormes a su paso por la provincia y la capital, anegando zonas del Puente Romano. A pesar de ello, este embalse se encuentra en un nivel muy por encima de la media de los últimos diez años por estas fechas.
A día de hoy, los dos grandes embalses de Salamanca, Santa Teresa y Almendra, están en su mejor nivel de hace mucho tiempo. El primero, por encima de la media de la última década y el segundo, tan lleno como hace un año. De los de la cuenca del Duero, Almendra es el que mayores reservas acumula y Santa Teresa, el tercero, solo superado por el zamorano del Esla.
El embalse de Santa Teresa acumula reservas que ocupan casi el 80% de su capacidad total; su volumen actual supera los 390 hm3 y ha llegado a rozar los 400, muy por encima de su nivel de la última década. Este embalse tuvo que abrir compuertas durante diciembre tras contener la avenida de agua por las fuertes precipitaciones.
El embalse de Almendra, ha superado los 1.000 hm3 de agua acumulada, un hito importante. Gracias al agua recibida en las últimas semanas ha podido igualar el nivel que tenía en la misma semana de hace un año; había estado hasta un 40% por debajo tras el desembalse de agua hacia Portugal. Le queda todavía para llegar a su media de la última década, más de 1.400 hm3 sobre los 2.600 de su capacidad total.
Los dos grandes embalses de Salamanca se encuentran en una situación inmejorable dadas las adversas circunstancias en las que terminaron el verano. Villagonzalo, mucho más pequeño, está casi al máximo de sus poco más de 6 hm3 de capacidad. Aldeadávila y Saucelle, dedicados a la producción hidroeléctrica, están por encima del 90% de su capacidad.
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En el sistema del Águeda, la presa de Irueña está al 75% con 81,98 hm3 y la de Águeda al 78% con 17,46 hm3. Ambas están en su mejor situación en meses.
Las importantes precipitaciones registradas durante las últimas semanas han permitido que todos los sistemas de la cuenca presenten una tendencia ascendente en sus reservas, ganando 116,7 hectómetros cúbicos en los últimos siete días.
Esta tendencia es «positiva, teniendo en cuenta la situación complicada con la que se inició este año hidrológico 2022-2023, con las reservas a 1 de octubre en el 28,7 por ciento, cerca de diez puntos menos que la media de la década (38,2 por ciento)», destacaron desde el organismo de cuenca.
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La presidenta de la CHD, María Jesús Lafuente , consideró que el valor actual de los embalses es «positivo» si se tiene en cuenta la «complicada situación con la que arrancó el año hidrológico». Aún así, dijo, la distribución de las precipitaciones y la aportación a los embalses ha sido muy desigual.
María Jesús Lafuente
Presidenta CHD
Asimismo, advirtió de que hasta la fecha «no ha nevado en las zonas altas de la cuenca que vierten a los embalses y es básico para unas aportaciones constantes durante primavera», por lo que puso de relieve que «la cuenca sufre la inercia del año anterior».
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A pesar de esto, la distribución geográfica de las precipitaciones, y por tanto, de las aportaciones a los embalses, ha sido durante este otoño «muy desigual». De esta forma, la mejor situación se encuentra en la zona suroccidental de la cuenca y la «más crítica» en el noreste.
En general, la cuenca sufre la inercia del año hidrológico anterior (2021-2022), donde la escasez de precipitaciones tuvo su reflejo en un descenso de las aportaciones a los embalses del Estado en la cuenca (un 39 por ciento menos de aportaciones sobre la media de los últimos 25 años); con un verano en el que se registraron circunstancias climatológicas extremas que complicaron la situación.
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Hay que tener en cuenta además que, al menos hasta la fecha, no han tenido lugar prácticamente nevadas en las zonas altas de las cuencas vertientes a los embalses, y, por tanto, no existen reservas acumuladas en esta forma, cuya importancia es básica para garantizar unas aportaciones abundantes y constantes durante el invierno y la primavera.
Como consecuencias de las intensas precipitaciones registradas en los últimos días, la CHD mantiene en estos momentos una especial vigilancia de los ríos de la cuenca ante el incremento de caudales.
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