Una moción contra la posible apertura de un centro de migrantes en el salmantino barrio de Puente Ladrillo crispó este viernes la sesión ordinaria del mes de marzo del pleno municipal en el Ayuntamiento de Salamanca entre acusaciones de racismo y el abandono del plenario por parte de una concejala socialista.
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Como informa ICAL, la propuesta, presentada ante la Corporación por la edil no adscrita María Carpio, antes en Vox, generó tensión en el debate tras relacionar su posible apertura con el incremento de violaciones, agresiones sexuales y otros delitos, tanto en la ciudad, como en otras con centros similares de Protección Internacional.
La moción solicitaba la cancelación de su apertura, algo que el Ministerio de Seguridad Social, Inclusión y Migraciones, que asumió recientemente la gestión del edificio en cuestión, ni siquiera ha confirmado oficialmente, en base a su «impacto negativo en la seguridad, la economía y la estabilidad social de Salamanca». En la parte expositiva, María Carpio aseguró que este centro podría afectar al «equilibrio de la ciudad», hasta ahora con bajos índices de criminalidad. Además, apuntó a la devaluación inmobiliaria del barrio por la «sensación de inseguridad», así como una afección en el comercio, el aumento de la necesidad de atenciones sociales.
Durante su segunda intervención, tras la interpelación del resto de grupos, Carpio fue más allá y relacionó algunos índices de criminalidad con la cercanía de los centros de migrantes. «No se me puede acusar de racismo. Tengo una hija negra y he vivido 14 años en el tercer mundo. Conozco de primera mano la pobreza, la pobreza de verdad, y la miseria, refirió Carpio ante las acusaciones del portavoz del PSOE, José Luis Mateos, sobre su presunta intención de «criminalizar» a personas vulnerables.
Lo cierto es que Carpio sucedió esta introducción con una retahíla de datos sobre criminalidad. «En Salamanca, los delitos contra la libertad sexual han aumentado un 18% en el último año. Se han registrado diez violaciones en los últimos meses. Ha aumentado un 21,3% los robos con violencia», aseguró, añadiendo que faltan efectivos policiales. «¿Y ustedes, señores del PSOE, nos dicen que traer a 400 menores migrantes sin control y sin recursos no afectar a la seguridad de Salamanca?», preguntó.
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El único representante oficial de Vox en el Ayuntamiento de Salamanca, Ignacio Rivas, se abstuvo, por cierto, en la votación de la moción, aunque durante su intervención en el debate comentó que «la prueba del problema con los centros de 'menas' es que nadie quiere uno al lado de su casa». El Partido Popular afeó «el oscurantismo» del Gobierno en el procedimiento de apertura de este centro, algo que lleva semanas criticando, pero votó en contra de la moción.
La consecuencia más llamativa de las palabras de María Carpio es que, nada más acabar su intervención, la concejala socialista María García se levantó de su asiento en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Salamanca y se marchó. Durante el turno de votaciones, el portavoz socialista, José Luis Mateos, respondió al alcalde «no al racismo», antes de expresar su negativa en en el conteo de apoyos para la moción.
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