El equilibrio del embalse de Salamanca que rebosa de agua en la despedida de Martinho

Félix Oliva

Salamanca

Lunes, 24 de marzo 2025, 19:08

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El embalse de Santa Teresa ha vuelto a frenar una nueva avenida del agua caída en los últimos días, una gran cantidad que ha embolsado en sus reservas, que están al máximo, mientras se prepara para empezar a laminar durante la semana y volver a cumplir con éxito su tarea de regulación.

De momento, este lunes ha vuelto a desembalsar con fuerza tras las lluvias de los últimos días en una operación continudad en la que casi no ha habido respiro desde el día 20 de marzo, y casi desde que en el mes de enero abriera compuertas por primera vez. Este lunes ha alcanzado su pico de desembalse del año, un 2025 que empezó virtiendo a menos de 7 m3/segundo y que hoy son prácticamente 170.

Sin embargo, esa es precisamente su función y sus armas para evitar crecidas incontroladas, que no se han producido aguas abajo a pesar de que cuando llega a sus muros, el Tormes trae la inercia de 100 kilómetros de recorrido, impulsado con fuerza desde puntos como Puente del Congosto.

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El embalse, del que bebe Salamanca capital, está controlando un nuevo capítulo del largo episodio de avenidas que protagoniza el mes. Se activó el pasado seis de marzo y ha venido provocado por un tren de borrascas atlánticas, algunas de ellas de gran impacto según la Aemet- Jana, Konrad, Laurence y la actual Martinho-, que se han caracterizado por lluvias generalizadas, más intensas al sur y al oeste de la cuenca del Duero, en especial en los ríos que nacen en el Sistema Central.

Según los datos publicados por SAIH Duero, el sistema de información en tiempo real, la presa que regula este embalse empezó a aumentar su ritmo de salida el viernes, cuando desembalsaba a 50 m3/segundo, y ha llegado a las 11.00 de la mañana a los 171,88; ahora se mantiene casi en 170.

Es el pico de caudal vertido en lo que va de año y el tercer episodio, casi solapado con el segundo de hace unos días, cuando estuvo durante cinco días (9-14 de marzo) aliviando a una media de 150 m3/segundo, según los datos oficiales que publica la Confederación Hidrográfica del Duero, que gestiona la instalación.

En el proceso ha llegado a los 438,41 hm3, su máximo del año, con lo que logra conservar sus reservas al 87%, prácticamente lleno, una vez más, cumpliendo además con su función de regulación del caudal del Tormes.

Es prácticamente el máximo absoluto del embalse, que no debe subir más allá por motivos de seguridad, ya que todavía se espera entrada de agua en los embalses por las últimas lluvias de Martinho, el deshielo y el hecho de que el terreno está totalmente saturado, con la mitad del terreno de la provincia al 98% de su capacidad de empapar agua, especialmente en la zona donde se asienta la presa.

La cifra de desembalse podría parecer grande, pero la salida diaria real y su efecto depende de otros muchos factores con los que hay que contar al abrir compuertas. El agua que entra en el Tormes por debajo de la presa, y que acaba llegando a Salamanca, no es la única que circula por el río que también tiene aportaciones de afluentes por debajo.

En todo caso, se ha jugado con sus reservas porque el volumen embalsado ha llegado a su máximo del año a pesar de haber vertido grandes cantidades de agua. Una vez cesen las lluvias, está en condiciones de aportar el máximo de su capacidad a los usos para los que está destinado, que no son otros que el consumo (abastece a la capital salmantina) y el riego de la agricultura.