¿Qué es una jura de Bandera?

Las actividades finalizarán con una parada militar que comenzará a las 12 de la mañana en la plaza Mayor. En el acto militar, los salmantinos que lo deseen, hasta llegar al número máximo de trescientos, podrán realizar su juramento ante la bandera de España.

Pero, ¿qué es una jura de Bandera? La jura de Bandera es uno de los actos más solemnes que existen en cualquier nación y, para un militar en particular, este acto es, sin duda, el más trascendente de toda su vida profesional. En él, con un beso en la Bandera, el militar materializa un juramento o promesa de obediencia y fidelidad en el servicio a la patria, aún a costa de la propia vida. Lejos de lo que se pueda pensar, este acto no está reservado para militares.

La necesaria lealtad al jefe o líder del clan o de la tribu durante las guerras viene de lejos en la historia así como su consiguiente e ineludible juramento de fidelidad previo al combate. Este razonamiento nos invita a pensar en la existencia —ya en tiempos remotos— de una serie de rituales donde los soldados sellaban un compromiso de lealtad a su jefe hasta el extremo de morir junto a él.

En el ámbito más cercano a nuestro país, la historia del juramento a una Bandera como símbolo de un Estado, proviene del Imperio romano donde sus ciudadanos, de acuerdo a las civita y a sus derechos y obligaciones hacia la patria o mater, estaban al servicio del Estado durante toda su vida y lo expresaban a muy temprana edad jurando a la bandera o Vexillum defender con su vida «al Senado y al pueblo de Roma».

La fórmula actual procede el artículo 6 de la Ley 39/2007, de 19 de noviembre, de la carrera militar. Y presenta la siguiente fórmula:

« ¡Soldados! ¿Juráis o prometéis por vuestra conciencia y honor cumplir fielmente vuestras obligaciones militares, guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, obedecer y respetar al Rey y a vuestros jefes, no abandonarlos nunca y, si preciso fuera, entregar vuestra vida en defensa de España?» .

A lo que los soldados contestarán: « ¡Sí, lo hacemos!» . Y el jefe de la unidad militar replicará: «Si cumplís vuestro juramento o promesa, España os lo agradecerá y premiará y si no, os lo demandará» , y añadirá: « Soldados, ¡Viva España!» y « ¡Viva el Rey!», que serán contestados con los correspondientes «¡Viva!».

A continuación, los soldados besarán uno a uno la Bandera y, posteriormente, como señal de que España acepta su juramento o promesa, desfilarán bajo ella.

El término «soldados» podrá sustituirse por el que convenga para su adecuación a los que vayan a prestar el juramento o promesa.

El personal civil lo realiza según lo indicado en la Disposición Final décima de la Ley 39/2007, de 19 de noviembre, de la carrera militar:

« ¡Españoles! ¿Juráis o prometéis por vuestra conciencia y honor guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, con lealtad al Rey y, si preciso fuera, entregar vuestra vida en defensa de España? El personal que jura Bandera deberá contestar: « ¡Sí, lo hacemos!».

El juramento y la promesa son expresiones llamadas a reforzar las declaraciones de hechos o de voluntad invocando a algo o a alguien y aunque hay diferencias en la forma, en la semántica, el fondo es idéntico.

Por un lado, jurar significa que se pone a un testigo para asegurar el cumplimiento de un compromiso y generalmente se le asocia a un carácter religioso. Por otro lado, prometer implica adquirir un compromiso personal, sin poner a nada, ni nadie de testigo y se relaciona más con algo confesional o meramente civil.

En cualquier caso, a efectos legales no hay diferencia alguna: la persona queda igualmente comprometida al cumplimiento de sus obligaciones y, en consecuencia, las consecuencias derivadas del incumplimiento del compromiso (expresado en juramento o en promesa) son idénticas.

En cualquier caso, la publicación de la Ley 39/2007, de 19 de noviembre, de la carrera militar diluyó el posible debate que pudiera haber al regular la respuesta dada proponiendo como única opción «Sí, lo hacemos».

El personal civil

La ceremonia de jura de Bandera se convierte en una perfecta e imprescindible identificación del pueblo con sus Fuerzas Armadas, que sirve para afianzar los lazos entre las estas y la sociedad a la que sirve.

El fin del servicio militar obligatorio ordenado por la Ley 17/1999 supuso que la mayoría de los jóvenes españoles dejaran de jurar o prometer ante la Bandera de España. Pero al mismo tiempo estableció la posibilidad para que aquel ciudadano que lo desease, se comprometiese voluntaria y públicamente con el país a través de un acto de jura de Bandera.

En la actualidad, es tal el movimiento que ha generado esta voluntad que es habitual que las diferentes unidades en toda la geografía nacional organicen estas ceremonias dirigidas al personal civil que, sin querer vincularse a las Fuerzas Armadas con un carácter profesional, puedan manifestar su compromiso con la defensa de España. Para facilitar y normalizar estas expresiones se desarrolló la normativa.

La Defensa Nacional no es un concepto que corresponda únicamente a las Fuerzas Armadas; muy al contrario, la defensa de España es tarea de todos, siendo la resultante de la integración de todos los esfuerzos materiales, morales e intelectuales de una nación. Incluso la Constitución española lo establece.

Podría decirse que es la expresión individual, voluntaria, cívica y pública de fidelidad y lealtad hacia España y hacia los españoles a través de su mayor símbolo: la Bandera.

La duración de la ceremonia depende del número de jurandos que participen, pero lo habitual es que se sitúe entre la hora y media y las dos horas. Una información más aproximada le será proporcionada por el departamento de protocolo de la unidad donde vaya a realizar el juramento o promesa.

• Tener la nacionalidad española.

• Tener cumplidos los dieciocho años de edad en el momento de la jura o promesa ante la Bandera de España. No hay establecida una edad máxima.

Todo depende de la hora y el lugar de la Jura de Bandera, pero conviene seguir cierto protocolo a la hora de vestir y se recomienda que este sea acorde a la solemnidad del acto. Por norma general, se pide que los hombres vayan de traje oscuro y las mujeres de traje corto, pero no se rechaza a nadie por su indumentaria.

El beso a la Bandera es un gesto simbólico que supone sellar el compromiso con España. Sin embargo, puede ocurrir que los nervios generen un lapsus momentáneo. No es necesario el contacto físico, es un gesto simbólico. En prevención de que pueda haber contacto, le rogamos que no use maquillaje ese día.