La historia de dos emprendedoras que abren camino a la igualdad en Salamanca

Citas como ésta de la conocida novelista británica, cuyas obras abordan temas como la identidad, la conciencia femenina y la lucha por la igualdad de género, han marcado a muchas mujeres a lo largo del tiempo. Mujeres que ahora son referentes para la sociedad, lideran equipos, gestionan proyectos y son las mejores en lo que hacen.

Blanca es una joven emprendedora salmantina que ha sacado adelante ella sola un obrador de pastelería inclusivo, 'Berretes'. Nombre que tiene su origen en la típica expresión charra '¡Tienes berretes!', lo que se dice cuando te has embadurnado la cara al comer, muestra de haber disfrutado lo que has comido. A su vez, el nombre se pensó cuando el hermano de Blanca, imagen corporativa de la marca, fue el primero en probar los dulces y llenarse de 'berretes'.

Estudió ingeniería civil y, al tener contacto laboral descubrió que no le gustaba. Llevaba mucho tiempo como voluntaria en asociaciones para personas con discapacidad y también le apasionaba la cocina. Fue entonces cuando vio que su camino estaba entre estas dos pasiones: ayudar y cocinar. Descubrió en la pastelería un hobby en el que vio mucho potencial y le quiso sacar partido. «Me lancé, conseguí unir dos pasiones: el mundo de la discapacidad con la pastelería».

Esta pastelera salmantina no sólo lucha por los derechos de la mujer, sino también por mejorar el mundo haciendo de su negocio un lugar inclusivo, donde trabajan en la mejora de la calidad y de las condiciones de vida de las personas con discapacidad. Tanto ella como su familia llevan mucho tiempo luchando por la inclusión de las personas con discapacidad en el mundo laboral al vivirlo de cerca con su hermano, quien ha sido su impulso para arrancar con el obrador.

Para ella el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, es una fecha muy emocionante. Cuando se adentró en el mundo de la pastelería comenzó en confiterías tradicionales y afirma que era un campo bastante masculino, a las mujeres se les ponían impedimentos como «quita que te haces daño, no puedes con un saco de harina» y a ella le ha tocado demostrar mucho. Ahora, a Blanca la acompaña un equipo de mujeres a las que también les apasiona la pastelería.

La salmantina considera que un reto principal para la mujer en el mundo laboral todavía, es que a las mujeres no se las toma en serio en muchos sectores y, ya no sólo por el género, si no también por la edad. Cuanto más jóvenes son menos se las considera y más complicado es gestionar y sacar adelante un negocio.

Como referente femenino a nivel de pastelería echa en falta una mujer, pues todos los pasteleros que han triunfado son hombres. En lo personal, admira a la escritora Miriam Herrán de Viu, defensora de los derechos de igualdad. Blanca afirma que se sintió identificada con su libro «El retumbar de los tambores» porque habla de una joven que tocó fondo y rehizo su vida de cero.

Actualmente, reconoce que, aunque queda trabajo por hacer, nota cambios y cada vez hay menos discriminación hacia el género pero, para conseguir la igualdad en la discapacidad, considera que aún quedan más barreras por romper.

María es una joven bejarana que hace cuatro años emprendió su propia carrera como profesora de acrobacia en telas aéreas. Empezó haciendo telas unos ocho años atrás como hobby y siempre tuvo la vocación de enseñar, por ello estudió para ser maestra de educación infantil y primaria. Esto, junto al interés que recibió, fue lo que le impulsó a dar clases de tela y en abril de 2021 abrió dos grupos. «He podido juntar dos pasiones, la enseñanza y las acrobacias con telas».

Para ella, el Día Internacional de la Mujer es una fecha fundamental porque considera que hoy en día no existe la igualdad de género al completo, más bien la igualdad es el reto y hay aspectos en los que se necesita progresar más.

La acróbata afirma que, por suerte, en su profesión no se ha encontrado grandes retos al moverse en el mundo artístico, que es más abierto y empático pero existe una «discriminación positiva» para la mujer en el sentido de que las telas, al combinar el baile con la gimnasia artística, provocan cierto recelo en los hombres por el tabú «hay cosas que son sólo para chicas». «Este es un deporte que no entiende de género», apunta.

Además, añade que, a nivel general, un reto para las mujeres como trabajadoras es lidiar día a día en determinados sectores con altos cargos que, mayormente, suelen ser hombres. «Hay mujeres ejemplares dentro del movimiento feminista que dedican su tiempo a luchar por sacar adelante alternativas».

Su mayor inspiración y ejemplo a seguir es y ha sido siempre su madre, que lleva toda la vida luchando por los derechos de la mujer en el ámbito familiar y en lo laboral, impidiendo que la hagan de menos y apoyando a sus compañeras.