Encauzar el talento en Salamanca: «Sólo el 40% de los jóvenes sabe cuál es su pasión»

Ana Carlos

Salamanca

Miércoles, 19 de marzo 2025, 15:12

Comenta

Aprovechar las ventajas de la Inteligencia Artificial, hacer uso de la empatía y tener claro para qué necesitamos el talento en cada momento son algunas de las claves que debe manejar todo líder, según Juan Carlos Cubeiro, economista y experto en gestión del talento y liderazgo. El autor de 'La sensación de Fluidez' y otros 60 títulos más ha protagonizado una nueva edición del Foro Económico Salamancahoy, que cuenta con el patrocinio de Laboral Kutxa, Global Exchange y CBG Nuevas tecnologías.

Bajo el título 'Nuevas tendencias en el talento y el liderazgo', Cubeiro destacó que «hoy en día la competencia no es ser luchadores de sumo, sino de luchadores de capoeira, bailando y aprovechando lo que hace el otro en una especie de danza competitiva».

Noticia relacionada

El foro de SalamancaHoy, en imágenes

En un mundo cada vez más volátil, incierto, complejo y ambiguo, sólo las compañías que mejor se adapten tendrán futuro. Además, tienen que tener claro qué es el talento porque «todo el mundo habla de él, pero como no lo definamos bien estamos abocados a perderlo. Sin embargo, eso no es lo habitual.

«El talento es como el sexo en la época victoriana, todo el mundo sabe que es importante, pero nos comportamos como si no importara», afirmó. A su juicio, la pregunta que todas las empresas deben hacerse es para qué quieren el talento. Porque será muy distinto en función del objetivo que desee alcanzar con él.

Y ¿qué es el talento? Cubeiro destaca que el diccionario dice que es la inteligencia, pero la realidad demuestra que «no se trata de alguien que tiene CI alto, sino que decide bien». En esta línea, citó a José Antonio Marina, «el mayor pensador de lengua hispana vivo», quien afirma que el talento es inteligencia pero que elige bien las metas (no la «salida profesional»); gestiona la información, maneja bien las emociones y pasa a la acción, porque «saber sin hacer no es saber».

Volviendo a lo que considera «la gran pregunta», el para qué del talento, el economista hizo hincapié en que «solo 40% de la juventud española sabe lo que tiene que hacer, su talento, su pasión».

Para Cubeiro, lo fundamental es conocer en qué es buena una persona, una empresa, y potenciarlo. Como ejemplo puso que Castilla y León es «la despensa de España», con excelencia en productos de alimentación y bebida, por lo que tiene que apostar por ellos. Además, apuntó la necesidad del valor, es decir lo que el cliente espera de uno y por lo que paga.

«El talento se compone de aptitud, actitud, compromiso y contexto» prosiguió, al tiempo que advirtió respecto a la actitud sin aptitud. «Cuidado con los tontos motivados», sentenció.

En un contexto en el que las empresas se quejan de déficit de talento y de compromiso, Cubeiro señaló la necesidad de conexión emocional entre líderes y equipos para que eso no suceda: que se sientan empoderados, autónomos, que haya delegación.

En el caso de los centennials y los alfa hace falta mucho más. «Si no tienen amigos, no lo pasan bien y no se divierten en la empresa se van», aseguró. España se encuentra en el puesto 116 en cuanto a atracción del talento, apuntó.

Según su punto de vista, los centennials no van a querer trabajar en una empresa si esta no cuenta con líderes que tengan credibilidad, autoridad moral y que den ejemplo. Así, los líderes tienen que tener talento para influir decisivamente en los demás a través de estas tres claves porque «el poder por el poder no sirve de nada». «Además de jefe hay que ser GEFE: generador de felicidad», insistió.

En cuanto a la formación, también los centennials son diferentes a sus predecesores: «no quieren un presupuesto de formación, quieren que les digan lo que tiene que aprender y que se compruebe que lo ha hecho».

Respecto a las habilidades que se requerirán para triunfar en el mundo digital, citando a Bernard Marr afirmó que solo cuatro de una lista de 20 corresponden a habilidades estrictamente digitales. El resto tienen que ver con el liderazgo, como el pensamiento crítico, el buen criterio en la toma de decisiones, la inteligencia emocional, la empatía, la creatividad, la colaboración y el trabajo en equipo, o la comunicación interpersonal, entre otras. Asimismo, las empresas necesitan diversidad. De género, pero también generacional, para no incurrir en el edadismo y no perder el conocimiento y la experiencia de los más mayores.

Las empresas no pueden quedarse al margen de los avances de la Inteligencia Artificial. «Antes muertos que sin IA», bromeó el economista, que incidió en que frente a ella hay dos paradigmas: el Terminator y el Ironman.

En esta línea afirmó que no hay que tener miedo porque «nuestro jefe nunca va a ser un robot» y en cambio hay que aprovechar las posibilidades de la inteligencia aumentada: usar la inteligencia artificial en beneficio propio. «El tema no es si la IA reduce el papeleo, sino reaprender hábitos para usar bien ese tiempo que ganamos», explicó.

En lo que nunca ganará la IA a las personas es en creatividad y en curiosidad. Dos bazas que hay que aprovechar y potenciar para tener un buen futuro en las empresas. También la intuición, es decir, «la capacidad de tomar decisiones por el escalón no consciente». También la empatía es humana y absolutamente necesaria, recordó.

Preguntado por el público sobre cómo se potencia el talento en un país en el que el 80% de los jóvenes quieren ser funcionarios, apuntó que si cuatro de cada cinco quieren serlo es porque no ven ventajas en trabajar en las empresas y que por eso hay que saber valorarles desde el principio y tienen que tener una retribución adecuada. «No creo en el salario emocional, pero hay que tratarles bien, ejercer un buen liderazgo y pagar bien», insistió.

También confió en que aunque los jóvenes quieren tener experiencias laborales en distintos lugares, aprender y vivir en otros países, al final, siempre van a querer volver a España, donde la calidad y la forma de vida siempre les resultará más atractiva.