Pizarrales está resurgiendo. Así lo ve la presidenta de la asociación de vecinos MUNIBAR, Isidora Herrero, que se muestra muy satisfecha con los avances que está alcanzando la zona. El próximo año tendrá lugar la remodelación completa de la carretera de Ledesma, la arteria ... principal del barrio. La obra ya cuenta con presupuesto, 2,5 millones de euros y supondrá una mejora importante. Tanto en lo que respecta a lo que se ve, como a lo que no se ve. Atrás quedarán las actuales tuberías de fibrocemento, completamente obsoletas y que tantos reventones están protagonizando. Y en la superficie, aceras anchas y nuevas, espacios ajardinados, y mobiliario urbano nuevo le darán una imagen más moderna y cómoda.
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Esta reforma coincide con la construcción de un nuevo edificio residencial en la carretera de Ledesma que acabará también con el estrechamiento de una parte de las aceras gracias al retranqueado del mismo respecto a la parcela precedente. Esa mejora del trazado urbano ya no es posible en muchas calles del barrio, en el que durante el boom inmobiliario de los años 90 y principios del 2000, se permitió construir edificios ocupando la misma planta irregular de las casas de planta baja a las que sustituyeron. Eso dio lugar a vías estrechas y de formas tortuosas. Y de esos años también viene otro de los problemas que se mantienen: la existencia de numerosas parcelas municipales dispersas y sin uso.
Algunas han sido pavimentadas para aparcamiento y otras están tapiadas o se reacondicionaron tímidamente poniendo algo de mobiliario urbano en ellas. Sin embargo, no han tenido un mantenimiento continuo. Tan solo se corta la vegetación que crece espontáneamente en ellas una vez al año, tras la primavera, cuando está más alta que los propios bancos a los que ya no se puede acceder.
El aspecto es sucio y cuando esto sucede enseguida se empiezan a acumular otras basuras y las quejas. Con tan poco cuidado, los vecinos no ven con buenos ojos su permanencia. Por eso, y por la falta de aparcamiento por la estrechez de las calles, MUNIBAR pidió al Ayuntamiento que al menos las parcelas municipales más grandes que quedaban sin uso también fuesen convertidas en aparcamientos. Y es lo que está sucediendo con varias de ellas. Pero siguen quedando muchas pequeñas para las que hay que buscar una solución y utilidad real, con el mantenimiento que se precise en su caso.
En esas mismas zonas del barrio (como por ejemplo en tramos de las calles Nebrija y La Victoria) la accesibilidad sigue siendo una asignatura pendiente, según Isidora Herrero. Siguen existiendo calles en las que hay acera de un lado pero del otro no, o con aceras exiguas con postes en el medio. Allí la solución no es hacer rebajes «no sirven de nada si no puedes moverte por el resto de la calle», lamenta Herrero. Hace falta una transformación mayor. Como la que se hizo, por ejemplo, en un tramo de la calle La Luz, que no tiene aceras porque era demasiado estrecha y al urbanizarla se dio prioridad a los peatones.
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La representante de los vecinos destaca otro de los triunfos que significa mucho para Pizarrales y otros barrios cercanos: la próxima construcción de una nueva biblioteca pública entre las calles San Pedro y Jesús Izcaray. El 31 de julio de 2012 la Obra Social de la entonces Caja Duero-España cerró la que existía desde los años 80 en la confluencia de las calles La Moral y Murcia.
Los colectivos vecinales trataron de conseguir que el Ayuntamiento mantuviera el servicio en una sala del antiguo colegio Miguel de Unamuno con los materiales cedidos por la Caja. Sin embargo, un cartel que todavía permanece colgado en la sede de MUNIBAR recuerda que el concejal Julio López Revuelta se negó en ese momento afirmando que era demasiado caro y que «a los vecinos del barrio no les gusta leer». El barrio lleva desde entonces una década sin biblioteca, pero el agravio quedará saldado con este deseado proyecto, que incluye una gran pradera con arbustos y árboles.
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«Es muy importante el papel de las asociaciones de vecinos en todos estos logros», destaca la presidenta vecinal. «Después de 20 años y tras salir a la calle a manifestarnos también hemos conseguido otra de las reivindicaciones históricas que teníamos, una línea de autobús hasta los hospitales, porque éramos de los únicos barrios sin conexión». Esta nueva ruta, que dará servicio también a Capuchinos y el Barrio Blanco, entrará en funcionamiento con el próximo contrato del servicio de transporte público e irá acompañada de una ampliación de la línea 4.
Pero las necesidades y peticiones para el barrio no terminan nunca. La plaza del zoco necesita una mejora porque «los columpios están muy deteriorados y así no parece un espacio apetecible para que paren los vecinos», añade la presidenta de MUNIBAR a una lista que no acaba, pero de la que ya se pueden eliminar muchas reclamaciones importantes.
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