Las precipitaciones de la última semana han elevado las reservas de los embalses de la provincia por encima del 72% de su capacidad, con 60 hectómetros cúbicos más que en la última semana y el ascenso de los dos principales embalses de consumo a la lista de los diez más llenos del país. En el global, están diez puntos porcentuales por encima de la media de la última década, una situación idónea. Y eso contando con el agua desembalsada en Santa Teresa desde el domingo.
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Los embalses de Salamanca se encuentran en uno de sus mejores momentos de los últimos años. Las lluvias que ha dejado la borrasca Jana y la previsión de más precipitaciones para los próximos días augura que todavía mejorarán. Las reservas actuales superan los 2.600 hectómetros cúbicos sobre una capacidad total de 3.585 entre todos. Sin embargo, la letra pequeña dice que están prácticamente llenos.
Si sacamos de la ecuación el gigantesco embalse de Almendra, al 66% de su capacidad, el resto rondan el 80%. Los dos siguientes más grandes de consumo, Santa Teresa e Irueña, se acercan al 90%; y los de producción eléctrica están al 98%, con todas su valor energético prácticamente al máximo.
Eso supone que la provincia está al límite de su capacidad para almacenar agua y también la de acumular reservas capaces de generar electricidad. Una situación en la que parte de ese agua se va a ir 'perdiendo'. A día de hoy, Almendra es el segundo más lleno del país, sólo superado por el enorme de Alcántara; y Santa Teresa ha entrado entre los diez con más agua acumulada de España.
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El embalse de Santa Teresa ha abierto compuertas por segunda vez este invierno y ha soltado millones de litros de agua desde el domingo. Cada hora de desembalse al máximo caudal es líquido suficiente para regar todos los parques de la capital.
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Esta presa es de regulación y entre sus tareas está laminar posibles crecidas, para lo cual tiene que ir soltando agua que regará las riberas, pero que se perderá de un posible consumo humano o para la agricultura.
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En un caso similar está la presa de Irueña, levantada hace cerca de dos décadas para evitar que el Águeda inundara los barrios bajos de Ciudad Rodrigo, como estuvo haciendo durante años. Con 90 de sus 110 hm3 llenos, tendrá que empezar a regular si no deja de llover.
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Por su parte, la presa del Águeda, de 1931, se ocupa de regar toda la vega de Ciudad Rodrigo y, en el pasado, tuvo funciones de laminar avenidas que ha asumido con más fuerza Irueña. Tiene una capacidad de unos 15 hm3 y está al 87%.
En el caso de Navamuño, el embalse de la Fuente Santa es el pantano de Béjar, uno de los lugares con más precipitación de la provincia. Levantado a finales del siglo XX, abastece de agua a varios pueblos de las Sierras de Béjar, Francia y zona de Hervás, y es propiedad de la Confederación Hidrográfica del Tajo.
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