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Ángel Rufino de Haro 'El Mariquelo' volvió a cumplir con la tradición de la víspera de Todos Los Santos subiendo a la torre de la Catedral Nueva de Salamanca para recordar el terremoto de Lisboa de 1755 y los escasos daños que ocasionó en ... la torres del monumento salmantino
Pese a la lluvia, y vestido de charro y con su gaita y tamboril, El Mariquelo fue ascendiendo hacía lo más alto de la Catedral en que ha sido la 36 edición de la popular ascensión, y en la que estuvo acompañado por los sones de los grupos folclóricos que le animan cada año.
Antes de llegar a lo más alto, en la tradicional parada que realiza al llegar al reloj de al Catedral, salió por la pequeña ventana y lanzó una paloma para pedir la paz en Ucrania y en todo el mundo.
En lo alto de la Catedral, lanzó su mensaje solidario que, en esta ocasión, sirvió para apoyar a los integrantes de Alcer Salamanca (Asociación para la Lucha Contra las Enfermedades de Riñón) y de Ascol (Asociación contra la leucemia y enfermedades de la sangre).Tras la subida a la Catedral la jornada seguía con una comida en el restaurante Ruta de la Plata, donde se entregan los galardones a los distintos comerciantes. En concreto, este año será reconocida la labor de Fernando de La Antigua, Paco y Paqui de Acera, Raúl y Gemma de Hergaher, Loli y Eusebio de El Majuelar, y Alfonso y Vitoria de La Panadería de Carbajosa. Finalmente, a las 18.00 horas, en la Plaza Mayor, está previsto que concluyan los actos con bailes tradicionales.
La tradición de la subida a la Torre de las Campanas procede del día 31 de octubre de 1755, cuando el terremoto registrado en las costas de Lisboa, catalogado con un 9 en la escala de Richter, provocó un temblor que se extendió por toda la comunidad castellano y leonesa. Como consecuencia de ello, los salmantinos acudieron a refugiarse en la Catedral Nueva, finalizada apenas 22 años antes, salvándose de las posibles consecuencias del seísmo.
Desde entonces, un miembro de la familia conocida como 'Los Mariquelos' comenzó esta ascensión al punto más alto de la Torre de las Campanas en cada aniversario del terremoto, para agradecer que la Catedral Nueva se hubiese mantenido en pie y pedir que el suceso no se repitiera. Sin embargo, y con la última ascensión de Fabián Mesonero en 1977 como último miembro de la familia de 'Los Mariquelos', la tradición quedó en suspenso hasta que ocho años más tarde fue retomada por Ángel Rufino de Haro.
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