Puede que hayas pasado por ella miles de veces, incluso puede que lo hagas todos los días. Puede también que hayas disfrutado de un refresco en una de sus terrazas, que hayas quedado debajo del reloj, que te hayas sentado en el suelo con los ... primeros rayos de sol y que hayas esquivado los grupos de turistas que se agolpan en sus inmediaciones. Pero aún cumpliendo con todo lo que se puede hacer en la Plaza Mayor de Salamanca, quizás aún no conozcas todos los secretos que esconde.
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Considerada una de las plazas más bonitas no sólo de España, sino también de Europa, data de 1729 cuando comenzó a construirse aunque no sería hasta 1755 cuando se pudo ver terminada. Declarada Monumento Nacional por ser la plaza Mayor «más decorada, proporcionada y armónica de todas las de su época», reúne en sus paredes curiosidades que pocos salmantinos saben.
En la Plaza Mayor de Salamanca residen alguno de los personajes más destacados de la historia de España. En forma de medallón, se enumeran monarcas, militares o conquistadores; sin embargo, la ausencia de uno de ellos llama la atención. Se trata de Alfonso IX, aunque el nuevo inquilino ocupará próximamente su lugar. Óscar Alvariño, fue elegido en un concurso y es el autor de media docena de los medallones que adornan la Plaza Mayor. La nueva pieza completará el Pabellón Real, a la izquierda del Ayuntamiento porque se ha decidido colocarlo en la zona de las artes y el conocimiento por su vinculación al estudio salmantino, y no en el pabellón real. El pabellón elegido, es el lateral de los 'sabios', escritores y músicos, donde ya talló el de Miguel de Unamuno, su primer medallón.
Al contrario de lo que pueda parecer, lo cierto es que la Plaza Mayor de Salamanca no tiene una forma cuadrada. Más bien se trata de un cuadrilátero irregular porque sus lados no miden los mismo. La parte del Ayuntamiento, mide 82,8 metros mientras que el más corto es el de al iglesia de San Martín que mide 75.6 metros. La realidad y otra curiosidad más que atañe a la construcción del lugar más transitado de la capital es que la Plaza Mayor tendría que haber sido aún mayor. Los litigios se saldaron a favor del Consistorio por medio de expropiaciones, pero también por la merma de las medidas estimadas inicialmente para el monumento.
477 son los balcones que observan a la Plaza Mayor. En el lado izquierdo con la mirada en el Ayuntamiento, los balcones de la izquierda forman una línea continúa mientras que los de la derecha son individuales. Esta distribución se debe a que el lado izquierdo, en el Lienzo de Petrineros, los dueños de esas viviendas reclamaban ampliar los balcones para alquilar ese espacio durante los espectáculos. En el lado derecho, en cambio, no se dio esa situación porque se levantó sobre un espacio deshabitado.
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La grandiosidad de la Plaza Mayor y el ambiente histórico adherente a este espacio la hace una opción perfecta para películas de tinte histórico. Una de las que más proyección internacional ha tenido es 'En el punto de mira' (2008) que utilizaron la Plaza Mayor salmantina en sustitución a la de México. Más reciente es la película de Alejandro Amenábar, 'Mientras dure la guerra' (2019) ambientada en la Guerra Civil y que tuvo como uno de los escenarios principales la Plaza Mayor de Salamanca. Para ello, se llevaron a cabo algunas modificaciones para recrear aún más el ambiente de la época: la instalación de un parterre que simulará parte de los jardines que existían en el ágora o modificaciones en los balcones y banderas del pabellón de la Casa Consistorial.
El primer medallón instalado en el Pabellón Real es desde hace ya cinco años historia. La efigie de Francisco Franco permaneció durante 80 años entre los arcos de la Plaza Mayor de Salamanca, sin embargo, en 2017 y a razón de la Ley de Memoria Histórica, se autorizó la retirada del sillar. «Franco Caudillo de España. XVIII JVlio MCMXXXVI» es la leyenda que circundaba la imagen del general, que estableció en Salamanca su cuartel general entre julio de 1936 y octubre de 1937. Fue en noviembre del 36 cuando se propuso erigir un busto a Franco en Salamanca que finalmente se decidió que fuera un medallón, inaugurado el 1 de octubre de 1937.
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Bajo el arco principal del Pabellón Real podemos ver una inscripción que reza: «Aquí se mató una muger, rueguen a Dios por ella. Año 1838». Sin embargo, no se sabe quién era ni por qué se recoge en el ágora. Y es que, la Plaza Mayor de Salamanca ha sido escenario de varias ejecuciones públicas. Con horcas y garrotes dispuestos en una Plaza Mayor abarrotada para ver el espectáculo, los reos fueron sentenciados a morir en el patíbulo. La cabeza de uno de los ajusticiados, embutida en un palo a guisa de advertencia, fue colocada en el Puente Romano permaneciendo en dicho lugar, según las crónicas, por durante cinco meses.
Los espectáculos celebrados con más frecuencia en la Plaza Mayor eran las corridas de toros y eran motivo de festejo en cualquier acto ya fueran coronaciones, un derrocamiento o el doctorado de un estudiante. Se han llegado a celebrar corridas de toros en la Plaza Mayor con un aforo de casi 20.000 asistentes. La última corrida de toros celebrada en el ágora fue en 1992 con la Feria Universal Ganadera que se celebró en la capital charra. Para ello, una estructura metálica de más de 10.000 piezas engalanaba la Plaza Mayor para la ocasión que reunión a miles de aficionados alrededor de la plaza.
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Una de las tradiciones más románticas que esconde la Plaza Mayor de Salamanca y ya perdida excepto en momentos del azar, es el paseo que los hombres y mujeres hacían separados bajo sus soportales en dos filas: las mujeres en un sentido, y los hombres al contrario. Así, se cruzaban cada cierto tiempo e intercambiaban miradas. Quizás en alguno de esos encuentros se secundaba otro y daba lugar a concertar una cita debajo del reloj, muy propio también de las costumbres salmantinas alrededor de la Plaza Mayor.
La Plaza Mayor no debería tener esa presencia en base al proyecto original. La idea primogenia era alzar dos torres laterales que flanquearan la espadaña del Ayuntamiento. Sin embargo, se declinó esa opción porque se estimó que la estructura construida no aguantaría el peso de las dos torres. Así, el modelo sería similar a las que acompañan a la Clerecía ya que se construyeron en base al diseño proyectado para la Plaza Mayor.
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Las campanas de la espadaña del Ayuntamiento tienen nombre: Romana, Satinay, Bentula y Esquilonada. Se colocaron 100 años después de que se terminase la construcción de la Plaza Mayor, junto con la espadaña. Ahora, es un símbolo del ágora y sirven de referencia junto con el reloj para que los salmantinos se den cita en la capital. Objeto de miles de miradas al año no solo por los charros, sino también por los turistas, las campanas forman parte de la esencia de la Plaza Mayor. Aunque quizá, la campana más famosa de Salamanca sea la de la Catedral que cada 31 de octubre, hace sonar El Mariquelo.
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