Un instante lo cambió todo. Volvía pensando en regresar a casa después de haber disfrutado del viaje, pero nada hacía prever lo que estaba por ocurrir. Lo que debía ser una jornada laboral tranquila acabó convirtiéndose en una experiencia que marcaría su vida.
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El pasado domingo 16 de marzo, un autobús de la empresa salmantina Viamar sufrió un accidente en la antigua vía rápida entre Cambados y Ribadumia, sobre el puente del río Umia. Un vehículo, ocupado por un varón y su madre, que falleció en el acto, invadió inesperadamente su carril. El conductor, Pedro, reaccionó con rapidez, esquivando el impacto frontal y salvando la vida de los 49 pasajeros, incluida Raquel.
Raquel
Superviviente del accidente
«Salíamos de Cambados, preparé a la gente para salir a las 15:15 horas. Apenas diez minutos después, en el puente de Umia, se nos vino de frente un Mercedes 300 muy antiguo invadiendo nuestro carril e impactando sobre el lado derecho del copiloto en el que iba sentada. Gracias a Pedro, el conductor, que lo pudo esquivar, no nos pasó nada. Yo solamente repetía: «para Pedro, por favor, frena», relata Raquel.
Por su parte, el conductor es consciente de que su rápida decisión evitó una tragedia aún mayor y en sus palabras refleja la tensión del momento: «Si es otro, cierra los ojos y se tira por el puente. No lo pensé y reaccioné como mejor pude».
A causa del shock, Raquel no recuerda lo que pensó en ese momento pero reconoce que el impacto emocional fue fuerte. «Había mucho miedo y tensión. Durante el viaje de vuelta no pensaba en nada. Fue después, con los días, cuando empecé a recordar lo que había pasado», cuenta.
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Una de sus pasiones es viajar y conocer nuevos lugares. Desde hace ocho años trabaja como coordinadora de viajes con empresas de Galicia y Portugal, organizando salidas desde Salamanca y alrededores a distintos puntos del país. Para ella, viajar no es solo un trabajo, es una pasión: «Me encanta tratar con la gente, ver que disfrutan y que regresan contentos a casa». Tras lo sucedido, su vida ha cambiado en todos los sentidos. «Ahora veo la vida de otra forma. Valoro más a las personas y todo lo que tengo. Pudimos haber terminado en el río y no contarlo».
En su proceso de recuperación, está siendo clave el apoyo de su familia y sus amigas y su propia actitud. «Están siempre ahí, día y noche. Y también yo misma. Siempre he sido una mujer guerrera: si me caigo, me levanto y sigo adelante. Me dicen que soy muy valiente».
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Raquel ya se imagina de nuevo en ruta volviendo a hacer lo que más le gusta. «Ya quiero volver a viajar otra vez». Además, se muestra especialmente agradecida a la empresa por su apoyo y buena labor, y sobre todo al conductor. «Pedro es uno de los mejores conductores. Para mí, es como un dios. Un héroe».
A pesar de lo vivido, no ha perdido la confianza en la carretera, si no todo lo contrario. Su mensaje es claro y positivo: «hay que seguir viajando, no hay que tener miedo a nada. Hay que vivir y volver a disfrutar de la vida».
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