La cosecha 2024 de ruinas en Salamanca que termina el año en negativo

Tres entradas en la Lista Roja; dos salidas; y una desaparición. Seis pequeñas joyas del patrimonio en Salamanca protagonistas este 2024 y un saldo negativo, el menor de los últimos años, pero acrecentado por la creciente preocupación por lo que se hace en la capital con la rehabilitación de arquitectura contemporánea para uso turístico.

La Asociación Hispania Nostra y su Lista Roja del patrimonio en riesgo son desde hace años la referencia en materia de conservación de monumentos cuturales y naturales. La provincia, como toda Castilla y León, no sale bien parada y mantiene numerosos elementos en la lista de los que se pueden perder para siempre, 65 en total, una de las provincias más afectadas del país. De ellos, sólo unos pocos han logrado salvarse, pero este año también se ha hecho realidad la amenaza latente de la desaparición con la primera 'lista negra'.

Se trata del caserón neobarroco de la avenida de Italia, demolido hace unas semanas y que se pierde para siempre. La propiedad tiene licencia para reconstruirlo y utilizará elementos originales retirados antes de derribarlo, pero el edificio resultante será constructivamente nuevo, no una rehabilitación del original, que desaparece. Es el primer elemento de la lista que engrosa esta clasificación en los 17 años que han pasado desde que entró el primero.

Esta es la principal noticia negativa de un año en el que los nuevos integrantes de la Lista Roja se han repartido entre la capital y la provincia con tres nuevas entradas, más el que desaparece en el municipio de Salamanca; y se compensan con dos salidas, monumentos que entran en la lista verde.

Es la primera vez desde que empezó a editarse la lista que dos de sus integrantes en Salamanca logran salir de la zona de peligro en un mismo año. Es todo un éxito y les ha tocado a la iglesia de San Salvador de Rágama y al Puente Rando, que se consideran a salvo después de los trabajos de rehabilitación que han permitido conservarlos para muchas décadas. Estos son los monumentos de Salamanca que este año han entrado en las listas de Hispania Nostra.

En plena Salamanca, la lista roja de los monumentos en riesgo tiene donde engrosar sus integranes. La capital concentra una decena de elementos culturales en peligro y este año 2024 ha sumado uno más. Se trata de la aceña de San Jerónimo o del Cabildo, una ruina en el paseo fluvial que estuvo vinculada a una comunidad religiosa que tenía parte de la propiedad del río Tormes.

Es lo poco que queda de un antiguo molino, visible desde el paseo fluvial de Salamanca, que estuvo vinculado a un conocido monasterio del que quedan vestigios. Son los restos, escasos, de un edificio que tiene una historia negra porque ha sido escenario de agresiones sexuales que ha tapado la importancia y singularidad que tuvo.

Según el catálogo de Elementos Etnológicos del Ayuntamiento de Salamanca, la aceña está datada en el siglo XVI. Se denomina aceña de San Jerónimo o del Cabildo, un antiguo molino cuyo origen está relacionado con el monasterio jerónimo de Santa María de la Victoria (actual fábrica de abonos), edificado en 1522 junto a un espacio hortícola.

La antigua línea ferroviaria de la Plata aborda años decisivos para su reactivación, pero lo que queda de su trazado no deja de dar muestras del abandono total al que quedó en 1985 tras su cierre, especialmente su tendido y las estaciones.

Una de ellas es la de Ledrada, que no es la primera de esta línea ferroviaria en Salamanca que entra en la lista roja, pero es la muestra de la situación de otras. La asociación la incluye por su estado de conservación notablemente deteriorado, a diferencia de otras estaciones como las cercanas de Hervás o Béjar, rehabilitadas para nuevos usos.

Esta no es la primera estación de la antigua línea que entra en la lista roja de patrimonio en riesgo. En la relación se encuentra también la estación de Fuentes de Béjar, edificio del siglo XIX, de propiedad privada en estos momentos.

Lo que fue una fortificación estratégica en la comarca mirobrigense del Campo de Azaba está a punto de perderse para siempre por un minucioso expolio de quienes, a lo largo de los siglos, se han ido llevando las piedras de su base lo que, junto a la erosión, ha debilitado sus cimientos hasta el punto de que existe riesgo de derrumbe.

Se trata de una de las construcciones militares más antiguas de la provincia de Salamanca y de las pocas conservadas en España en fechas tan tempranas. «El grado deterioro es muy profundo y sus muros se pueden desplomar en cualquier momento», asegura Hispania Nostra.

Se desconoce la fecha exacta de construcción del recinto fortificado, pero sus características arquitectónicas indican que pudo ser levantado en el siglo X o quizás en el XII durante el proceso de repoblación de Ciudad Rodrigo. Posteriormente fue utilizado como corral de ganado, por lo que se le conoce como Corral concejo.

Un trabajo de restauración ha permitido sacar de la Lista Roja a una maravillosa construcción de Salamanca. En marzo la Iglesia del Salvador de la localidad de Rágama entraba en la Lista Verde Del Patrimonio después de que entrara en la de peligro nada menos que el 10 de febrero de 2009.

En el año 2021 se llevó a cabo la restauración de la torre y este 2024 ha finalizado la restauración de la armadura de la cabecera de la nave del evangelio, con la sujeción de toda la armadura, recuperando su estabilidad y eliminando el hundimiento ocasionado por la humedad y los xilófagos. Esta iglesias ya tuvo en el año 2011 un a restauración del atrio y del campanario de la iglesia.

La de Rágama es una iglesia parroquial románico-mudéjar del siglo XIII, y como relata Hispania Nostra, fue muy reformada en los siglos XV y XVI. Originariamente era una única nave con sencilla cabecera.

En el exterior cabe destacar el magnífico ábside mudéjar (el central), formado por tres arquerías horizontales de once arcos, en distinto eje. La banda inferior es de arcos de medio punto con triple rosca; la superior, de arcos de doble rosca con recuadro.

El puente de Rando, en la ruta de las trashumancia y los arrieros en Salamanca, se ha salvado de un incierto futuro gracias a una actuación del Ayuntamiento de San Esteban de la Sierra que lo ha rehabilitado tres años después de que entrara en la lista roja del patrimonio en riesgo de la asociación Hispania Nostra.

El puente, datado entre finales del siglo XVII y XVIII, llevaba cerca de 300 años operativo, pero había empezado a deteriorarse desde comienzos del siglo XX. El abandono y el paso del tiempo hicieron mella en su conservación y acabó en la lista roja salmantina, de la que salió el pasado mes de febrero.

El ayuntamiento de San Esteban ha llevado a cabo labores de rehabilitación del puente, para las que reutilizó las piedras desprendidas que se hallaban en buen estado y otras han sido sustituidas por piezas nuevas. Se ha reforzado también el pavimento del puente. Las obras han sido revisadas y aprobadas por Medio Ambiente de la JCYL y queda pendiente instalar un pretil con barandilla.

El último caso es la primera entrada de Salamanca en la Lista Negra desde que se hace esta clasificación, la de la villa neobarroca de la avenida de Italia en el municipio de Salamanca. Este ha sido el final del inmueble, que ha estado en ruinas durante décadas y que fue demolido por completo hace unos días para una posterior reconstrucción que intentará respetar aspecto y recuperará elementos de la construcción, pero que ya no será estrictamente el original.

Después de algo más de dos años y medio en la conocida Lista Roja de la asociación Hispania Nostra, el antiguo caserón hace final de trayecto y engrosa el grupo de los monumentos que se pierden para siempre. Aquí mete la asociación a aquellos cuyo deterioro les lleva a la desaparición o que son reformados de forma tan profunda que dejan de tener valor histórico.

A medio camino se encuentra este antiguo edificio. Se trata de una villa unifamiliar de estilo neobarroco construida en 1926 por Luis de Vega en la actual avenida de Italia. El edificio ha contado con protección estructural según su ficha del catálogo de edificios protegidos del ayuntamiento de Salamanca y se llegó a pedir su declaración BIC, pero no prosperó.

Durante años se fue deteriorando hasta alcanzar el riesgo de ruina por una cimentación inestable. Al final, la propiedad logró permiso para una restitución tipológica, que es derribar el original y construir un nuevo edificio que se parezca e incluya algunos elementos originales.

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