«Se puede establecer que en este punto el conductor del camión debería haber observado la presencia de la bicicleta que le precedía; por lo que el punto de percepción posible se encuentra situado en el carril derecho a unos 600 metros del punto de conflicto». Es una de las conclusiones del informe técnico de la Guardia Civil de Salamanca tras el accidente mortal de la joven ciclista vallisoletana Estela Domínguez, que fue arrollada por un camión en la N-620 (Burgos-Portugal) el 9 de febrero del año pasado. Para esa afirmación, Tráfico se ha apoyado en la declaración de los testigos que presenciaron el accidente y vieron a Estela a más de medio kilómetro de distancia, a pesar de estar detrás del camión.
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Explicaciones de los testigos, conductores de turismos en una jornada con bastante tráfico, y que ahondan también en que en ningún momento el camionero pisó el pedal del freno. «Según el testigo: 'El camión realizó un movimiento extraño (zig-zag) a la altura del inicio del carril de salida hacía la autovía'. Por todo ello, es por lo que se puede establecer una última reacción ante un imprevisto, en el mismo momento del impacto».
Indicios de la Guardia Civil que contrastan con la reacción del conductor (B. G. H.). Esa tarde, el camionero, trabajador del taller cercano Becotruck, salió a probar el vehículo pesado. B. G. H. «no se percató» de la presencia de la bicicleta circulando delante de él, por lo que colisionó por alcance contra Estela. Tras el impacto, el camionero no se detuvo en el lugar del siniestro y continuó su camino por la N-620 en dirección al polígono industrial de Villares de la Reina. Estacionó el camión y después de entre diez y quince minutos volvió al lugar del suceso en una furgoneta.
Fue en ese momento en el que hizo la única declaración que consta dentro del procedimiento, porque desde entonces, como investigado, se ha agarrado a su derecho a no hablar. «El sol estaba en el ocaso y me daba de frente. Había bajado el parasol. No he visto ninguna bicicleta. Pensé que se me había caído alguna pieza del vehículo. Había salido a probar el camión tras una reparación. Nunca pensé que fuera una bicicleta». Estas son las únicas manifestaciones de B. G H. a la espera de si declara el próximo 7 de junio en calidad de acusado por un delito de homicidio imprudente menos grave (se enfrenta a multa económica y retirada del permiso de conducción).
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La incidencia del sol y la escasa visibilidad (el cristal estaba sucio) también la recoge la Guardia Civil en su informe final. Para ello, se trasladaron al lugar del accidente en los días siguientes para corroborar esa máxima. De esta forma, incide Tráfico que el sol venía del lado derecho de la calzada y cuya visibilidad mejoraba tras el inicio de una curva de izquierdas, precisamente el lugar del impacto. A pesar de todo, insiste, con el reglamento general de circulación, en que el conductor «debería haber reducido la velocidad lo necesario, incluso hasta la detención total, para evitar el alcance de vehículos o peatones». Hecho que no sucedió, además de que Estela circulaba con una luz trasera roja, que «aumentaba considerablemente la posibilidad de ser vista, ya que dicha luz es visible a más de 300 metros».
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Acusado del atropello
Argumentos todos ellos para llegar a la conclusión final de la Guardia Civil de una «distracción en la conducción de B. G. H.».
Tras este informe, el Juzgado de Instrucción número de 2 de Salamanca califica estos hechos como homicidio por imprudencia menos grave al basarse en la única declaración del acusado. La familia de Estela desde entonces ha presentado varios recursos, desestimados todos ellos. De hecho, la Audiencia de Salamanca agrega que el camionero es «merecedor de un severo reproche moral por no haber parado de inmediato, incluso asignarle un comportamiento negligente de naturaleza intensa, por no haber detenido su marcha tras el atropello a fin de cerciorarse de lo que podía haber sucedido..., pero sin certeza de que fuera consciente del atropello, no cabe derivar la voluntariedad en el abandono del lugar», fundamenta la Audiencia.
Desde el día del accidente, la familia de Estela Domínguez, como sucede más de un año después, solo quiere «justicia y verdad». El 7 de junio, en Salamanca, se juzgarán los hechos por un delito de homicidio imprudente menos grave, mientras solicitan que se investigue el atropello por un delito de abandono del lugar del accidente.
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