Mujeres de la Iglesia: «El mensaje de Jesús nunca tuvo género y sigue sin tenerlo»

Mamen Rivas, pedagoga y miembro de dicho grupo, explica cuáles son sus objetivos, cómo se vive el feminismo dentro de la Iglesia y en qué va a consistir la concentración de la Revuelta de las Mujeres en la Iglesia, hasta que la igualdad sea costumbre.

Este movimiento importado de América ya cuenta con casi 30 provincias españolas asociadas y con lemas muy parecidos. En Salamanca y como bien indica Mamen, «siempre leemos una oración de unos 20 minutos y encendemos velas en homenaje a un grupo de exclusión, mujeres migrantes o mujeres de trata, por ejemplo». Siempre se manifiestan frente a la Catedral, en la Iglesia de San Sebastián y leen un pasaje de la Biblia, «Lucas decía, si nosotras callamos, gritarán las piedras; nosotras hablamos por las excluidas, por las pisoteadas», afirma la integrante.

El grupo celebró un sínodo en el que detectaron una serie de dolencias, la principal tiene relación con la sociedad salmantina, «es una sociedad muy clericalizada y esto implica que casa muy mal con el feminismo y con nuestras propuestas». Por ello, critican la falta de miembros, seguidoras y más simpatizantes, «queremos un lugar que se corresponda con las condiciones de dignidad y de igualdad de todo ser humano, en cualquier organismo y en cualquier institución. Cada miembro hombre o mujer debe ser tratado con igualdad».

La Iglesia en España es especialmente femenina, sin embargo, en Salamanca muchas personas saben decir nombres de teólogos conocidos, Xabier Pikaza o Olegario González de Cardedal. «Mercedes Navarro ha ganado un premio en teología y no tiene el reconocimiento que se merece».

El movimiento se compone de antropólogas, teólogas, escritoras, pensadoras y abogadas creyentes, entre otras, que no solo quieren dar la comunión, ser catequistas o leer en misa. «Hay gente que vive la fe de una manera muy profunda y que le gusta lo que contamos en la Revuelta. Nosotras no damos la comunión porque no hay hombres, damos la comunión porque es un servicio , no somos subsidiarias de nadie ni de nada, somos receptoras de un mensaje que llega con la misma profundidad a hombres que a las mujeres y que intentamos transmitir a nuestros hijos y a nuestras hijas, con la misma intensidad».

El grupo busca la equidad y quiere tener la misma participación en la Iglesia que los hombres y no solo para opciones muy determinadas. «Reivindicamos una lectura de la Biblia desde la teología feminista, porque el mensaje de Jesús nunca tuvo género y sigue sin tenerlo».

Desde que finalizó la pandemia, estas mujeres han notado que los discursos cada vez están más radicalizados, «para ir hacia delante hay mucha parte de la sociedad que queda atrás por miedo y esto provoca que radicalice su postura».

Mamen reconoce que la Iglesia está evolucionando y pese a que queda mucho por cambiar, se estan dando pequeños pasos que llega a mucha gente joven, «muchos jóvenes reconocen nuestro discurso como más ameno». El movimiento puntualiza que también hay más libertad en el reconocimiento del movimiento igualitario, del matrimonio, de las parejas de hecho o de las parejas de igualdad de sexo.

Amelia Valcárcel, escritora, distingue en la sociedad actual 10 ámbitos en los que la mujer todavía no está representada. Como puntualiza Mamen, «siempre hay una causa en la historia que nos hace salir de dónde estamos». En este caso, el movimiento no busca que las mujeres sean sacerdotes, sino responsabilidad, participación y equidad. «No reclamamos más que lo que nos pertenece por derechos».