En Bilbao, helados con sabor a calimocho; en Valencia, helado de paella; en Asturias, helado de fabada y en Salamanca, helado de rosquillas de Ledesma. Cierto es que el sabor a hornazo o a chanfaina podría ser también una buena opción pero si nos alejamos de las posibilidades más extrañas, lo más aceptado puede ser un regustillo agradable y sabroso como el que ofrece este tradicional dulce de Salamanca. De hecho, en una céntrica heladería de la capital se ofrece esta posibilidad: ¿qué tal un cucurucho con sabor a las rosquillas de Ledesma?
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«A la gente le llama muchísimo la atención porque es algo más raro», comentan desde Esencia Valenciana, la heladería en la calle Zamora que ofrece este apetitoso sabor. «Es mítico de la zona y cuando te lo metes en la boca realmente parece que te estás comiendo una de esas rosquillas», asegura. Además del helado en sí, lo acompañan con topping que son las propias rosquillas por lo que la simulación está asegurada. «El helado lo hacemos artesanal, todos los sabores son artesanales», comenta la trabajadora.
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Las rosquillas de Ledesma tienen cinco ingredientes: huevos, leche, manteca, harina y azúcar. Todos los ingredientes son amasados de forma artesanal, de ahí su peculiar forma desigual. Este dulce tiene una tradición de más de 150 años en Salamanca y se continúa siguiendo la misma receta con los mismos ingredientes de siempre. Un secreto familiar que ha pasado de generación en generación y que cuyo sabor no ha pasado de moda. No sólo se comercializan en Salamanca sino que se distribuyen en toda España por lo que no sería raro ver cómo este sabor de helado también traspasa fronteras.
Además de este peculiar sabor, también triunfa entre el catálogo de esta heladería el 'especial valenciana', el sabor de la casa. Con caramelo, nueces, base de vainilla y toque de manzana también se cuela entre los favorito de los clientes. Eso sí, el sabor «muy logrado» de las rosquillas de Ledesma y su excepcionalidad a la hora de encontrarlo, desbanca a todos los demás.
No hay salmantino que no haya probado las rosquillas de Ledesma. Y, seguramente, no hay persona que las haya degustado y no haya deseado repetir. Este dulce artesano tiene 175 años de historia y ha conseguido perdurar en los paladares de varias generaciones. Las Rosquillas de Ledesma pertenecen a Tierra de Sabor desde 2009 y se ha hecho con el reconocimiento como uno de los productos más típicos y queridos de la provincia.
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