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Hay profesiones todavía masculinizadas, también hay empleos en los que el léxico utilizado para su designación es instintivamente femenino. En el Día Internacional de la Mujer -8M- Salamancahoy analizó profesiones en las que ellas seguían siendo minoría e incluso únicas. Sin embargo, la muestra podría ampliarse hasta llegar al sector del taxi, donde resulta extraño encontrar una mujer al volante. De hecho, según los datos revelados por la plataforma 'Freenow' las pocas atrevidas pasan cada vez más miedo. ¿Se pueden extrapolar estos datos a Salamanca?
Cada mes de marzo, la plataforma mencionada publica el informa del Observatorio de la Mujer Taxista, con el objetivo de revelar la situación de la mujer en el sector. En esta ocasión, más de 500 taxistas -hombres y mujeres- han participado dentro de una encuesta más que interesante. Un 83% de las mujeres taxistas piensa que aún existe una percepción muy masculina del sector, mientras que el 50% cree que hay menos mujeres por estigma social y desinformación.
Belén lleva 12 años ejerciendo como taxista en la capital charra y comparte licencia con su marido, quien realiza siempre los turnos de noche. Su jornada laboral es de tarde, terminando sobre las 22:30-23:00 h., y aunque considera que el peligro siempre está presente, no se plantea hacer ella el turno de noche.
«No sé si llamarme valiente o arriesgada, pero hace 12 años cuando decidimos comprar la licencia, lo tenía claro. Me gustaba conducir y quería ayudar a mi marido y aquí sigo», recalca al ser preguntada si en algún momento dudó de formar parte de un gremio en el que hay diez féminas según el vicepresidente de la Asociación, en Salamanca de las 223 licencias totales. La mayoría, con licencia compartida con sus parejas. En España hasta un 77% de las mujeres taxistas encuestas consideran peligrosos los turnos de noche y el 86% lo ve como una barrera de entrada al sector. Para más inri, el 47% de las taxistas ha sufrido acoso o discriminación alguna vez en el trabajo.
«¡Anda mira! Una mujer!», es su frase escuchada por excelencia. Belén no puede contar la cantidad de veces en las que ha sido insultada o recibido faltas de respeto. Eso de... «vete a fregar», diría que lo escucha «muy a menudo» y en multitud de ocasiones ha sido reconocida por lo «limpio» que tiene el coche. Esos comentarios su marido no los escucha, aunque lo que no saben es que es él el que suele limpiar el vehículo. También le pasa con algunos de sus compañeros, a veces no llega ni a bajar del vehículo, pues «siempre son las mismas conversaciones». «He llegado a pensar... ¿pero qué piensan que somos las mujeres? No me apetece entrar en ciertas conversaciones», asegura en una entrevista con Salamancahoy.
En una ocasión y por parte de una mujer, su trabajo fue censurado por discriminación machista. «Me anuló el viaje porque dijo que no podía con la maleta. No me dejó ni tocarla y puedo jurar que podía con ella. Directamente, se dirigió a mi compañero situado detrás», cuenta. En cuanto a insultos... «No hay educación. Te pueden decir de todo. De todo. Me han insultado por diferentes motivos; por la manera de conducir, por la ruta que has utilizado, etc.». Y más allá de la facilidad por ser o no mujer, Belén quiere centrarse en el respeto a las mujeres, empezando por un 'buenos días', 'buenas tardes' o un simple 'hola' al entrar al vehículo.
Carmen, taxista en Salamanca
Este tipo de situaciones son límite, pero no únicas. Belén llega a sentirse insegura en muchas situaciones, llevando a clientes drogados o borrachos a sus casas, así como personas que después no quieren pagar. En estos casos, prefiere no enfrentarse, simplemente callar con el fin de evitar problemas mayores. «Prefiero que se sienten adelante para poder verlos», dice. En la misma línea, recuerda situaciones en las que una persona no se quiere bajar del taxi, «¿qué haces en estas situaciones?», se cuestiona en voz alta.
Carmen, con licencia, también compartida con su marido, desde hace 17 años, cuenta que sí ha recibido chistes machistas o violencia verbal. El «mujer tenía que ser», señala, «después de tantos años escuchándolo, como comprenderás por un oído me entra y por otro me sale». Aunque, eso sí, considera que cada vez los comentarios van a menos, incluso hay clientes que prefieren que les lleve una mujer, pero... «son en su mayoría chicas o mujeres, hay miedo», explica.
Sobre si prefiere o no el turno de noche, sí considera que da más inseguridad, pues «existe mayor peligrosidad» y hay menos gente, además de la oscuridad. «Nunca me he sentido cómoda conduciendo de noche», cuenta. Eso sí, recalca que nunca le han anulado un viaje por el mero hecho de ser mujer.
Las mujeres taxistas prefieren no trabajar por la noche, lo que se contrapone al número de mujeres clientes, claramente superior al de hombres. «Sin duda. Las chicas optan por coger taxi por la noche y muchas nos piden que esperemos a que entren en el portal. Lo hacemos, por supuesto, nos debemos a nuestros clientes», relata Belén, sopesando su propia experiencia y la de su marido.
Bea, por su parte, es una de las dos mujeres chóferes que realizan el turno de noche en Salamanca. Confiesa que, en un primer momento, su jefe «tuvo reparos» en que trabajara de noche, pero ella «nunca» tuvo «ningún problema». Trabaja desde noviembre y recalca, «nunca» ha tenido ningún problema, pero lo justifica, en parte, por su «aspecto». «Cuando entran en el taxi piensan que soy un hombre; alta, corpulenta... por lo que no tengo ese problema. Por lo general, son bastante respetuosos, aunque sí he escuchado el 'para ser mujer conduces bien'. Qué le vas a hacer. Soy muy pasota para esas cosas».
Ahora bien, esta mujer cree que Salamanca es una excepción. «Tengo claro que yo en otras ciudades como Madrid o Barcelona no haría turnos de noche. Aquí no me importa, pero en otros lugares no sería taxista de noche», reconoce.
En España, el porcentaje de mujeres taxistas no supera los dos dígitos. En Barcelona, solo un 7% de los taxistas son mujeres y, en Madrid, incluso menos: solo un 5,3%. ¿Las mujeres conducen igual que los hombres? «Yo creo que mejor (risas) La mayoría de los clientes me dice que conduzco muy bien. No le veo ningún inconveniente», apunta Belén.
«Lo puede hacer igual un hombre que mujer, es cierto que existe una barrera, pero no debería haberla», completa Carmen.
Según Bea, está profesión está masculinizada por el «número de horas» que se han de llevar a cabo. «Si tienes familia es complicado compaginarlo. Depende de la edad y de la familia, creo. Al final... la mujer está más pendiente de sus hijos, aunque empiece a cambiar ahora. La mujer debe hacer el trabajo que quiera hacer, porque es igual de válida que un hombre«, finaliza.
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