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Soledad Murillo, exsecretaria de Estado de Igualdad, como anunció este medio la semana pasada, se presentará a las primarias para ser candidata del PSOE a la alcaldía de Salamanca, proceso en el que por el momento, a falta de posibles nuevos candidatos, se enfrentará a ... José Luis Mateos, portavoz actual del Grupo Municipal Socialista y que ya encabezó la lista en las últimas municipales.
Murillo afronta las primarias y la posibilidad de ser alcaldesa de la ciudad tras no querer aceptar la «resignación» que nota en la ciudad respecto a las elecciones municipales, con muchas personas que no votan. Con «ilusión y ganas» y toda su experiencia profesional, la socialista pretende acabar con el desencanto que ha percibido en Salamanca ante estos comicios estando «en primera línea».
La que fuera concejala del Ayuntamiento trae un proyecto «socialista de ciudad», en el que lo importante es quien lo encabeza. Soledad Murillo anuncia que se «representará a sí misma» y que se ha visto «sorprendida» con todo lo que se ha dicho sobre ella desde que anunció su decisión. Tras jubilarse hace un año y abandonar su puesto como profesora en la Universidad de Salamanca, Murillo cree que es la hora de dedicarse a la ciudad porque «le debe mucho a Salamanca», un lugar que la acogió en 1992 y en el que se ha sentido «querida».
Su experiencia en el Consistorio junto a Enrique Cabero le trae «un enorme recuerdo», aunque reconoce que en muchas ocasiones fue decepcionante al encontrarse «un frontón» cuando presentaban las distintas mociones o iniciativas. La referente del feminismo opina que «Salamanca se merece todo nuestro esfuerzo», su «profesionalidad» y su manera de «coordinar equipos y gestionar fondos». Las posibles confrontaciones que se puedan dar serán «contra el PP» y no contra «sus compañeros», asegura Murillo.
Soledad Murillo tiene una visión única de Salamanca, percibiendo a la urbe como una «ciudad de ciudades» (la ciudad universitaria, la ciudad de los barrios...) que es necesario aunar en una sola. Debido a esto su intención es «trabajar» con grupos, independientemente de las ideas o las siglas políticas de estos. «Trabajo serio, un equipo solvente y muchas ganas de cambiar las cosas» son los pilares en los que Murillo apoya su candidatura.
Soledad Murillo nació en Madrid en 1956 y es doctora por la Universidad Complutense desde 1993, año en el que se incorporó a la Universidad de Salamanca como profesora titular de Sociología. Es licenciada en Sociología y Comunicación por la Universidad de Salamanca. Militante del PSOE, entre 2004 y 2008 fue secretaria general de Políticas de Igualdad del Gobierno de España con José Luis Rodríguez Zapatero, desde donde impulsó la Ley contra la Violencia de Género y la de Igualdad efectiva entre Mujeres y Hombres. Desde 2009 hasta 2014 forma parte del Comité CEDAW (Comité antidiscriminación de la Mujer) de Naciones Unidas, donde llevó las relaciones con la Unesco en temas de educación y mujer. Entre 2011 y 2015 fue concejala en el Ayuntamiento de Salamanca en la oposición. En junio de 2018 fue nombrada secretaria de Estado de Igualdad, dependiente de la Vicepresidencia y Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad en el gobierno de Pedro Sánchez.
La precandidata explicó que los primeros en conocer sus intenciones fueron los miembros de su familia, que «se temían» que no se quedaría quieta, aunque la apoyan sin fisuras. Después, se lo comunicó al otro candidato y al partido, en último término. No obstante, no quiso darle demasiada importancia al hecho de gozar del soporte de las tres ejecutivas, provincial, autonómica y nacional. «Pues para gozar de tanta simpatía, nunca he tenido un cargo orgánico en el partido. Ni me lo han ofrecido, ni he luchado por ello. Lo de la simpatía será personal», respondió, manifestando sus sorpresa porque la identifiquen con el aparato. «Cuando me han llamado Jesús Caldera o Carmen Calvo ha sido por mi currículum. La primera vez no era ni del PSOE, y la segunda sabían que conocía la Administración y que podía distribuir fondos», añadió.
Entre las cosas que le faltan a la ciudad y que ella espera poder aportar en caso de optar a la Alcaldía como candidata socialista y, más tarde, arrebatar tal vez el bastón del mando a los 'populares', Murillo señaló la coordinación entre sectores, apelando a la unión para venderse «bien» en el exterior. «Estoy pensando en la ciudad de dentro de diez o 15 años. Esa que tiene que tener la fortaleza de haber lanzado sus méritos al exterior. Sé que el turismo es importante, por supuesto. Pero requerimos mayor coordinación con proyectos concretos de salida internacional para buscar redes de trabajo», apuntó.
En todo momento, eso sí, Soledad Murillo, rehusó criticar a su rival, Mateos, o poner en duda su valía al frente del Grupo Municipal. «Llevamos perdiendo elecciones mucho tiempo, no solo con el anterior compañero. Es complicado ganar elecciones, pero yo quiero ganarlas. No quiero consolarme y quedarme inactiva. Quiero intentarlo todo, con un equipo solvente que conozca la ciudad. No quiero consolarme, quiero dar un paso adelante», reiteró.
Así, negó que hubiera ningún tipo de guerra interna que pueda desembocar en que el PP, y el resto de partidos, acabe enfrentando a un partido debilitado cuando toque dirimir la Alcaldía. «Espero que no lleguemos divididos. Si alguien tiene que plantear algún problema con un compañero, yo lo haría directamente. Yo lo he hecho en la Moncloa. Cualquier división, hay que hablara claramente, pero que no me metan en medio. Yo soy de base y jamás he estado en ninguna reunión donde se toman decisión», afirmó respecto a las discrepancias veladas entre la Ejecutivo provincial y su oponente en los comicios.
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