Una semana tras los jabalís de Huerta Otea y sin pistas de los últimos ejemplares

Tras una semana intentando atraparlos, el Ayuntamiento de Salamanca ha decidido mantener el cierre del parque botánico por las noches. Lleva así desde la noche del lunes pasado cuando se decidió que era la manera de intentar dar con los ejemplares que se habían dejado ver días atrás en el barrio, cruzando calles y en zonas verdes. Además, se ha optado por cambiar de sitio las jaulas en busca de mejores resultados. El grupo estaba formado por seis ejemplares, macho, hembra y cuatro crías. Días atrás fue capturada hembra y la semana pasada, la noche del 27 de octubre, cayeron dos crías, pero el resto de la familia se ha resistido.

Los servicios municipales llevan tiempo siguiéndoles la pista y ya se capturó a un ejemplar hace diez días, pero tras su última aparición en la vía pública se decidió hacer una batida en la zona para dar con el resto del grupo.

Los ejemplares se dejaron ver el lunes 24 de octubre en el barrio salmantino, pero llevan tiempo vagando por varios puntos de la ciudad. Este verano se les pudo ver por la zona de La Aldehuela, incluso a pleno día, pero en septiembre se trasladaron ahuyentados por las atracciones de feria. Acabaron en el barrio de Huerta Otea donde hace tiempo que hay señales de su presencia. Se han estado alimentando de frutos de las zonas arboladas.

Detrás del interés en la captura está el hecho de que la presencia de estos animales en puntos tan próximos a zonas pobladas entraña varios riesgos. La piara ha sido vista a unos centenares de metros del Hospital y en una zona poblada donde pueden provocar accidentes. En Salamanca, cada año se producen más de 250 choques con jabalís en carreteras de la provincia.

Además, existe riesgo para viandantes y sus mascotas, esta es una zona donde muchos propietarios pasean con sus perros, y aunque rara vez se encaran con el ser humano, puede ocurrir. También son portadores de enfermedades.

En la operación han participado operarios de una empresa especializada en la captura de este tipo de animales, cuya presencia es cada vez más frecuente en los núcleos urbanos y que se han multiplicado a raíz de la pandemia. En Salamanca hace años que periódicamente se detecta su presencia, especialmente en zonas alejadas del casco urbano y próximas al río y zonas de paso hacia localidades anejas como Cabrerizos y Santa Marta.